»forty-two

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Adelaide Murton.

Adelaide Murton nunca se consideró el tipo de persona que podría hacerle daño a una amiga, claro que, a pensar de hablar con muchas personas dentro de Slytherin, solo Helena Tremblay había sido capaz de ocupar un puesto de amiga en su vida, por lo que no tenía muchas situaciones para comparar.

Pero, con firmeza podía decir que, el secreto que le estaba ocultando en aquellos momentos no la convertía, en lo absoluto, en una buena amiga.

—¿Aceptas? —le había preguntado Terence Higgs en El Último Baile, después de haberle explicado la alianza que planeaban formar.

—Claro, suena interesante —dijo Adelaide, confirmando su unión—. Pero, ¿cómo están tan seguros de que no nos descubrirán? Hace solo dos meses atraparon a la chica de Hufflepuff y al profersucho ese.

—No puede ser —se rio a su lado Theodore Nott, apuntando a Graham Montague—. Es exactamente lo que dijo tu novio.

—No es mi novio —corrigió rápido la chica, con el ceño fruncido.

—Pudiste haberlo pensado un poco más —recriminó Graham, ofendido.

—Nos estamos desviando del tema —bufó Terence, para después voltear a ver a Tom Riddle, buscando su aprobación final.

—Espera —le dijo Tom, acercándose a Adelaide, quedando a un metro de ella—. Necesito que hagas un juramento inquebrantable conmigo. Quiero estar seguro de que no le dirás a nadie lo que escuches en esta reunión.

—¿Es necesario? —preguntó Graham, intentando ayudar a la chica—. Conmigo no hiciste eso.

—Lo haré con todos —le adelantó Tom, volviendo a mirar a Adelaide—. Pero necesito estar seguro contigo... por Lena.

—¿Es eso? —preguntó Adelaide, entendiendo a lo que iba Tom—. Sé que Helena estaría en desacuerdo con todo esto, no soy tonta. No le diría algo así, no quiero perder su amistad.

—Hay algo más aparte de las artes oscuras, y lo que planeamos en contra de los sangre sucia —Adelaide lo miró confusa. Antes de que pudiera preguntar, Tom sentenció: —. Aceptas o te vas, no pienso negociar esto.

—Está bien, acepto —dijo finalmente Adelaide, pensando que Tom Riddle solo buscaba proteger a Helena.

Pero vaya que se había equivocado.











No se arrepintió de unirse al grupo que Tom Riddle había formado, pero sin dudas no sabía cómo manejar la nueva información que le había llegado.

Caminó hacia el primer piso de la mansión de los Higgs con una mirada totalmente desorientada, mientras las palabras que le había dicho Tom resonaban en su cabeza una y otra vez.

"—Yo soy el heredero de Salazar Slytherin". Por Merlín, ¡Tom Riddle había matado a Cedric Diggory! Adelaide intentó calmarse mientras caminaba entre la multitud. ¿Cómo iba a mirar a Helena sabiendo eso?

No era que a Adelaide le importara en lo absoluto lo que le había pasado a Cedric Diggory, en su momento sólo había sentido un ligero shock al saber que aquello había ocurrido en un lugar tan "seguro" como lo era Hogwarts. Pero, ahora que sabía lo que realmente había pasado aquel día, en lo único que podía pensar era en como reaccionaria Helena a la verdad.

Una verdad que, gracias al juramento, no podía salir de su boca.

—Oh, no —dijo Adelaide cuando levantó su mirada, y vio a Helena conversando con Malfoy a un lado de las fuentes y platillos.

ᴏʙsᴇss ; tom riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora