- RenJun ¿Consideras que los granos del almacén son suficientes para llevarlos al pueblo del Este?
RenJun miró los números en su libreta y después de hacer algunos cálculos asintió.
- Tendrán suficiente para el invierno, si pedimos a los demás pueblos también podría llevarles más, necesitaran toda la ayuda posible debido a las bajas temperaturas que hay allá.
El joven Rey suspiró y sobó su cien.
- Me gustaría visitarles también, ¿Cómo puedo entender el sufrimiento del pueblo si solo estoy rodeado de lujos en un palacio, sentado en un trono?
RenJun le sonrió.
- Tienes un hermoso corazón, un Rey que se preocupa por sus súbditos más que ser un buen Rey, es un regalo de los cielos a una nación, y descuida, lo estás haciendo bien.
SungChan sonrió sintiéndose más tranquilo.
- Jamás estudié política ni nada de esto, solo medicina, ¿Quién iba a pensar que terminaría sentado en un trono?
RenJun se alzó de hombros.
- Los cielos trabajan de manera extraña, a veces ni quiera puedes llegar a imaginar lo que puedes llegar a ser.
- Eso es completamente cierto - SungChan le dió una mirada curiosa - ¿Sabes dónde está mi esposo? Se suponía que teníamos que hablar de este asunto juntos.
RenJun le dió una pequeña sonrisa.
- Está con el mío, de alguna manera a KunHang se le ocurrió mencionarle que podía enseñarle a utilizar una espada y el arco, Shotaro parecía muy emocionado al respecto.
SungChan sonrió enternecido.
- Bien, mientras esté feliz puedo hacerme cargo de Osaki solo, bueno al menos te tengo a ti.
- Sabes que es un placer.
- Bien, puedes irte, debes estar cansado.
RenJun le asintió con una sonrisa y salió de ahí.
Sí, era cansado ser el asistente del Rey sobre todo por qué ahora debido a los cambios en su cuerpo se sentía más cansado cuando apenas tenía algunas semanas de embarazo.
Regresó a su habitación cuando el sol estaba cayendo, así que no tardaría en oscurecer.
Tomó un libro y comenzó a estudiar aún más la legua, hablaba muy bien pero jamás se deja aprender.
- ¿RenJun? ¿Estás ahí?
Era la voz de Yangyang.
- Sí, pasa.
Su amigo entró y le dió una gran sonrisa.
- Tenemos un regalo para tí.
Su pequeño hijo de apenas dos años cargaba con un sobre de color azul que tenía el símbolo del dragón.
- Dásela a tu tío RenJun - le dijo con cariño al pequeño niño.
Él negó.
- No, mía.
Yangyang lo miró sorprendido.
- ¿Qué te hace pensar que es tuya?
El pequeño niño lo miró y sonrió.
- Tú darmela, es mía.
Yangyang rodó los ojos.
- No te la di por qué fuera tuya, te la di por qué yo no quería cargarla.
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El Cielo A Mí Favor - Rendery/ Sungtaro/XiaoYang
Fiksi PenggemarRenJun un Astrónomo que ha predecido destinos, uniones e incluso muertes, sabe que el destino de un amante de los cielos es solitario. Pero entonces... ¿Porqué los cielos lo destinaron a ese atractivo guerrero? ¿Qué pasaría si elije estar a su lado...