Capítulo 7

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--¡Akiko-chan!.-- chillaba Zenitsu.

Akiko trataba de mantenerse apartada pero el rubio había burlado a Tanjiro y ahora se encontraba abrazado de la mayor de las Kamado.

--¡Has venido! ¡Viniste a verme! ¡Estaba tan solo sin ti! ¡Vienes a cuidarme! ¡Tu remedios me salvan siempre!.--

Akiko sonría forzadamente mientras trataba de apartar con amabilidad a Zenitsu de su cintura.

--¡Zenitsu! Guarda silenció, hay más personas que necesitan descansar.-- regañó Tanjiro mirando receloso como es que se apegaba a su hermana.

--Zenitsu aún no estas bien, vuelve a tu cama por favor.-- pidió amble Akiko viendo como las lágrimas del rubio cesaban.

--Sí Akiko-chan lo dice.-- dijo alegre mientras volvía a de inmediato a la cama.

Tanjiro soltó un suspiró, al ver cómo aquel amigo suyo hacía más caso a su hermana que a él.

Akiko se acercó a Inoske quien había sido el único que no se había movido.

--¿Cómo te encuentras?.-- Akiko se sentó a la orilla de la cama.

Inoske no alcanzo a decir algo ya su garganta dolió.

Akiko percibió el desánimo por lo que simplemente se quedó dándole suaves caricias por encima de la máscara ya que sabía que se enojaría si se la quitaba.

--Hiciste un gran trabajo.-- murmuró Akiko cerca del él dándole un beso en la frente aún sobre aquella mascara.

Zenitsu estaba que ardía de celos siendo retenido por Tanjiro quien no permitía que se acerca a su hermana.

Después de algunos minutos más Inoske sintió que su desánimo se iba pero también se sintió arrullado ante las atenciones de aquella mujer demonio.

--Deberia dejarlos descansar.-- murmuró la mayor mientras está vez iba a la camilla de Tanjiro, el de cabellos burdeos aguardo paciente, Akiko lo arropó y beso su frente tal cual madre.

--Oneesama.-- protestó algo avergonzado.

--Vale ya.--Akiko sonrió y finalmente se alejo un poco.

Zenitsu esperaba ansioso en su cama esperando un beso de la mujer también, en cambió solo recibió una sonrisa y con ello su felicidad se desbordó.

--Oneesama, ¿Por qué traes una corona de flores?.-- pregunto el Kamado por fin, pues por el alborotó de Zenitsu no había podido saber.

--Oh, esto.-- señaló.-- La he hecho con un amigo.-- explicó con tranquilidad.--Buenas noches.-- y con ello se fue de la habitación descalza y silenciosa.

Tanjiro quien hasta ahora mantenía una sonrisa se borró de inmediato para dejar un semblante serio.

--Tanjiro.-- llamo Zenitsu.

--No se quién sea su amigo, pero nadie se acerca a mi hermana mayor.-- declaro celoso el pelirrojo, tenía la idea de que se la iban a robar y nadie la podía proteger mejor que él.

--Te apoyo.-- declaro también el rubio celoso del niño o hombre que le hubiera regalado aquella corona de flores que en ella lucía preciosa.

Zenitsu y Tanjiro se miraron antes de asentir con la cabeza, tenían un pacto de alejar a todos los hombres que se acercarán a las Kamado, que eran celadas por aquellos cazadores.

Mientras Inoske no estaba enterado y seguía sintiendo aquella calidez de Akiko aún a través de su máscara.

A su alrededor había algodones demostrando que estaba feliz.
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Senjuro cómo había "prometido" fue a la finca del insecto explicando esta vez a su hermano que la señorita Shinobu pidió su ayuda, por lo que lo dejo ir sin problemas, además de que iría por él, pues estaría allí hasta en la noche.

Ojos color fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora