Capítulo 31

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53.

La reacción de las tres personas frente Shen Qingqiu no fue realmente devastadora, esto se debía a que Shen Qingqiu no podía leer los pensamientos de Liu Qingge.

A Mu Qingfang no le importaba mucho nada excepto la medicina en ese momento. El Gran Maestro Wu Chen del Templo Zhao Hua ni siquiera sabía quién era Luo Binghe. Sin embargo, Liu Qingge había fruncido el ceño "¿Tu discípulo?, ¿no había muerto a manos de los demonios en la Conferencia de la Espada Inmortal?"

Era malo decirlo así, tan explícitamente, pero era la única forma que podía saber Liu Qingge para que, si Shen Qingqiu no estaba en sus cinco sentidos, regresase tan rápido como se lo permitiera el golpe de la verdad.

"... no está muerto. Regresó con vida" dijo molesto, como si fuese algo difícil de explicar se detuvo a mirar el suelo "bueno, bueno. Tú y yo iremos primero a patrullar la ciudad. Cuando volvamos, hablaremos"

Mu Qingfang asintió "Sí. Me ocupé de los sembradores restantes antes. Menos personas deberían sufrir ahora. También debería ir a ver a esos pacientes"

Apenas dijo eso cuando Liu Qingge ya había comenzado a avanzar para ir a la salida, una tenue sonrisa se dibujó en el rostro de Shen Qingqiu cuando pareció recordar algo, como una burla silenciosa que sólo entendería él mismo.

Liu Qingge ya estaba bastante acostumbrado a esto por lo que realmente no le prestó atención a el porqué, sino a esa pequeña sonrisa. Shen Qingqiu, aunque no lo parecía, solía tener varias ocurrencias que se guardaba a sí mismo.

Shen Qingqiu soltó una risa seca, estaba a punto de seguir a Liu Qingge fuera del sótano cuando se detuvo en un solo paso, parecía detenido por una barrera o por algo que lo hubiese tomado de repente del brazo para impedirle seguir caminando.

Por supuesto que Liu Qingge se dio cuenta del cómo se detuvo e incluso de esta, ya no tan anormal, palidez en Shen Qingqiu.

Esta anomalía lo hizo preocuparse más de lo que admitiría, porque estaban afuera y en un lugar con demonios, no podía dejar que Shen Qingqiu se lastimase (dejando de fuera el amor casi paternal de Yue Qingyuan hacia este Hermano Marcial en particular, a Liu Qingge se le encogía el corazón con el solo pensamiento de que esta persona pudiese herirse).

"¿Qué pasó?" preguntó.

Shen Qingqiu no respondió.

Liu Qingge le soltó una expresión casi enojada, revisó con la mirada cada parte del cuerpo de Shen Qingqiu hasta enfocarse en sus manos, un leve flujo de energía espiritual se disipó al intentar hacer una chispa, fue más bien como un humo que no llegaba a nada.

"Sin Cura" susurró Mu Qingfang.

Aunque no era necesario, Liu Qingge había pasado tanto tiempo con Shen Qingqiu que ya había sido partícipe de estos iracundos y esporádicos ataques que pasaban de vez en cuando.

Este venerable Hermano Marcial no te ha cuidado muy bien este día, así que solamente debes cuidarte a ti mismo.

Liu Qingge comprobó su pulso, sintiendo el calor en las puntas de sus dedos con la piel de Shen Qingqiu, luego lo presionó con decisión.

"Siéntate. Espera (me)" le dijo.

"Iré contigo" se puso de pie Shen Qingqiu.

Una sensación cálida se asentó en el pecho de Liu Qingge, ¿no era cómo si Shen Qingqiu estuviese preocupado por este Hermano Marcial? Casi quería suspirar.

'No, no. Debes ser tú el que se cuide más que yo pequeño Hermano Marcial, tu vejez nos ha llevado a este punto de inflexión donde sólo yo puedo protegerte. Así que, aunque estés preocupado por mi, quédate aquí, quieto y en silencio añorando mi regreso'

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora