»three

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La advertencia.

Que Helena hubiera aceptado salir con George, a tan poco tiempo del partido de quidditch de Gryffindor contra Slytherin, quizás no había sido la mejor idea.

Y es que, si los de la casa de las serpientes ya veían con recelo a Helena por hablar con personas de Hufflepuff o Ravenclaw, verla hablar con George Weasley, o saludar a su hermano Fred y a Lee Jordan (quien especialmente hablaba mal de los jugadores de Slytherin en los partidos), hacía que la vieran como una traidora.

Pero a ella realmente no le importaba que los demás en su casa la mirarán mal, ya que conocía esa regla invisible que había entre los de Slytherin de no convivir con los de las demás casas (especialmente con los de Gryffindor), y no le podía parecer más estúpida.

La que más sufría con esto era Adelaide, la cual, por un lado, odiaba a los de Gryffindor (y mucho más a los de su equipo), pero, por otro lado, no quería alejarse de Helena o decirle con quién podía o no hablar.

Así que, cada vez que George Weasley se acercaba a su amiga para hablar, Adelaide solo se limitaba a estar callada y mirar hacia otro lado con cara seria.

Justo como lo estaba haciendo en ese momento.

—... entonces la bomba explotó frente al profesor Snape y tuvimos que salir corriendo —finalizó su historia George, haciendo reír a Helena.

Adelaide solo rodó sus ojos fastidiada, y siguió sentada con su espalda recargada en un árbol mientras contaba sus hojas, esperando a que George se fuera y las dejara nuevamente tranquilas.

Poco tiempo después Adelaide sintió una extraña sensación, y con el ceño levemente fruncido bajó su mirada, viendo a su alrededor, hasta que se topó con unos penetrantes ojos oscuros que le dio escalofríos.

Tom Riddle miraba en dirección a Helena y George con una expresión llega de furia, mientras con su puño derecho arrancaba manojos de césped a tirones.

Adelaide tragó pesado cuando los ojos de Tom pasaron de su amiga a ella, y boto el aire que había aguantado cuando se giró de vuelta a Theodore y Terrence.

¿Cómo Tom con una simple mirada podía infundir tanto miedo?

—George ¿qué haces aquí?, la práctica está por comenzar.

Los tres voltearon al oír esa voz, y Adelaide vio con el ceño fruncido a Oliver Wood acercarse a ellos con su uniforme de quidditch puesto y su escoba en la mano derecha.

—Oh si, se me había olvidado —respondió el pelirrojo, para después levantarse y tomar la escoba a su lado.

—Igual, no va a ser un entrenamiento muy pesado —habló Oliver con una sonrisa arrogante, al ver a Adelaide sentada bajo el árbol—, a fin de cuentas, solo vamos a jugar contra los de Slytherin, son pan comido.

Helena frunció el ceño y volteó a ver rápido a Adelaide, la cual veía a Oliver con una mirada asesina.

—Ruega para que tu vieja escoba aguante el peso de tu gran cabezota, Wood —respondió Adelaide entre dientes.

—Oh, no sabía que estabas aquí —Oliver volteó a ver por completo a la rubia, haciendo un puchero —. Lo siento, no quería que escucharás eso, ya debe ser suficientemente malo ser parte del equipo más mediocre de Hogwarts.

Adelaide hizo un ademán de levantarse, pero Helena rápidamente puso su mano en uno de sus brazos, deteniéndola y mirándola, negando leve con su cabeza.

ᴏʙsᴇss ; tom riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora