Capítulo 13: Baile de navidad

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Ya habían pasado un par de horas desde que se habían acostado Louis y Diana. Estaban los dos tumbados, con sus cuerpos desnudos y riéndose de lo que acababa de pasar. No sabían exactamente qué iba a pasar cuando se separasen pero era su momento.

- ¿Y ahora qué? - Dijo Louis.

- Ahora me tendré que vestir antes que Neville o cualquier prefecto venga y nos castigue. - Contestó Diana.

- Te recuerdo que soy prefecto.

- Pues menudo ejemplo das.

Diana le dio con el cojín en la cara mientras se reía. Se le pasó por la cabeza que las palabras de él escondieran sus ganas de estar con ella pero se convenció de que eran únicamente amigos. Diana se puso de nuevo su túnica y Louis abrió la puerta. A la otra parte estaba Nick medio dormido. El chico levantó a su mejor amigo como si fuera un bebé y lo acostó en su cama. Siempre le había parecido muy bonito la amistad que tenían. Ojalá Amelie estuviese allí con ella.

A la mañana siguiente se despertó con los gritos de sus compañeras de habitación. Todas parecían ilusionadas de que fuera el baile de navidad. Rose iría con un vestido azul de su madre que llevó ella una vez. Diana las miraba desde la cama con ganas de tirarse por la torre de astronomía. Quería dormir pero sus chillidos eran tan fuertes que se hizo un moño, se puso un chándal y se fue con sus libros a la biblioteca. Tenía tanto sueño que fue a la cocina con la esperanza de que quizás Winky le podría dar un café.

- Señorita, Rodriguez. Qué agradable verla aquí de nuevo. - Dijo la elfina. - ¿Qué hace en las cocinas? ¿Y el señor Potter?

Diana se sintió mal al darse cuenta de que no había bajado a ver a los elfos desde hacia más de un mes.

- Me dejó, Winky. Besó a otra. - Respondió amargamente Diana.

- Winky lamenta mucho lo sucedido, señorita Rodríguez. Ya no quedan hombres como los de antes.

- No pasa nada... Creo que ya lo superé. Por cierto ¿Crees que me puedes hacer un café?

- Es muy joven para beber café pero se lo haré.

La elfina le trajo un café en una taza y sonrió a la pequeña. No era una elfina muy cariñosa y era muy chapada a la antigua pero siempre se había portado bien con ella. Diana le agradeció el gesto y se fue a la biblioteca. Tuvo que esconder su bebida pues no estaba permitido beber algo que no fuera agua en la estancia. Consiguió ponerse en su rincón favorito. Cerca de la ventana. Leer y nieve era lo que más le gustaba en el mundo. Quizás esto le inspirase.

- Mes tristes démons, dans l'abîme sans fond... - Canturreó Diana sacando sus libros.

- Tanto juntarte con Louis y has acabado hablando francés.

Albus apareció con una sonrisa tímida de entre las estanterías. Dejó sus libros apoyados junto a los de Diana y ella sintió como su corazón se encogia en un puño. Se miraron a los ojos y no pudo evitar sonreir de vuelta.

- ¿Qué significa? - Preguntó Albus.

- Mis tristes demonios en el abismo sin fondo. - Contestó. - Además te interesará saber que no es por Louis. Hablo nueve idiomas.

- ¿Cómo que nueve idiomas?

- Por orden de adquisición: Español, catalán, lengua de signos española, inglés, francés, gallego, portugués, vasco e italiano.

- ¿Cómo?

- Soy de España concretamente de Barcelona por lo que se español y catalán. Mi prima María es sorda por lo que sé LSE. Mis padres me obligaron a aprender inglés y francés antes de ir Beauxbatons. Y luego simplemente quería comunicarme con mis amigos en su idioma y aprendí gallego, portugués y vasco.

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