Seungwoo volvió a su habitación cuando Hyejin bajó a darle desayuno al bebé. Se sentó en la cama, mirándose al espejo. Realmente se veía mal, ya entendía por qué Hyejin estaba tan preocupada por ellos. No había parado de llorar en toda la noche, sus ojos estaban hinchados. Su cabello era un desastre y aún no había tomado un baño. Pero algo había cambiado dentro de él, a pesar de su aspecto su cuerpo se sentía más liviano. Se había quitado una carga enorme de encima, y aunque sus hijos estarían tristes, no permitiría que esa tristeza durara mucho tiempo. Hyejin tenía razón, sus hijos lo necesitaban, y no podía dejar que ellos sintieran ese peso de haber sido abandonados. Tenía que hacer algo para tratar de animarlos.
-Tú nos abandonaste- le dijo a la foto de su esposa. -Así que tenemos que aprender a vivir sin tí, así como tú puedes vivir sin nosotros- se levantó de la cama, y se adentró al baño para tomar una ducha. Allí, debajo del agua caliente, su mente sólo podía darle vueltas a la conversación que tuvo con Hyejin. -"Estoy aferrada a ti"- fueron las palabras que se quedaron atascadas en su cabeza. -Vaya elección de palabras- comentó.
Por otro lado, Hyejin estaba dándole de comer a Dongpyo su puré, cuando escuchó voces en el segundo piso. Los trillizos estaban despiertos, pero no bajaron a desayunar como solían hacerlo. Eso la preocupó, pero quiso darles su espacio después de lo sucedido. Pero al ver que pasaban minutos y no bajaban, decidió limpiar al bebé e ir junto con él a ver a sus hermanos. Una vez estuvo delante de la puerta, la tocó tres veces y la abrió. Ellos parecían estar buscando algo en la habitación, tenían momentones de papeles apilados en el suelo.
-Buenos días, chicos- los saludó con una sonrisa. -¿Qué están haciendo?
-Estamos tirando las cartas de mamá- dijo Subin sin prestarle atención.
-¿Cartas?- Hyejin se sentó en la cama de Yohan.
-Son cartas que mamá enviaba- dijo este. Hyejin tomó una de las cartas en sus manos. No la leyó, no tenía el corazón para eso, pero con sólo mirar la letra en ella pudo sentir la angustia de Seungwoo y el tremendo amor que sentía por sus hijos. Era por eso que no podía pasar tiempo con ellos, por eso se alejó de ellos. No podía mirarlos a los ojos sin sentir vergüenza por mentirles sobre las cartas. Por ilusionarlos con historias de una madre que los había abandonado.
-Realmente no eran de mamá, papá las escribía para que no estuviéramos tristes- dijo Sejun.
-Ella nos abandonó, así que no hay por qué guardarlas- dijo Subin.
-¿También tirarán las fotos?- tomó una foto también.
-Así es- Subin la tomó de la mano de la niñera y la tiró al pequeño zafacón que tenían en la habitación. Tomaron todo lo que tenían en el suelo y lo tiraron a la basura. -Ya no quiero ver su cara nunca más- Seungwoo, quién ya había salido de su habitación, se detuvo a un paso de la puerta de los niños. Había escuchado esa frase y no pudo contener su curiosidad sobre lo que estaban hablando.
-¿Estás seguro de eso?- preguntó la niñera. -¿No la vas a extrañar nunca más?
-¿Por qué lo haría? Ella no nos extraña a nosotros- su papá bajó a vista con algo de tristeza.
-Chicos, sé que están decepcionados. Sé que están tristes por saber todo esto, pero esto no es lo que su papá quería que pasara. Él les ocultó la verdad para no verlos tristes, escribió estas cartas para que no la olvidaran- Seungwoo comenzó a asentir en acuerdo con la niñera. -Quizás su mamá se fue, pero gracias a ella tienen un padre tan amoroso como Seungwoo. Así que no tienen que hacer todo esto, no tienen que enojarse y tirar todo, no hagan que su papá se ponga aún más triste. No quiero eso para ustedes.
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¿Cómo Ser Un Padre Otra Vez?
FanfictionDespués del nacimiento de su quinto hijo, Han Seungwoo queda completamente a cargo de sus cinco hijos después de que su esposa se fuera sin dar ninguna explicación. Con un trabajo que toma casi todo su tiempo, trillizos de seis años, un niño de dos...