Habían pasado ocho meses desde la partida inesperada de SoRa. Seungwoo se quedó sólo con cinco hijos que necesitaban ir a la escuela, a la guardería, a citas médicas y él debía trabajar para alimentarlos a todos. No fue nada fácil acostumbrarse, si no fuese por la ayuda de su madre se hubiera vuelto loco. Pero su madre no era una mujer muy joven, había tenido a Seungwoo a sus treinta, ahora que su hijo tenía veintiséis ella estaba alrededor se los cincuenta y cinco años. A su edad no era nada fácil hacerse cargo de unos trillizos de siete años, un niño de dos, y un bebé de ocho meses. Mucho menos cuando los niños eran tan traviesos...
-Pero Yongsun, cuidar a esos niños drenará toda tu energía- dijo una vieja amiga de la mamá de Seungwoo a través del teléfono
-¿Y qué quieres que haga? ¿Dejarlo sólo con todo esto? Él debe trabajar para mantener a sus hijos, ¿quién va a cuidarlos?- dijo lavando los trastes que había ensuciado durante la preparación del desayuno.
-Yongsun, estás muy vieja para cuidar niños, ellos deberían cuidarte a tí. Además, puede contratar una niñera- el teléfono de Yongsun, la madre de Seungwoo estaba en alta voz sobre la mesa de la cocina mientras está lavaba los platos. Pensó que estaría en un lugar seguro de los niños, pero el pequeño Junho, de dos años, se las arregló para tomarlo a escondidas de su abuela.
-¿Una niñera? Quizás tengas razón, estoy muy vieja para esto. Le diré a Seungwoo que contrate una niñera- dijo la señora, quedándose en silencio, esperando la respuesta de su amiga. -¿Soyeon?- llamó a su amiga, sin saber que el niño había hurtado su celular y lo había llevado al baño más cercano. -¿Y mi celular?- preguntó dándose la vuelta y buscando su teléfono. Apagó la pluma y se dispuso a buscarlo. -¿Dónde estos mocosos habrán escondido mi teléfono?- dijo comenzando a molestarse. Entonces escuchó el estruendo del inodoro, y corrió hacia el baño, donde encontró a Junho mirando fijamente cómo el agua daba vueltas en el inodoro. -¡YA ESTOY HARTA!- gritó viendo como su teléfono moría ante la travesura del pequeño niño.
Por otro lado, Seungwoo se cubría de pies a cabeza, ignorando el grito de su madre. No quería saber qué travesura habían hecho sus hijos tan temprano en la mañana. Era miércoles y debía volver al trabajo, no quería tener que lidiar con lo que sea que los niños hubieran hecho. Sintiéndose sofocado por el calor de las sábanas, volvió a desarroparse. Se dió la vuelta en la enorme cama matrimonial que tan sólo unos meses atrás le parecía pequeña. Pero desde que su esposa se fue, la cama se sentía enorme, fría y vacía.
-Todo sería diferente si estuvieras aquí- dijo mirando la hermosa foto de su esposa el día de su boda. -Pero la vida sigue- dijo antes de levantarse de a cama. Seungwoo entró al baño y trató de alistarse para salir lo antes posible a su trabajo, mientras su mamá preparaba el desayuno para todos y reprendía a Junho por lo que le pasó a su teléfono. Pero el pequeño apenas estaba aprendiendo lo que estaba bien y lo que no.
-Sabes que no te entiende, ¿verdad?- preguntó Seungwoo acercándose a la mesa del comedor, donde estaba su madre junto a sus dos hijos menores.
-Él entiende más de lo que tú crees- dijo señalando. -Tenemos que hablar, Han Seungwoo.
-¿Y los trillizos? ¿Por qué no están despiertos? Sabes que Sejun es difícil de despertar, llegarán tarde a la escuela- dijo sin hacerle mucho caso a su madre, ya que sabía que el tono que estaba usando era porque se avecinaba un regaño.
-Aún es temprano- se excusó ella. -Seung- la interrumpió.
-Para tí, no para mí. Llama en cuanto lleves a los niños a la escuela.
- No pued- Seungwoo la interrumpió otra vez.
- Ya me voy, mamá- se despidió.
-Junho tiró mi teléfono al inodoro- dijo alto, deteniendo el camino de su hijo. Este miró al niño de dos años, que comía sin saber lo que pasaba. La cara inocente de Junho convenció a Seungwoo de que nada malo sucedía.
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¿Cómo Ser Un Padre Otra Vez?
FanficDespués del nacimiento de su quinto hijo, Han Seungwoo queda completamente a cargo de sus cinco hijos después de que su esposa se fuera sin dar ninguna explicación. Con un trabajo que toma casi todo su tiempo, trillizos de seis años, un niño de dos...