Capítulo 19

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29.

Liu Qingge tenía la misión en las manos.

Yue Qingyuan lo había (casi) corrido de la Montaña Cang Qiong después de decirle lo que requería, cuánto tiempo haría y no nada más.

Parecía molesto.

Liu Qingge no entendía porqué él estaría molesto, y a decir verdad tampoco le presto tanta atención (¡Hermanos malagradecidos!).

Liu Qingge comenzó a caminar, más rápido de lo que admitiría jamás, a la Cumbre Qing Jing para ir directamente con Shen Qingqiu a avisarle de esta misión que el Hermano Mayor Yue Qingyuan les había encomendado.

Sin embargo, no debía de apresurarse, porque apenas se la habían dado y no era cuestión de vida o muerte por lo cual, a pesar de que quería usar su espada porque era más rápida, se abstuvo de hacerlo, caminando con una rapidez "natural".

Los puentes que juntaban las Cumbres eran largos, pero era algo magnífico de ver porque, al ser puentes arcoíris, eran casi transparentes cuando mirabas abajo.

Liu Qingge no se tomó el tiempo de apreciar esta sutil belleza que sólo se encontraba en la Secta de la Montaña Cang Qiong, por conectar las Doce Cumbres de Tian Gong, en cambio, al llegar al primer puente, apresuró aún más su paso.

Discípulos de las cumbres Wan Jian y Bai Zhan le miraban caminar con prisa, todos estos asintieron con dos pensamientos en su mente "Va a ver al Maestro Shen" y "va a enojarse", respectivamente; a lo que los últimos discípulos tuvieron este mal presentimiento en sus corazones, sintiendo pena por sí mismos prendieron una vela en sus mentes, porque en su mente y cuerpo un tercer pensamiento se acopló como una ráfaga mortal: "el entrenamiento de hoy va a doler".

Yue Qingyuan escribía desde la Cumbre Qiong Ding, ajeno a esta tormenta que se avecinaba sobre su cabeza por, nuevamente, ser un Líder de Secta íntegro que se vuelve torpe cuando se trata de sus Hermanos Marciales.

Yue Qingyuan no recuperó su mente hasta que pareció escuchar un trueno provenir de la Cumbre Qing Jing, puesto sólo entonces levantó la cabeza, asintió solemne y se le escapó un "ah".

Después de todo, ¿no habían pasado tres días antes de que su Hermano Liu Qingge fuese a visitarlo?, el segundo día de estos tres, de hecho, Shen Qingqiu se pasó por la Cumbre Qiong Ding avisándole que iba a salir.

Por ende, ¿no iba él a decirle a su querido Hermano Marcial Liu Qingge que tendría que esperar para hacer esa misión hasta que Shen Qingqiu regresase?

Lo tenía previsto, sí.

¿Lo dijo? El trueno que le recordó esta partida le respondió un absoluto y rotundo: no.

¿Podría culpársele? Por supuesto que no, este querido Hermano Marcial Liu Qingge había llegado y tan pronto como llegó le había pedido irse, pues ve solo.

Yue Qingyuan se dio cuenta de que era una broma muy sórdida para él, esperaba que Liu Qingge también se diera cuenta de que no había sido su intención (no sabía sí sentirse más molesto respecto a la actitud de sus Hermanos Marciales Menores, o a la de sí mismo por no poder darles un escarmiento, y aunque este no fuese intencional se sintió terrible por esa equivocación, lo cual era peor).

Lo había olvidado por completo, Shen Qingqiu no le había mencionado que Liu Qingge había ido a visitarlo, Liu Qingge sólo vino a verlo porque esperaba tener una expedición junto a este Maestro Shen.

¡Es un padre Hermano que está siendo ignorado!, sus más jóvenes y allegados hijos Hermanos Marciales no se apiadan ni un poquito de su soledad.

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora