Capítulo 3

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Cuando el chico pasó adelante pareció ver a Shen Qingqiu con algo de duda, incertidumbre más que nada.

Liu Qingge se dio cuenta de que, a pesar de que le había llamado la atención hacía unos años, la verdad es que no parecía haber mejorado bastante, se le veía fuerte, pero no tenía experiencia en combate, ni siquiera podía decir que el chico entrenaba... o comía.

Los golpes no se hicieron esperar, con cada uno la moral de los discípulos bajaba cada vez un poco más, ¿Qué había pensado el maestro Shen al poner a tal debilucho en la arena?

Liu Qingge quería responderles que ese era el verdadero rostro de esa escoria... Quería respondérselo a sí mismo.

Pero mientras escuchaba los quejidos y jadeos del chico y del público, sus ojos se mantuvieron en Shen Qingqiu, quien había dejado de abanicarse para fruncir el ceño, apretando la madera de bambú tan fuerte que sus nudillos se hicieron blancos.

Incluso desde esa altura se percató de la tensión de todo su cuerpo. Como una cuerda que saltaría al primer indicio de un toque.

Shen Qingqiu mantuvo la mirada fija en Luo Binghe (y como le estaban dando una paliza monumental), así como Liu Qingge se mantuvo observándolo a él.

Escucho, vagamente, las dudas, los reclamos e incluso algunos comentarios ofensivos de cómo el chico haría perder cara a la Cumbre Qing Jing, pero se quedó con como los labios de Shen Qingqiu se abrían para pronunciar, con seguridad, que el mocoso ganaría.

Se giró a ver al chico, que, tal como él, había escuchado esa ciega seguridad en la voz de Shen Qingqiu, sólo bastaron esas palabras para que el chico luchara con todo lo que tenía.

Sin técnica, con poca fuerza, pero con agilidad y energía espiritual certera. Los sellos que cayeron sobre el Gran-señor-que-sostenía-un-mazo explotaron con el impacto, y éste cayó junto a la reputación de Sha HuaLing.

No tenía paciencia, y era descarada, apenas se decidió el encuentro la mujer golpeó y pateó al demonio como saco de boxeo.

Frunció el ceño ante la visión tan estúpida y poco honorable (aunque desde un principio no esperaba mucho de los demonios).

Hubo otra discusión entre ella y Shen Qingqiu, discusión que le hizo pensar que el tercer hermano marcial que tenía frente suyo no podía ser el mismo que había conocido. Con el que peleaba por sus creencias y actitud altiva que carecía de fundamento alguno.

El Shen Qingqiu que tenía en frente se erguía con orgullo, manteniendo una actitud protectora para con los discípulos a su espalda, incluyendo a Luo Binghe entre ellos. Simplemente lo encontraba... imposible.

Pero lo que le resultó más imposiblemente descarado fue el demonio que apenas había sido derrotado,

Se levantó tan pronto tuvo un poco de fuerza, y seguro de atacar al chico que lo había derrotado, corrió hasta Luo Binghe.

Si el demonio picaba al niño con alguno de los picos que tenía en su traje, desguramente moriría.

Dio un respingo cuando vio como Shen Qingqiu se interponía entre el demonio y Luo Binghe con Xiuya en sus manos, apuñalando el pecho del demonio por el mismo movimiento del otro.

El demonio sonrió y gritó "Entonces este mayor se llevará al maestro Shen", Liu Qingge se elevó, sus pies tocando la espada, estaba listo para interponerse cuando, en medio del fatídico abrazo que el otro intentaba darle a Shen para llevarlo a la tumba consigo, el primero salió disparado por la onda de energía que salió de un golpe directo de la mano de Shen Qingqiu.

Liu Qingge no se dio cuenta de que había dejado de respirar hasta que vio como Luo Binghe tomaba la mano de Shen, exclamando adolorido que había sido pinchado.

Ciertamente agradeció a que el mocoso fuera quien interrogase al demonio, él no habría podido hacerlo (algo le decía que, de acercarse, simplemente los mandaría al infierno de donde salieron).

Un veneno sin cura... Maldición, incluso la escoria debe tener la peor de las suertes cuando quiere salvar a alguien...

Se mantuvo atento a la conversación de Shen Qingqiu con Sha HuaLing, aunque su ceño estaba fruncido y la energía en la palma de su mano le picaba.

"Joven discípulo, Elder Harmer no mintió, el veneno que el maestro Shen lleva consigo ahora es mortal para los humanos" respondió Sha HuaLing a las amenazas del niño "es un veneno creado por los de mi tipo. Y su nombre es 'Sin cura'." Liu Qingge apretó sus puños contra sus ropajes grises.

"Señorita Sha HuaLing, parece que se le ha olvidado, pero he entrenado por años... ¿Acaso le parece que sigo siendo un 'simple humano'?" sus palabras hicieron retroceder tan sólo un paso a la chica.

Liu Qingge frunció el ceño aún más, si Shen Qingqiu le viese en ese momento diría que aquello hubiese sido imposible, pero como estaba prácticamente solo en la bastedad de las nubes, nadie le vio chasquear la lengua.

Estúpido Shen Qingqiu, no te hagas el fuerte cuando apenas y puedes producir un poco de energía en la palma de tu mano.

"No sé si sigas siendo un mortal". Ahora recordaba porque la voz de Sha HuaLing le daba mala espina ", pero tengo una forma de comprobar si has sido envenenado"

Liu Qingge estaba seguro ahora. No era el mismo Shen Qingqiu.

No sabía que había pasado, pero bajo ninguna circunstancia Shen Qingqiu había permanecido tan orgulloso e impávido como si nada malo estuviese pasando en su organismo, como si fuese intocable a sabiendas de que hay un veneno corriendo por sus venas.

El Shen Qingqiu que él conoció habría llorado e implorado piedad. O se habría suicidado para ese punto, o encontrado una forma de echarle la culpa a alguien, o entregar a otra persona para salvar su propio pellejo.

Shen Qingqiu habría hecho todo menos lo que Shen Qingqiu estaba haciendo en ese momento.

"Has provocado discordia en la cumbre Qing Jing, he estado aguantando tu actitud hacía mis discípulos y la falta de respeto de los tuyos hasta ahora, entonces, ¿por qué no tenemos un golpe de palmas para resolver esto? Pondremos nuestras vidas en línea"

Si Sha HuaLing estaba sorprendida, él casi se caía de su espada.

Las palabras tan seguras de Shen Qingqiu casi le hacen pensar que realmente estaba bien, pero el movimiento de sus túnicas al caminar hacia Sha Hualing le quito esa seguridad.

Él ya había visto como intentó poner energía espiritual en su palma derecha, y no había logrado más que una débil exhalación, ¿cómo podría pelear contra Sha HuaLing en ese estado?

"De no hacerlo, es como decir que la Cumbre Qing Jing es un lugar donde la gente descortés está permitida para ir y venir como se les plazca"

Su corazón dio un vuelco (aunque él jamás lo habría llamado de esa forma, sino un mal presentimiento).

Liu Qingge mantuvo el mal presentimiento en su pecho, incrementándose al ver como Sha HuaLing aceptaba.

Todo pasó rápido, ni siquiera supo como la energía que picaba en su mano, de un momento a otro, había sido trasladada al cuerpo de Shen Qingqiu a través de su espalda.

La calidez de Shen era palpable aún con las capas de ropa encima. Su energía estalló sacando un grito de Sha HuaLing siendo arrastrada por la explosión, y a sí mismo una exclamación de sorpresa del mismo Shen.

¿El idiota planeaba suicidarse?

Su corazón se calmó un poco al tocar su espalda, en su cabeza se mantuvo una idea: él solo se repetía que era saldar la deuda.

Shen Qingqiu lo había salvado.

Liu Qingge le había salvado.

Después de todo, ¿por qué habría que deberle un favor a la innombrable escoria?

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora