Capítulo 40

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Después de la llamada de su abogado, Seungwoo se dirigió a su hogar para buscar a sus hijos. Su corazón latía rápidamente por la emoción, al fin sería libre de su pasado y podría comenzar de nuevo. Como de costumbre, los niños le recibieron en la puerta, con grandes sonrisas y abrazos. Seungyoun y Soorim estaban allí también, sentados muy cerca del otro en el sofá mientras veían una película.

-Papá, ¿viste a Hyejin?- interrogó Sejun.

-¿Le diste los dibujos a Hyejin?- preguntó su hermano Subin.

-¡Jin!- exclamó Junho con alegría de sólo escuchar su nombre. 

-Ustedes mismos podrán entregarle sus regalos- les contestó Seungwoo. - Por ahora, vayan a bañarse y a vestirse.

-¿Vamos a salir?

-¿Por qué no le diste los regalos a Hyejin? ¿No fuiste a verla?- preguntó Yohan.

-La ví- sonrió. -Ella trabaja en el lugar al que fui a comprar las flores. Pero no pude dárselas, el abogado Lee me llamó- se quitó su corbata mientras hablaba. -Iremos a firmar los papeles del divorcio, y después iremos por Hyejin.

-¿De verdad?- los ojos de los niños se iluminaron.

-Sí- asintió su papá con una enorme sonrisa. -Vayan a bañarse y ponerse ropas limpias... ¿Soorim, puedes- Soorim lo interrumpió.

-Nosotros nos encargamos de los pequeños. Ve a prepararte- contestó levantándose del sofá.

-Gracias- suspiró y subió las escaleras con toda su familia siguiendolo. Todos tomaron un baño y se vistieron con ropas limpias y bonitas.

-"Hoy Hyejin volverá"- era lo que todos pensaban mientras se arreglaban. Después de bañarse y arreglarse el cabello, Seungwoo se vistió con un pantalón negro y una camisa de mangas largas color gris. Su corazón latía como loco, estaba nervioso, ansioso. Se sentó en la cama con manos temblorosas para ponerse los zapatos cuando alguien tocó a su puerta.

-¿Podemos pasar?- preguntó Seungyoun.

-Sí- contestó, entonces la puerta se abrió y Seungyoun y Soorim se adentraron en su habitación de manos tomadas, con los bebés en sus brazos.

-Vaya, ¿quién eres tú y dónde dejaste a mi hermano?- bromeó Seungyoun al ver la ropa de su hermano.

-¿Es mucho?- preguntó nervioso. -Debería cambiarme- se paró para buscar algo diferente.

-Seungwoo, te ves bien- dijo Soorim riendo. -Te ves guapo- Seungyoun giró su cabeza para mirar a su novia con una expresión seria.

-¿De verdad? ¿No estoy exagerando?- Soorim negó. -Ah... No sé. Mejor uso un mahón y cualquier camisa.

-¡No!- Soorim lo detuvo. -Estás bien así. Créeme, Hyejin amará verte bien vestido con unas flores en tu mano para ella... Además, tienes que apurarte si quieres ir a firmar los papeles del divorcio ahora.

-Sí, tienes razón.

-Aunque cualquier cosa es mejor que una pijama- se burló de su novio, recordando el día en que ella le había regalado un ramo de rosas azules y le pidió un segundo intento.

-Oye, eso es tu culpa. Fuiste tu quien fue a buscarme tan temprano en la mañana para rogarme que fuera tu novio.

-No recuerdo haberte rogado- Soorim negó con los brazos cruzados. -Y tampoco te pedí que fueras mi novio- Seungwoo rodó los ojos y volvió a la cama para ponerse los zapatos.

-¿Enserio? Pues yo sí lo recuerdo.

-Seungyoun, fuiste tú quien me pidió ser tú novia- le recordó Soorim.

¿Cómo Ser Un Padre Otra Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora