Capítulo 34: Incontrolable.

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Las semanas transcurrieron sin demasiados acontecimientos más que el nerviosismo de los estudiantes por preparar sus exámenes. Al volver de Beauxbatons, Diana había decidido dejar adivinación y matricularse en runas ante el desagrado de la directora McGonagall por lo que en todo este tiempo había tenido que estudiar en unos meses lo que sus compañeros habían estudiado en dos años para ponerse al día. Su vida se basaba en estudiar y estudiar. No tenia tiempo para otra cosa. Scorpius y ella se volvieron mejores amigos por lo que se contaban todas sus preocupaciones en cads rato que ambos encontraran libre. Él seguía suspirando por Rose quien aprovechaba para coquetear delante del rubio con su novio.  Diana, por su parte, seguía con su duda entre los dos hermanos Potter. Como era de esperar, le contó lo que dijo James en sueños. Lo que el le dijo que Albus le contó que tenían un pacto entre hermanos de no salir con ella.

- Es mi decisión, Scorp. - Le dijo Diana.

- Ya, bueno. Pero ambos sabemos que si sales con uno de los dos, volverá la tragedia griega. - Dijo Scorpius lanzando una piedra al lago. - Y ya está mosca Albus con que seamos amigos.

- No le molestaba tanto cuando quedaba con Nick.

- ¿Porque Nick es gay?

- Hombres y su masculinidad frágil... - Dijo Diana. - Estoy harta de ellos.

- Pues líate con una mujer ¿A mí que me cuentas?

- Pues a lo mejor lo hago.

- ¿Te vas a liar con una chica? - Dijo James acercándose. - ¿Me dejarías verlo? Perdón. Eso ha sonado machista y fuera de lugar ¿Qué tal?- Sonrió.

- Aquí hablando de la vida amorosa de Diana. - Sacó la lengua Scorpius mientras Diana lo mataba con la mirada.

- Uuuh. Me interesa - Se rio James. - ¿Alguien nuevo?.

- Que va ¿Te acuerdas de Giovanni el ex de Diana?  Le sigue enviando cartas de amor. - Dijo Scorpius. - Oh, Diana. Tengo ganas de enseñarte la Roma muggle y comer pizza  sentados frente al Colisseo- Dijo Scorpius en un pésimo acento italiano.

- Recuérdame que no te cuente nada. - Sonrió Diana sarcásticamente. - ¿Qué querías, James?

- El profesor Longbottom, también conocido como Neville, te espera en la enfermería. - Dijo James. - Dijo algo de Hécate ¿Qué pasa?

Diana abrió los ojos como platos al recordar el conjuro que realizó hacía unos meses. Cogió sus cosas y echó a correr. Sintió como sus amigos la seguían hasta la enfermería. Allí estaba una doctora junto a su profesor y su mujer. Ambos lloraban con una amplia sonrisa. Neville la abrazó muy fuerte. El profesor anunció su embarazo ante el asombro de los presentes y la medibruja explicó que Diana había hecho un conjuro muy antiguo que utilizaban en los tiempos de la cacería de brujas en Salem. Salieron de la enfermería mientras Diana brincaba de felicidad mientras ponían rumbo al gran comedor. Durante la cena explicó  como había dado con su rudimentaria solución. Sus amigos estaban asombrados de la inteligencia de ella. Más tarde, cuando acabaron de cenar, cada uno se fueron a sus tareas y dejaron a James y Diana solos en la sala común.

- ¿El headboy no tiene que vigilar? - Preguntó Diana.

- Vigilé ayer. Hoy me apetece descansar. - Dijo James acostándose en el sofá.

- ¿Entonces no irrumpirás en mi habitación comiéndote a Lizzie? - Diana se acostó en el sofá de enfrente y lo miró.

- Eso quizás mañana. - Le tiró un cojín a  Diana. - Hoy descanso.

- Pues avísame si vas a hacerlo y me alejo de allí. - Le devolvió el cojín dándole en la cara.

- ¿Para estar con Scorpius?

Howgarts patas arribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora