Capítulo 28: Un paso atrás

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Cuando Elle, llega al apartamento de Tyler  puede darce cuenta por la expresión del joven de que algo no anda bien.

– Scott, me envió un mensaje– habla Tyler con un tono angustiado, — se peleó con Lía, dijo que regresará al apartamento y no sé...– respira hondo, — creo que se termino.

Elle, abre la boca y la cierra dos veces, incapaz de saber como reaccionar.
— ¿Qué pasó?

— Fue un milagro haberle sacado a Scott más de tres palabras luego de que él me lo dijera, así que, no lo sé.

— Tyler— Elle se acerca a él, – debo irme con ella.

El joven no puede ocultar su cara mezcla de decepción y tristeza al escuchar esas palabras pero también ya sabía que Elle tomaría esa decisión.

— lo entiendo– acuna el rostro de Elle, — yo debo ir a ver a Scott, aunque lo más probable sea que hoy no me reciba— le regala una tierna sonrisa y deja un beso sobre la frente de Elle, —por favor, cuídate.

— tú también— responde, besándolo en los labios...

Elle, guardo sus cosas lo más rápido posible, escuchando de fondo los truenos que ya amenazan con una nueva tempestad. Tyler, la llevó al apartamento y se percató de que un auto de la seguridad de Scott ya está allí, pero para más preocupación de Elle, Lía no está y tampoco contesta ninguna de sus llamadas o mensajes.
Luego de dejar a Elle en el apartamento, el joven fue directamente a ver a Scott pero ya en la entrada del edificio, Tomás le avisó que Scott salió y para empeorar las cosas, se fue sólo sin seguridad.

— ¿No se supone que tú eres su guardaespalda?— Gruñe Tyler hacia Tomás.

— ¿Quieres enfrentar a Scott, tú? Si ya de por si cuando se supone que no está enojado es un malhumorado, imagínate ahora que parece haber perdido la batalla de su vida.

Tyler, larga un pesado suspiro  y antes de hablar, resuena otro trueno en el cielo gris.

— rompió con Lía— confiesa Tyler.

— Pero...ella y él...

— mira, sinceramente me da miedo como va a reaccionar Scott a todo esto. Lía, era un tranquilizante para él.

— ¿Crees que él aún siga atormentado?

Tyler, mira a un costado, dirección contraria de donde está Tomás.
— Marcos, de nuevo sólo llegó para arruinarle la vida.

— desearía ver muerto a ese infeliz.

— somos dos— Tyler se voltea hacia él y le regala una leve sonrisa a modo de despedida y se va. Cuando sube al auto, decide dejarle un mensaje de voz a Scott.
— Scott, hermano, sé que estás destrozado y que en este momento solo quieres estar solo pero por favor, me hiciste una promesa— toma aire,
— dijiste que me dejarías estar allí para que no caigas. Solo, dime dónde estás. No necesitas estar solo— y eso es todo. Termina de hablar pero aún sigue muy preocupado.

Elle, sin embargo, le ha dejado ciento de mensajes de textos, mensajes de voz y Lía no responde ningúna hasta que decide acudir a sus amigos.
Masón y Will están juntos en la clínica y Lía no está allí. Daniel no responde, para variar y el último es Dixon que si contesta pero termina igual de preocupado que Elle.
Así que los dos, recordando un poco los lugares más visitados por Lía, la van a buscar a la fuente de agua, a la biblioteca, a la cafetería donde siempre van así como el bar, al restaurante donde trabaja pero nada. Al final, Dixon trae a Elle de regreso al apartamento y cuando la jóven abre la puerta, la ve, allí sentada en el sofá de la sala.

— ¿Lía?— murmura Elle, cerrando la puerta detrás. — te estaba buscando.

Claramente hay señales en el rostro de Lía, que demuestran que ha estado llorando. Ha tomado una ducha, está en bata, con su cabello mojado, cayendo por su espalda, sus ojos y su nariz están rojas y no puede nisiquiera disimular una sonrisa.

Mi Dulce Perdición ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora