Capítulo 26: No tengo opciones

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Diana amaneció esa mañana aún dolorida. La cama que anoche vio había desaparecido. Intentó recordar todo lo que sucedió la noche anterior pese a su dolor de cabeza. Recordó hablar con mucha gente, lo de Albus, Roxanne, Nick y... su madre. No pudo evitar llorar. No podía entender como alguien que se suponía que debía entenderle podía hacerle tantísimo daño. Se levantó y observó a su alrededor. Cualquier persona podría haber adivinado que era la habitación de James. La gran cantidad de pósters de quidditch y banderines de Gryffindor no dejaba ver las paredes blancas de la estancia. El escritorio estaba lleno de revistas de El Mundo de la Escoba y una colección de CDs muggles de Ed Sheeran. Diana jamás hubiese imaginado a James por un soft boy teniendo tanta confianza en si mismo. Arriba del escritorio había un tablón de corcho lleno de fotos de su familia, de Teddy e incluso una foto de Diana que le dio en una ocasión. Llamaron a la puerta y ella la abrió. Era Harry. Entraron y se sentaron encima de la cama como si fueran padre e hija.

- ¿Cómo estás, Diana? - Preguntó Harry.

- Bien. Supongo ¿Qué hago aquí? Tengo clase.

- Ayer te desmayaste y la profesora McGonagall pensó que era mejor idea que te trajeramos aquí.

- Me encontró Grant. Lo vi.

- Sí. Grant es alguien muy importante para Teddy. Lo importante es que nos cuentes qué pasó.

- Lo dices cómo si lo supieras.

- James vio como tu novio parecía arrastrarte hacia algún lado y luego lo vieron solo con tu padre. Cuando me lo contó, Grant nos dijo que era mala señal y, como él por su profesión entiende de esas cosas, nos pusimos a buscarte. Luego, Teddy dijo que olía a magia oscura y allí te encontramos. Hemos llamado a tus padres pero nos han ignorado.

- Utilizó cruciatus.

- Alice y yo lo detectamos enseguida al ver tus ojos. Diana, tienes que saber que nosotros podemos adoptarte. Los chicos se han propuesto en compartir habitación para que puedas quedarte. Incluso Hermione tiene una habitación disponible si así lo quisieras.

- Lo siento, Harry, pero debo volver. Mi obligación es casarme con Giovanni a pesar de que ayer besara a tu sobrina Roxanne.

- Hemos hablado con ella y está en shock. Dijo algo de evitar que te fueras de Hogwarts.

- Al año que viene estudiaré en Beuxbatons a cargo de mi hermana.

- ¿Estás segura de eso? Quiero decir, tienes opciones...

- No las tengo, señor Potter. - gritó Diana. - Agradezco su cariño pero mi obligación es realizar mis exámenes y volver.

Diana corrió todo lo que pudo y salió de la casa. En su bolso siempre llevaba dinero muggle así que cogió el primer taxi que pudo que la enviara de nuevo a su casa. Estaba cansada de que todo el mundo le dijera la gran cantidad de opciones que tenía ¿Acaso pensaban que si pudiese no escaparía de esa situación? Estaba harta de que decidieran por ella. Después de media hora, llegó a su casa. Sus padres estaban trabajando así que eso le permitió a Diana descansar un poco. Miró el cuadro que le regaló en Navidad y se sorprendió. Poco quedaba de la chica que leía al sol aquella mañana de noviembre. Habían En pasado tantísimas cosas... Ahora sabía que en algún momento tenía que volver a Hogwarts y eso le aterraba. 《Solo para los exámenes finales.》Pensó. Peronno sabía exactamente cómo afrontar a todo el mundo. Seguramente todo el mundo sabría qué había pasado con ella. En ese momento una lechuza llamó a su ventana. Recogió el sobre.

Estimada señorita Diana Rodríguez:

Su petición de realizar los exámenes de forma no presencial en nuestro colegio ha sido aprobada. Entendemos que su salud es prioritaria. Le informamos que el horario de exámenes se mantendrá al del colegio. Para asegurarse que usted realice las pruebas correctamente, un responsable del colegio le acompañará. A su vez, se le entregará el material necesario para que realice sus pruebas.

También le informamos que hemos recibido el cambio de expediente a su antiguo colegio. Lamentamos profundamente su marcha.

Atentamente,
Directora Minerva McGonagall.》

Definitivamente sus padres habían cumplido su deseo de volver a Beauxbatons y así lo haría. Durante las siguientes semanas apenas salía de su habitación. Por las mañanas, cuando no hacía sus exámenes, estudiaba. Y por las tardes seguía estudiando o leía. No tenía el ánimo de bailar o hacer cualquier otra cosa. Evitaba a sus padres lo máximo posible. No podía perdonarles aquello que le habían hecho. A menudo recibía cartas de todos los miembros de la familia Potter, de los Granger-Weasley, Scorpius, Nick... e incluso de Roxanne en una ocasión para pedirle disculpas. De nada servía, ella estaba encerrada en su castillo de cristal.

Aquella mañana de junio el calendario le notificó que era el cumpleaños de Gio y la tristeza se apoderó de ella. A penas un mes había pasado desde aquello pero no podía olvidarlo. Los exámenes habían acabado, dejando a su mente demasiado libre de pensar en todos sus tormentos. Abrazó fuerte el cojín. El aburrimiento le causó un hambre atroz. Sus padres estaban trabajando así que no habría problema de que la viesen sin comportarse como una dama. Se calzó únicamente el jersey de Gryffindor que le venía de vestido, se hizo un moño con su varita. Al llegar a la cocina puso música de la radio. 《 Les recordamos, estimados oyentes, que Ed Sheeran nos trae su nuevo disco "Subtraction" el próximo trece de junio. Hasta entonces no dejen de escuchar el single que nos dejó hace unas semanas "Tell no one".》. Diana recordó ver los discos de ese cantante en la habitación de James y pensó en comprarlo. Un ruido invadió la habitación y enfrente de ella se encontraba Gio.

- Hola Diana. - Dijo él suavemente.

- ¿Qué quieres? - Espetó ella. - No eres bien recibido.

- Tu madre me dijo que respetara tu espacio pero ya ha pasado un mes, es mi cumpleaños... he venido desde Beauxbatons... - Una gota de sudor recorrió su frente. Tenía la mirada perdida.

- Oh, claro. Felicidades Rossi. Gracias por venir. No olvides cerrar la puerta al salir.

- No, Diana. Quiero saber... Qué pasó esa noche. No recuerdo mucho. Solo a tu madre decirme que estaba indispuesta y que te diera tiempo.

- Después de que te besaras con la prima de mis amigos, me llevaste frente a mi madre quien me golpeó y me torturó.

- No recuerdo nada de eso... De verdad. Yo me porté mal contigo en el pasado pero no podría hacerlo de nuevo. Amelie te puede decir como he rechazado a muchas chicas por ti porque te amo Diana.

- Qué considerado.

- Créeme. Todo de esa noche es... confuso...

Diana miró a los ojos a Gio y vio incertidumbre. Parecía realmente que no sabía que estaba sucediendo. Un flash le vino a la cabeza: Anna Lucía Rodríguez estaba detrás de todo esto per no podía demostrarlo. Miró la hora. Faltaba aún hora y media para que sus padres volvieran a casa. Arrastró a Gio a su habitación. Tenía que cumplir su objetivo de desacreditar a su madre pero para ello tenía doblegarse a ser lo que ella quería que fuera. Salir con Gio, ignorar a todo quien conocía de Inglaterra, sumergirse en autocompasión y volver a Beauxbatons. Esto último, al menos, temporalmente. Todo debía de ser creíble. Todo debía de ser perfecto. Esa era su única opción.

Howgarts patas arribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora