Capítulo 1

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No hubo mayor sorpresa que despertar con la espada mojada por la humedad de la cueva, la túnica blanca de sus ropas interiores manchada de sangre y un rostro bastante cercano al suyo.

"¡Menos mal que no te mate realmente!", dijo éste. Shen Qingqiu sí se veía animado de que hubiese vivido.

"¡Tú...!" estaba a punto de soltarle la sarta de insultos que tenía preparada para antes de que se desmayase cuando cayó en cuenta de dos cosas importantes.

1. Shen Qingqiu sí lo había salvado.

2. Su mirada era más resplandeciente ahora.

Tal vez fuese porque siempre se veían como si fuesen la mierda de perro más asquerosa y olorosa que hay en el mundo. Pero en ese momento, como Shen Qingqiu le veía, carecía por completo de maldad y otras intenciones.

Podría decir que hasta brillaba un poco. De alivio...

"¿Tus intenciones?" escupió, molesto por el solo pensamiento de que la vileza entre las vilezas era menos vil.

"Ah, si, si" susurró Shen Qingqiu, más para sí mismo que como respuesta al otro.

Y vio como su expresión volvía a cambiar a una más calmada, fría elegancia. Ah, Shen Qingqiu era ciertamente el mayor que se separaba de los asuntos mortales.

"Liu Qingge, segundo hermano marcial [1], quiero pedirte disculpas por mi comportamiento. Sé que he sido envidioso, he pensado mucho en mis acciones y he llegado a la conclusión de que, como hermanos marciales y Maestros de Sectas contiguas, deberíamos llevarnos mejor"

Le empujó. En realidad, fue un auto reflejo que tardó en llegar por que apenas y se había dado cuenta de que Shen se acercaba, estaba estupefacto por sus palabras.

"¡No juegues!" El sólo grito casi le hace volver a toser.

Shen Qingqiu pareció darse cuenta de ello porque levanto ambas manos, una de ellas llevaba consigo uno de esos abanicos que él tanto usaba para ocultar sus sonrisas horripilantes y dobles intenciones.

No debía dejarse engañar, era Shen Qingqiu con quien estaba hablando, la escoria que ni siquiera es humana.

"Ah, bien, bien, lo entiendo" Shen Qingqiu ocultó sus manos en la espalda, como si no hubiese hecho nada "es difícil ponernos de acuerdo otra vez, bien, bien, te dejaré meditar por el momento para que lo pienses." Se quedó un momento de pie, mirando la salida (o entrada) de la cueva en la que estaba Liu y se volvió nuevamente a él "Y para que no dudes de mis buenas intenciones estaré contiguo a ti para mantenerme al tanto de tu situación"

¿Situación?

Su rostro debió haber hablado por él, porque inmediatamente después de una mirada de Shen Qingqiu éste volvió a abrir su hocico.

"Dudo que vuelvas a tener una desviación, pero tomaré precauciones y me quedaré cerca"

Ah... eso.

¡Y una mierda! Shen Qingqiu si piensas que volvería a mostrarse ante él como una doncella necesitada de ayuda estaba muy equivocado, ¡Una desviación de Qi ya no sería posible una segunda vez! ¡Perdiste la oportunidad estúpida mierda inmunda!

Shen Qingqiu hizo una leve reverencia, y se fue.

Realmente se fue sin nada más que agregar.

Los tres años en los que estuvieron en cuevas conjuntas fueron silenciosos, no hubo interrupciones, tampoco intentos de asesinato o discusiones estúpidas.

Sólo el sonido de la energía rebotando y fluyendo en las paredes ligeramente húmedas, el eco fluía a él, su energía también. Fue como una conexión limpia e implícita.

"Liu Qingge, segundo hermano marcial, me iré de una vez, ¡no tarde mucho!"

No pensaba responderle.

Pero abrió sus labios en busca de algo que pudiese decir, '¿gracias?', ¿por qué?, ¿por no haberlo matado? ¡Era lo mínimo que la escoria podía hacer!, ¡salvarlo era su deber!

Entre su debate interno de qué responderle a esa escoria, la misma se fue; él no espero a que respondiese.

¡Bastardo!

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora