»thirty

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El espía.

Tom Riddle, Terence Higgs y Theodore Nott sabían los riesgos que conllevaba abrir la Cámara Secreta; no solo se enfrentaban a una muy posible expulsión del colegio Hogwarts, sino que también el ministerio podría dar la orden de romper sus varitas y restringirles el uso de la magia por completo.

Por lo que, incluso antes de concretar el primer ataque, cuando comenzó su búsqueda para abrir la cámara de los secretos, ya lo estaban haciendo con suma discreción y alerta.

Pero, a puertas de concretar el tercer ataque en el castillo, Terence Higgs había sentido algo extraño, una presencia que los atormentaba desde la lejanía, y que amenazaba con destruir todo lo que habían conseguido hasta ese momento.

Sin duda, había muchas personas en Hogwarts que podrían estar siguiéndoles los pasos, pero Terence Higgs seguía apuntando a la misma chica.

—Helena no es la espía —le dijo nuevamente Tom Riddle a Terence—. Tu empecinamiento hacia ella comienza a ser irritante.

Theodore Nott se mantenía sentado en la silla del escritorio, observando atentamente la discusión de sus amigos, tal como lo había estado haciendo los últimos veinte minutos. A esas alturas sentía que opinar, o ponerse del lado de alguno de los dos, solo avivaría la pelea, si es que aquello era posible. Llevaban un gran tiempo así, y el tono de sus voces no hacía más que subir.

—Es la opción más razonable, pero no lo quieres ver —volvió a rebatir Terence—. Sabe demasiado, y siempre se mete en lo que no debe. ¿O se te olvida cómo descubrió que practicamos artes oscuras?

—Se enteró por un error mío.

—No fue un error tuyo, Tom —le dijo enojado—. Ella ya sospechaba algo y se metió a tu cuarto a espiar. Y tú solo lo dejaste pasar.

—No se lo dijo a nadie —volvió a defenderla Tom, pasando por alto lo que le había dicho Terence.

—Porque estaba enamorada de ti, pero ya no lo está —la expresión de Tom en ese momento era inexplicable —¿Qué crees que hará cuando sepa la verdad de los ataques? ¿Cubrirte? ¡Irá directo a Dumbledore! Tremblay es débil, y así como te terminó porque no pudo aguantar algo tan simple como que decidieras aprender artes oscuras, ten por seguro que te va a entregar si sabe que eres el heredero de Slytherin.

Theodore casi se atragantó con su propia saliva; él nunca hubiera sido capaz de decirle algo así. Ni siquiera se atrevía a hablarle mínimamente mal a Helena por miedo al rencor de Tom.

Todo lo contrario a Terence; la misma Helena había notado las palabras y las miradas déspotas que el chico le daba, y ahora, debido a la exaltación, le había soltado directamente todo lo que pensaba de ella a Tom.

La respiración de Tom Riddle seguía controlada de milagro, pero es sus ojos se percibía la ira que sentía en ese instante.

Tuvo que juntar toda su fuerza para no hacerle a Terence lo mismo que le había hecho a Geoge Weasley hace un tiempo atrás, porque sabía que si lo hacía su alianza estaría definitivamente rota, y, aunque no lo quisiese en ese momento, era clave para poder lograr lo que tenía planeado, por lo que, solo salió de la habitación de Terence sin decir absolutamente nada.

Adelaide Murton, quién venía saliendo de la habitación de Graham Montague, se cruzó con Tom Riddle cuando este iba de regreso a su habitación.

Se quedó mirándolo extrañada, el chico tenía una mirada seria y parecía que iba a explotar de la rabia. Observó cómo empujaba hacia un lado a un chico de primer año que había tenido el infortunio de cruzarse en su camino.

ᴏʙsᴇss ; tom riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora