Capítulo 20

724 110 8
                                    

31.

Alguien dentro de la cueva habló de repente "Qué grosero de su parte, Maestros Inmortales. ¿Cómo los ofendieron mis chicas para tener que asustarlas así?" era una voz dulce y tierna, pese a sus palabras molestas.

Una mujer vestida de verde esmeralda salió de la cueva, su paso fue elegante y sereno. Su piel brilló como porcelana bajo la luz del sol, esta mujer poseía una belleza seductora e irresistible, cuyos movimientos eran cautivadores de forma natural y sin esfuerzo, al menos, así fue como lo describiría Shen Qingqiu.

Para Liu Qingge una molestia vestida de verde (el verde que usa un sapo) había salido con desdén de un lugar oscuro y maldito, arrugó su nariz por el hediondo aroma a dulce que desprendía la mujer, pero también porque sabía que ella era el demonio mayor, y Liu Qingge sentía no más que repulsión para todos estos seres.

Las doncellas jóvenes súcubos no tardaron en acudir a su lado, asustadas hasta las lágrimas por Liu Qingge, se apresuraron a quejarse "¡Madame Meiyin!, ¡este cultivador es tan aterrador!, ¡Nos ha intimidado!" chillaron.

Shen Qingqiu respingó ligerísimamente al escuchar el nombre de esta mujer, Liu Qingge puso de nuevo su mano sobre su espada Chang Luan, no tenía intención de hablar con ningún ser demoníaco, mucho menos alguien del sexo opuesto a sabiendas que su compañero podía dejarse embelesar con extraña rapidez (pese a que, hasta el momento, no había pasado en ninguna ocasión).

Como Liu Qingge destruyó la entrada de su cueva, y volvió la cabeza sin pedir disculpas, Shen Qingqiu se vio obligado a disculparse en su lugar: "Ugh, mi shidi no está acostumbrado a estar con extraños".

Madame Meiyin reflexionó: "Mis niñas son jóvenes e insensibles. Pido perdón por ellas sí los han ofendido de alguna forma, Maestros Inmortales, realmente me disculpo. Sin embargo, esta cueva fue renovada recientemente. Pensar que estará en tal estado justo después de sus estimadas llegadas..."

Había tocado su rostro, la palma de su mano en su mejilla mientras veía insistentemente a Shen Qingqiu, era igual que una doncella arrepentida por un desliz propio, aunque sus palabras fuesen dirigidas a estos Maestros de Cumbre.

Para Liu Qingge era igual que decir 'asuman la responsabilidad de sus propias acciones', aunque no se equivocaba, por el mero hecho de ser un demonio Liu Qingge pensó que le estaba faltando el respeto, más aún porque ella se había puesto en un papel de victimización que no le quedaba en absoluto tras haber secuestrado a personas inocentes. La bilis se le subió a la garganta en una profunda muestra de asco.

Shen Qingqiu es el encargado de los asuntos de demolición en la Secta de la Montaña Cang Qiong, más bien de la Cumbre Qing Jing, pero sí quieres aprender a demoler ¡debes ir a la Cumbre Bai Zhan!

Liu Qingge estaba dispuesto a cortarle la cabeza a esa súcubo si no dejaba de ver a Shen Qingqiu.

Sin embargo, Shen Qingqiu siempre creyó en la diplomacia antes de la violencia (ejem, planes estúpidos que terminaban en demolición). Sacudió su abanico, lo que le robó momentáneamente la atención de ambos.

Madame Meiyin fue atraída por el abrupto movimiento.

Liu Qingge observó cómo Shen Qingqiu llevaba consigo el abanico que él le había dado.

"No es nuestra intención destruir su morada, Señora. Sólo hemos aparecido por aquí por los Huang, al pie de la montaña, ellos nos pidieron traer a su hijo. Esperamos que pueda liberarlo" habló Shen Qingqiu cortésmente.

"¿Oh?, ¿Maestro Huang? He visto al menos ocho o diez jóvenes con ese apellido, así que en realidad no estoy segura de a qué Maestro Huang te refieres... Maestro Inmortal"

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora