»thirteen

5K 451 157
                                    

La copa de quidditch.

La final de quidditch se había llevado la atención de los estudiantes durante toda la semana. Hablaban de eso en el desayuno, en las clases (lo cual fastidiaba a la mayoría de los profesores), en el almuerzo, en los tiempos libres, y en la cena.

En esos momentos no había nada más importante en Hogwarts que el quidditch.

Y como siempre hacían en cada partido, George y Fred Weasley fueron preguntando alumno por alumno qué equipo pensaban que ganaría, anotando todas las apuestas en una pequeña libreta.

Las predicciones estaban más que claras, la mayoría de los estudiantes habían puesto su confianza en el equipo de Hufflepuff (aunque, a pesar de que todos pensaran que eran muy buenos jugadores, sus votos hacia la casa de los tejones solo iba ante el desprecio que las tres casas le tenían a Slytherin, ya que, aunque no se dijera públicamente, había una muy alta probabilidad de que Slytherin se llevara la copa).

—¿Cuáles son sus predicciones? —preguntó Fred llegando a la mesa de Gryffindor junto a George—. Aún tienen tiempo de apostar.

—Hufflepuff —respondió Angelina Johnson rápidamente—. Mil veces Hufflepuff.

Katie Bell, a su lado, se detuvo a pensarlo un poco más—. Slytherin —Angelina volteó a mirarla con su ceño fruncido—. No me agradan, pero tampoco quiero perder mi dinero.

Fred Weasley anotó las elecciones en la libreta, y observó a través de la mesa, buscando quién aún no había elegido. Su mirada se detuvo en Oliver Wood.

—Oliver, ¿tu predicción? —le preguntó con libreta en mano—. Pensábamos que serías el primero en escoger.

—No me interesa el quidditch — respondió firme Oliver Wood, continuando con su almuerzo.

Todos a su alrededor en la mesa de Gryffindor se voltearon hacia él, creyendo que habían escuchado mal.

—¿Qué dijiste, Oliver? —preguntó Angelina Johnson.

—Que no me interesa el quidditch —repitió Wood, provocando varios murmullos de incredulidad.

—Está delirando —le susurró Fred a su hermano. George asintió—. Que Gryffindor haya quedado eliminado lo enloqueció.

Y en cierto modo, lo que había dicho Fred era cierto. Claro que a Oliver Wood le seguía interesando el quidditch, estaría loco si no lo hiciera, era su razón de vivir. Pero el haber quedado eliminado en su último año en Hogwarts le había amargado las últimas semanas. Aunque, de todas maneras, seguía expectante de cuál casa sería la ganadora.

—¡Hey, Wood! —escucharon la burlona voz de Adelaide Murton. Oliver Wood, sabiendo lo que le esperaba, bufó y volteó hacia la chica. La rubia estaba sentada en la mesa de Slytherin, a unos cuantos asientos no muy lejos de él—. ¿Listo para verme ganar? Te quiero en el campo con pintura verde en la cara.

—Ni lo sueñes —le respondió Wood—. Ni siquiera voy a ir. No me interesa este estúpido partido.

—¿No vas a verme ganando la copa? —respondió Adelaide con fingida tristeza, a lo que Oliver negó. La rubia entornó sus ojos, y desvió su mirada hacia el otro lado de la mesa de Gryffindor, ubicando a Colin Creevey—. ¡Hey, tú! !Niño Cámara!

El pequeño chico de segundo año levantó su mirada; Colin, consciente de que era el único estudiante que siempre llevaba una gran cámara plateada colgando de su cuello, no tuvo duda de que era a él a quien llamaban.

ᴏʙsᴇss ; tom riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora