Capítulo 22: Veritaserum

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Durante el siguiente mes todo parecía ir perfectamente en armonía. Los miércoles, Diana solía quedar después de cenar Nick a para contarle lo mucho lo bien que iba su relación con Lorcan y lo insoportable que era la relación entre Louis y Leona McKinnon. El noviazgo de Scorpius y Rose le recordaba a aquel grupo español llamado Pimpinela. Unos días se daban besos y otros días se chillaban barbaridades por los pasillos. A raíz de la fiesta, Fred empezó a decir que salía con Kevin Jordan aunque no estaba preparado para contárselo a sus padres. Mientras que Diana y Albus vivían en una burbuja de amor. Se completaban a la perfección e incluso la madre de Albus le envió una cesta llena de dulces, pergaminos y plumas nuevas como regalo atrasado de cumpleaños.

Pero no todo era bonito. Por otra parte, James parecía ser el único que no parecía feliz. Cortaba de forma intermite con Lizzie mientras se enrollaba con otras chicas a escondidas en los baños. A menudo estaba en detención por causar peleas y su uniforme siempre lucía desaliñado. Durante ese mes no se arrimaba a ningún lugar que estuviese Diana. La evitaba a toda costa. Incluso se sentaba con chicas de otras casas para comer o tontear. Albus estaba preocupado por su hermano pero él le decía constantemente que estaba bien. Diana no sentía capaz de contarle todo lo que pasó aquella noche. Sentía que era como reavivar las cenizas de un fuego extinto. Además, sabiendo el temperamento de Albus dudaba si podría perdonar a su hermano.

- Me preocupa tantísimo... - Dijo Albus.

- Lizzie está histérica. - Dijo Rose. - Intenta darle celos con Lyssander pero él sigue pasando de ella.

- Al, tu hermano es raro. - Dijo Scorp.

- ¿Tú qué crees, Di? - Preguntó Albus.

- Yo... bueno... James es listo. Sabe cuidarse solo. - Dijo Diana.

Era sábado después del desayuno y estaban ellos cuatro tirados en el césped. Aquella mañana se la habían tomado de descanso y pleaban quedarse allí a adelantar deberes pero el sol era inusualmente cálido para esa época del año. En ese momento vieron a James lo lejos con una chica al otro lado del lago. Ella estaba encima de él y ambos se besaban ferozmente. James le tocaba los pechos y el culo mientras la otra chica parecía meter la mano en su paquete.

-¡Eh, capullo! Idos a las habitaciones. - Chilló Albus a pleno pulmón.

James se giró y vio a los cuatro a la otra parte del lago. Se rió y levantó el dedo corazón. Después de quince minutos se presentó allí con ellos y se sentó. Diana intentó apartar la mirada pero James se encendió un pitillo.

- ¿No te da vergüenza manosearte con una chica en medio del valle? - Preguntó Albus.

- Hermanito, hay que vivir la vida . - Dijo James. - Si hicieras lo mismo que yo, mi cuñada no tendría esa cara de siesa siempre.

- Eres un cerdo. - Dijo Rose.

El mayor de los Potter se rio mientras fumaba y Diana miró con cara de desagrado. Cuñada sonaba mucho a rintintin.

- Puede... - Dijo James. - ¿Qué pasa, cuñada? Que seria te veo.

- Nada. - Dijo Diana bruscamente.

- ¿Ves, Al? Lo que te decía. Insatisfecha sexualmente. - Dijo James.

- James, te estás pasando. - Dijo Albus.

- A las chicas les pierde que las beses mientras les tocas la parte interior del muslo. - Dijo James.

- Que te den, James Potter. - Gritó Diana.

- Ojalá, la verdad. - James guiñó le guiñó el ojo.

Ella se levantó y se fue mientras Albus gritaba algo que no logró a escuchar. James se acercó hacia ella cogiéndola del brazo. Diana se apartó disgustada. Sus ojos irradiaban rabia mientras que los ojos de él seguían coquetos. Albus los siguió.

Howgarts patas arribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora