Capítulo 26: ¿Un beso actuado?

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Scott y Lía terminaron de cenar, recogieron la mesa y aún en todo momento, Scott sentía las ansias de Lía sobre saber más acerca del tema que encierra a Marcos en el medio.

– Hazme la pregunta– habla Scott,  apoyándose sobre la encimera con los brazos cruzados sobre su pecho.

Lía, se relame los labios para la pregunta que estuvo ideando durante toda la tarde.

— Esos hombres no eran parte de una pandilla enojada con Daniel o Dixon ¿Ellos tenían que ver con tu pasado?

Scott se vuelve serio y la mira por unos tortuosos segundos.
— Si.

Lía, traga saliva inconscientemente y se prepara para hacer otra pregunta pero Scott la gana de antemano.

– solo una pregunta– cruza al lado de Lía para abandonar la cocina con la vocecita de la joven detrás exigiéndole otra pregunta pero por una maldita costumbre, pasa al lado del interruptor de la luz y apaga las luces de la sala y del pasillo a la vez, hasta que se da cuenta de lo mismo cuando ya no escucha la voz de Lía.
— lo siento– se voltea hacia ella y enciende las luces de nuevo, – es una costumbre.

Lía, le regala una sonrisa, toma la mano de Scott,  se acerca al interruptor y apaga las luces de nuevo. Siendo muy poco visible la figura de Scott pero logra visualizar la luz de la noche que entra por el gran ventanal, así que lo guía hasta allá sentándose en el suelo, aún aferrada a la mano del joven.
Cuando logra encontrarse de nuevo con los ojos de Scott, se recuesta sobre su hombro mirando por el ventanal.

— No tienes que hacer esto– habla Scott.

— no hago nada que no quiero— ambos guardan silencio por unos segundos,
—  ¿Scott?

— ¿Si?

— relatame una noche aquí, antes de mí.

Scott, sigue en silencio así que Lía lo toma como un punto perdido hasta que siente que él toma aire y empieza a hablar.

— llegaba aquí, casi siempre a las seis, pero volvía a salir.

— ¿ibas a la biblioteca?

— así es o simplemente a tomar un café.

— ¿y luego?

—  cuando el sol se ocultaba y la noche llegaba, bueno, solo...

— ¿solo?

— Lía, esto no es necesario.

— ¿Y solo qué?— se reincorpora viendolo a la cara.

— No, solo me quedaba aquí.

Lía, recuerda la primera vez que llegó al apartamento de Scott, él iba a salir y Tomás le dejó claro que también traía a “compañías”

— Iba a bares, clubes y...

— estabas con otras mujeres— agrega Lía, con una cara seria.

— Lía...

— esta bien, Scott—  se obliga a sonrier por un segundo y baja la cabeza para no mostrar su cara de poco amigos.

El joven se tensa  y se enfada con él mismo por haber hablado de eso.
No soporta ver a Lía tan vulnerable, esforzándose por aceptar todo su pasado cuando no debería hacerlo.

— ninguna significaba nada para mí— la toma de la barbilla levantando su rostro pero aún tiene sus ojos puestos en el suelo.
— ¿Lía?— suena afligido, — podría hundirme en esta oscuridad pero jamás voy a poder soportar verte así–

Mi Dulce Perdición ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora