Capítulo 26

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43.

"Estoy bien" escupió Liu Qingge, alejándose del cautivador frío toque de Shen Qingqiu. Ante la estupefacción de ambos, Liu Qingge golpeó la palma del otro por inercia.

Shen Qingqiu se alejó un paso, miró atentamente su mano y la escondió a su espalda.

Liu Qingge se tragó el nudo en la garganta que bajó dolorosamente por su estómago, quedándose ahí como para recordarle lo imbécil que era. Con este nudo, también se tragó las disculpas.

Shen Qingqiu le siguió sonriendo, menos brillantemente o dulcemente que antes, pareciera que estaba pensando algo, Liu Qingge (no) por primera vez se encontró deseando entrar en la mente de esta persona.

Sin embargo, tras un largo e incómodo silencio, Liu Qingge se limitó a darse la vuelta y caminar a la casa de su Cumbre Bai Zhan, Shen Qingqiu, en un acuerdo implícito, caminó detrás de él en completo silencio.

Liu Qingge seguía sintiendo el palpitar de su pecho sobre sus oídos, más doloroso de lo que habría sentido alguna vez. Como el cansancio había sido drenado en ese momento sólo se podía hallar ansioso.

Entendió que aquellos sentimientos con los que relacionaba a Shen Qingqiu, desde el malestar estomacal hasta los estridentes sonidos de su pecho, eran muchísimo más reconfortantes que esa masa de culpa que se instalaba en aquellos lugares que habían comenzado a ser preciados.

En esta ocasión tampoco podía decir que la culpa la tenía Shen Qingqiu, después de todo, había sido él quien lo alejó y de la peor manera posible, era enteramente la reacción de su acción.

No encontraba palabras, ninguna, para que Shen Qingqiu no se sintiese ofendido, además tenía que resolver sus propias dudas, en primer lugar ¿por qué le importaba tanto?, ¿cambiaría en algo que Shen Qingqiu no se ofendiera?

El libro rosado estaba oculto, al menos ese pensamiento lo tranquilizo cuando se sentaron en esa mesa de té que Shen Qingqiu había elegido.

"Yue-shixiong está consternado" dijo Qingqiu, rompiendo finalmente el silencio, aunque sus palabras no habían sido alentadoras, ni dulces, mucho menos había dicho que lo anterior había sido un accidente, no se disculpó (aunque no tenía porqué hacerlo en primer lugar) y tampoco pidió que se disculpara.

Liu Qingge no sabía sí Shen estaba tratando de actuar indiferente o simplemente estaba tan molesto que quería irse lo más pronto de ahí, abordando el tema principal de una sola vez.

"¿Por qué?" preguntó Liu Qingge, incapaz de preguntar algo más.

"Por ti" respondió éste "parece que has estado causando estragos con tus alumnos y en la Cumbre, algo de unos gritos, Yue-shixiong me ha pedido que venga a verte para saber qué es lo que te molesta"

"No es nada" se apresuró a decir Liu Qingge.

"Ah" Shen Qingqiu le miró, más serio que otras veces, ni siquiera sonreía, en esta ocasión Shen le veía como si fuese un desconocido, como si tuviese en duda algo sobre él, Liu Qingge también se desconocía a sí mismo esos días, pero era suficiente con desconocerse él mismo, no quería que Shen no lo reconociera.

Antes incluso de que le pudiese decir que los gritos eran por un nuevo entrenamiento Shen Qingqiu se levantó.

"Pues bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí" Shen Qingqiu dio una pequeña reverencia, apretando su abanico "me despido Li...".

Liu Qingge mentiría si no esperaba que le llamase tan espantosamente como siempre lo hacía, con ese 'Liu-shidi', pero Shen Qingqiu se detuvo a mitad de su nombre y se dio la vuelta.

La mejor de las escoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora