Capítulo 32

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Un fuerte y constante ruido rítmico fue la causa por la que Hyejin había despertado de su sueño. Cuando abrió los ojos se dió cuenta de que no estaba en su cama, ni en su casa, más bien estaba en la habitación de Seungwoo, pues se había quedado dormida la noche anterior en los brazos del hombre. Él aún estaba a su lado, tapando su cabeza entera con la almohada. El despertador aún sonaba por todo lo alto taladrando sus oídos, haciendo que su cabeza quisiera explotar gracias a la resaca, y aunque el despertador estaba a su lado, no podía estirar el brazo para apagarlo. Seungwoo quería proteger su cabeza con todas sus fuerzas para que esta no explotara. Al ver el dolor del hombre a su lado, Hyejin se lanzó por encima de su cuerpo y apagó el despertador. Cuando sintió el calor de su cuerpo sobre él, Seungwoo atrapó el cuerpo de la chica en sus brazos para que no se alejara.

-¿Qué haces? Sueltame- ordenó, tratando de escapar de su agarre. Seungwoo sólo apretó más sus brazos a su alrededor y se dió la vuelta. Quedando encima de ella. -Seungwoo, quítate de encima.

-Sólo cinco minutos más- pidió con voz ronca sobre el oído de la niñera, enviando corrientes eléctricas por todo su cuerpo. -Déjame abrazarte por sólo cinco minutos.

-Seungwoo, quiero ir a casa- dijo cortante. Se había quedado dormida, y no había tomado el baño nocturno que siempre tomaba al llegar a casa después de un largo día, también tenía las mismas ropas del día anterior. Sentía urgencia de ir a tomar una ducha y ponerse ropas limpias antes de que los niños despertaran.

-No. No quiero dejarte ir- dijo suspirando sobre el cuello de la mujer debajo de él. Podía sentir su respiración, una suave corriente de aire cálido rozar la piel de su cuello. Cada vez que exhalaba, la piel de Hyejin se erizaba, un escalofrío recorría todo su cuerpo, comenzaba a sentir calor y su corazón... -Tu corazón late como loco- mencionó con una sonrisa, y besó su cuello con un simple toque de sus labios.

- El tuyo también- ella también podía sentir el latido de Seungwoo contra su pecho.

-¿Y aún tienes dudas cuando te digo que tengo sentimientos por tí?- volvió a besar su cuello, y lo acarició con la punta de su nariz.

-Anoche estabas muy borracho, debes tener taquicardia por la resaca- contestó poniendo sus manos sobre el pecho de Seungwoo para empujarlo, pero perdió toda fuerza cuando sintió el cuerpo del contrario vibrar a causa de la carcajada que se había escapado de su boca.

-No me hagas reír, mi cabeza va a explotar- pidió sintiendo punzadas de dolor a causa de la risa.

-Quítate, Seungwoo. Quiero ir a casa.

-Hyejin... Te extraño- depositó un beso húmedo en el cuello de la chica.

-No hagas eso- pidió con las mejillas rosadas.

-¿Sigues molesta conmigo? ¿Volverás a aplicarme la ley del hielo? ¿Me vas a ignorar todo el día otra vez?- no paró de darle besos en el cuello mientras hablaba.

-Seungwoo, detente- pidió sintiendo que le faltaba el aire, pero él no se detuvo. -Basta, prometiste que no harías nada que yo no quisiera- logró detenerlo, Seungwoo se quedó mirando los bonitos ojos de Hyejin.

-¿Crees que olvidé las cosas que pasaron anoche?... Sé lo que te prometí, y no haré nada que no quieras- confirmó. -Pero fuiste tú quien me besó anoche, tu decidiste acostarte conmigo en la cama, y fuiste tu quien decidió quedarse la noche entera- le recordó.  -Yo te pedí esas cosas, lo sé... Pero nunca te obligué a hacerlas. Accediste por tu cuenta.

-Eso es porque tenía una deuda contigo... Acepté todas esas cosas porque tú cuidaste de mí cuando estuve borracha.

-Ah, ¿enserio?- su cara entera se puso tensa, claramente le había molestado el comentario. -¿Y cómo explicas el beso?- Hyejin se quedó en silencio y lamió sus labios al recordar aquel último y dulce beso que se habían dado. Iba a ser la última vez que ella besara su boca, realmente no quería volver a caer en sus redes, no cuando él seguía usando ese anillo. Quería decirle eso, quería decirle que no volvería a besarlo jamás a no ser que se quitará el anillo. No hasta que finalmente se olvidara de SoRa.

¿Cómo Ser Un Padre Otra Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora