Howgarts patas arriba

Capítulo 18: Cagada tras cagada y tiro porque me toca.

Durante los siguientes días de las vacaciones de Navidad, Diana estuvo encerrada en su habitación enviando constantes lechuzas a James que jamás fueron respondidas. Los padres de la joven no mostraron ningún atisbo de interés en saber qué hacía su hija. Por suerte para ella, pudo escaparse algunas ocasiones con Louis. Recorrieron Londres e incluso Diana marcó en un mapa localizaciones de películas muggle que habían visto. Quedaron varias veces en el piso que Teddy tenía cerca de Chinatown. Una herencia que le había dado el ex novio del padre de Teddy.
Diana se sorprendió al saber que el tío y el padre de Teddy habían sido pareja y demás entresijos familiares. Fueron una navidades estupendas. Incluso pudo conversar con su amiga Amelie por teléfono.

Al volver al colegio, todo el mundo sabía qué había pasado en casa de los Weasley. Diana estaba segura que habían sido las primas de Louis, Molly y Roxanne, porque no pararon de mirarle mal el día de Navidad. Sorprendente para ella, muchos alumnos se acercaron a adular a Diana. Nick se reía y bromeaba de que le iban a quitar la novia a Louis si no se saba prisa en formalizar la relación. La española estaba inquieta. No había visto a James ni en el tren ni en el gran comedor. Solo podía apretar el colgante que le regaló el joven. A la mañana siguiente, James entró al gran comedor como si fuera un rey durante el desayuno. Cogía a Lizzie de la mano y detrás estaba Fred con una chica de Ravenclaw que no conocía. Los minions se sentaron pero James miró a Diana y le hizo un gesto para que se levantara. El corazón de ella iba a mil.

- No te robaré mucho tiempo. - Empezó él a decir.

- He estado muy preocupada desde Navidad...

- Ya... Solo quería decirte que salgo con Lizzie. He estado reflexionando estas navidades y me he dado cuenta de que la quiero. Somos endgame.

- Entiendo...

- Por cierto, agradecería que no llevaras o al menos no dijeras que te regalé ese collar.

- Puedes quedártelo.

Diana se lo quitó y se lo dio disimuladamente. James lo cogió y se sentó con su novia y sus amigos. Se quedó tan perpleja que no pudo mediar palabra con nadie en horas. Durante las siguientes horas se limitó a escuchar a Nick hablar sobre Lorcan y sus problemas de compromiso, a Rose hablar de que Scorpius no le había prestado atención y a Albus que decidió dejarlo con Morgana. Estaba sin ánimo de hacer nada. Le había chocado demasiado que, después de todo, James hubiese decidido salir con Lizzie ¿Qué esperaba? ¿Qué intentara reconquistarla sabiendo que estaba con su primo?

Casi un mes pasó desde aquello y Diana intentó mantenerse con la mente ocupada. Aparte de sus estudios, organizó exitosamente un grupo de estudio informal para enseñarle a los alumnos aquellas asignaturas que flaqueaban. También ensayaba ballet y danza contemporánea en el aula de música cuando estaba libre con el permiso del profesor Flitwick. Lo que sea por no pensar en James y Lizzie. Incluso cuando se sentía frustada de verlos, iba buscando a Louis como premio de consolación pero se desesperaba cuando él le insinuaba que querería formalizar la relación.

Ese sábado de finales por la mañana se había calzado sus puntasz se puso sus mallas y estiraba con canciones de David Bowie. Diana echaba de menos su grupo de danza de Beauxbatons. Pensó fugazmente en volver a su colegio. Quizás la madre de Amelia la podría adoptar. Decidió buscar una canción que le motivase. El profesor Flitwick tenía un altavoz que había encantado para que sonara cualquier canción existente en el mundo mágico o mugge. Finalmente puso Snowman de un artista muggle llamada Sia y se dejó llevar por la música. Notaba como la música se apoderaba de ella hasta que vio justo la persona que menos quería ver con su equipo de quidditch. Ella continuó bailando girando sobre sí misma y haciendo piruetas. Él se sentó fascinado como si estuviese viendo algo verdaderamente espectacular. Al acabar la canción, ella estaba boca arriba. Se sacudió su mallot y sonrió.