Capítulo 11

297 34 12
                                    

-Espera, espera… ¿De verdad tenemos que subir a esa cosa?- la cara de Soorim se volvió algo pálida.

-Si quieres esquíar, sí- contestó el hombre que trabajaba como seguridad.

-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo a las alturas?- preguntó Seungsik. Para llegar al tramo que Soorim quería esquíar, los cinco deban subir a una telesilla que los transportaría hasta allí.

-¿Yo, miedo a las alturas? ¡Claro que no!- fingió.

-Bien, entonces… Sólo pueden subir tres personas por telesilla y los niños no pueden ir solos.

Soorim quería morir. Tenía pánico a las alturas, pero no podía enseñarle su lado cobarde a Seungsik. Su cuerpo entero temblaba, y tener que estar sola con un niño volando en una telesilla, lo hacía peor. No podía estar con Seungsik, si fuese así, al menos sería reconfortante. Si iba con Subin o Sejun, ellos se burlarían de ella por su temor a las alturas. Yohan, según Hyejin, era el más tranquilo y amable de los trillizos. Quizás no ayudaría mucho a calmarla, pero era probable que no se burlaría de ella como sus hermanos… O como su tío Seungyoun.

-Que bueno que Seungyoun no esté aquí- murmuró entre dientes.

-¿Dijiste algo?- preguntó Seungsik.

-Que entonces yo iré con Yohan- sonrió tomando la mano del niño.

-Bueno… Está bien- el niño puso una mirada algo triste porque él quería estar con su tío.

-Ustedes siguen- dijo el empleado cuando la telesilla llegó. Seungsik, Subin y Sejun subieron primero, dejando atrás a Soorim y Yohan.

-Soorim, te ves enferma- comentó el niño mirando la cara de la adulta.

-Estoy bien- contestó sin mirarlo.

-No lo pareces- comentó el niño.

-Yohan, elegí ir contigo porque pensé que no te burlarías de mí- le admitió al niño.

-¿Tienes miedo?

-Mucho- confesó.

-Es su turno, señorita- dijo el empleado cuando llegó la telesilla.

-Bueno… Entonces puedes tomar mi mano- el dulce niño ofreció su pequeña y pálida mano para que Soorim la tomara. La chica no lo dudó, y cuando llegó la telesilla, tomó fuertemente la mano de Yohan. La cual comenzó a apretar cuando comenzaron a subir.

-Soorim, ¿ya puedes soltar mi mano?- pidió el niño de siete años, viendo cómo la adulta a su lado cerraba sus ojos con fuerza.

-Déjame sostenerte hasta que lleguemos, ¿sí?- rogó sin abrir sus ojos.

-Sé que te dije que podías tomar mi mano, pero me aprietas muy fuerte. Siento que mis dedos se van a partir- se quejó.

-Lo siento- Soorim aflojó su agarre pero no soltó la mano del niño.

-¿Por qué subiste si estabas tan asustada?

-No quería quedar mal frente a Seungsik- confesó, luego recordando que Yohan era sólo un niño. -No lo entenderías.

-Bueno, pero Seungsik no es como tío Seungyoun. Él no se va a burlar de tí.

-Es más que eso. Pero tienes razón, Seungyoun se burlaría de mí si estuviera aquí, lo que me hace pensar que es bueno que no esté aquí.

-Pero tío Seungyoun es muy divertido.

-¿Divertido?- Soorim finalmente abrió sus ojos para mirar al niño, y luego reír forzosamente. -Sí, claro... ¡Oh, malditasea estamos muy alto!

¿Cómo Ser Un Padre Otra Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora