Capítulo 9

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1.

Durante cuatro años, la Conferencia de Alianza Inmortal fue una selección de novatos de diferentes sectas que ofrecía grandes oportunidades para la fama y la fortuna.

Independientemente de su procedencia de secta o del Jianghu, siempre que se desempeñe bien en la Conferencia su nombre podría estar en la lista de oro, haciéndose famoso por todo el mundo.

Nadie lo decía, pero todos sabían que Shen Qingqiu estaba seguro de que su querido discípulo entraría a la lista de oro, esa confianza rebosaba en cada uno de los movimientos de su abanico.

Sin embargo, la rueda del destino ya había comenzado a girar lentamente.

El resto lo sabía de memoria, esa fecha no se olvidaba fácilmente, incluso Liu Qingge lo había repasado incontables veces en su cabeza, lo habría escrito, pero era muy frívolo como para ir por tinta y papel para eso.

Si alguien le preguntase, diría que poco recordaba de los acontecimientos de ese día, pero lo único que no podía recordar claramente, había sido ese tiempo que le dejó solo.

El mal sabor en su boca, ese presentimiento que no se parecía realmente al 'mal presentimiento' que solía ser únicamente de Shen Qingqiu, no, era un peso doloroso y asfixiante que se concentraba entre sus hombros y su garganta.

Entonces lo repitió en su mente, frunciendo el ceño, tensando cada uno de sus músculos ante los recuerdos impregnándose en su piel, incluso apretaba sus túnicas o practicaba un rato, corría y corría pese a que realmente no lo necesitaba, pero de esa forma creaba resistencia, peleaba con sus discípulos y de esa forma ellos seguían reconociendo su fuerza.

Golpeaba los árboles que eran tan frágiles como sus discípulos, y de esa forma podía estar a un paso de desfallecer, podía dormir tranquilo a no ser que fuese nuevamente a comprobar la situación de la Cumbre Qing Jing.

Las pesadillas no sólo lo acechaban a él.

En esa ocasión, la Conferencia de la Alianza Inmortal se llevó a cabo en un terreno completo que se elevaba hacia una cordillera densamente boscosa, se le conocía como Jue Di Gorge.

Jue Di Gorge cubría el tramo de siete montañas en una cadena, subiendo y bajando y todo cubierto de vegetación verde llena de vida. Entre estas montañas se encontraban corrientes subterráneas secretas, cascadas y rocas extrañas, valles apartados tranquilos y profundos con picos altos en confusión desordenada.

En sí era un lugar peligroso.

Probablemente habría sido muchísimo mejor haberlo estudiado, era otra cosa que se repetía constantemente, pero sí lo habían hecho, aunque no pareció ser suficiente después.

No sólo fue él, todos los Maestros de Cumbre se culparon un poco al respecto, mucho más que el Viejo Maestro del Palacio Huan Hua.

¿Fue indulgencia? No, no realmente. Ellos habían hecho todo lo que estaba en sus manos por los discípulos de sus Cumbres, incluso de las sectas que no eran propias. Hicieron todo lo que pudieron.

Habían más de diez mil discípulos probablemente, desde que aquellos que ya se habían hecho un nombre no participarían nuevamente, los Maestros de Cumbres (y los Líderes de secta) podían escoger como máximo a diez discípulos para participar, pero había sectas pequeñas entre todas las demás, y el ingreso de estos nuevos personajes era superior cada vez.

Había tantos jóvenes discípulos.

La fuerza principal fueron las cuatro grandes sectas de cultivo. La Secta de la Montaña Cang Qiong estaba a la cabeza (muchos dirían que la mayor responsabilidad recaía en ellos), seguida por el tembló Zhao Hua, el mirador Tian Yi y, por último, el palacio Huan Hua.

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora