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Los gritos horrorizados de las personas hacían eco en sus oídos, la sangre salpicaba por todos lados manchando las calles de un horrible carmesí, era tenebroso y asqueroso.

Coml habían llegado a ese punto? Cuando fue que las risas de los niños cambió a gritos horrorizados? La desesperación de no poder defenderlos a todos la invadía, no importa cuanto luchará con los desertores estos seguían apareciendo como si se multiplicaran. Habían varios cazadores luchando en un intento de detenerlos, no entendían porque se habían revelado en esa magnitud.


__¡¡Ino agachate!! __

La rubia estaba agotada siendo protegida por Sai quien parecía enloquecido intentando que no llegarán a ella. Muchas personas intentaban defenderse las unas a las otras para que los más débiles tuvieran tiempo de esconderse.

Con su katana ensangrentada corto la cabeza de un joven desertor y sin inmutarse corrió hacia el siguiente que intentaba huir con un pequeño en brazos, salto sobre el provocando que soltara al niño y dándole tiempo a su madre de recuperarlo. Los gritos ensordecedores la estaban enloqueciendo, en que punto del día se había acabado la paz? Siquiera debió aceptar salir de su apartamento esa mañana? Necesitaba parar, su mente la estaba traicionando demasiado al ver esos rostros tan conocidos morir por sus propias manos.

Ella sabía muy bien lo que era tener hambre, era como una droga que te impulsaba hacer cosas atroces sin pensar, lo entendía, sabía que ellos no podían controlarse en ese momento y que seguramente habían estado tan desesperados por alimentar a su grupo y por eso no dudaron en atacar de día. Estaban sacrificando sus vidas por un poco de alimento para los más débiles, aun así no podía detenerse.

Sintió como los dientes del lobo se clavaban en su costillas con fuerza, el dolor la consumió y aunque vio el dolor y desespero por el hambre en los ojos del gran lobo blanco, no tenía tiempo para detenerse y ser condescendiente... Dejó de reprimir su cuerpo cambiando totalmente su forma, y de un golpe le reventó el cráneo al lobo.

La sangre y algunos pedazos de carne salpicaron su rostro y fue en ese momento que con una última mirada lo reconocío.

__¡¡Seiyu!! __

Grito desesperada abrazando el cuerpo sin vida del lobo, no podía creerlo... Había asesinado a uno de los niños que ella misma había cuidado, protegido y entrenado cuando estaba con él grupo de su hermano... Las ganas de vomitar le ganaron y devolvió todo, no podía creer lo que había hecho.. Sus ojos recorrieron los cuerpos de los desertores.

Los reconocía a la mayoría, ella los había entrenado algún tiempo, habían comido en la misma mesa, habían dormido en la misma cama..

__¡¡Ayuda!! __

Tenía la vista perdida y su cuerpo temblaba viendo la masacre que estaban haciendo, los cazadores asesinaban sin reparo y los desertores se defendían con lo que podían, estaban débiles y desesperados.

__S-Sakura sama__

Una chica rubia se arrastró hacia ella con los ojos llorosos mientras la sangre le escurría de la boca.

__Mayu...mayu..__

En un intento de llegar a ella soltó el cuerpo sin vida del lobo y corrió hacia la chica pero fue demasiado tarde, un cazador le corto la cabeza justo delante de sus ojos...

Confío plenamente en Sakura sama, quiero ser igual que ella de grande.

Las últimas palabras que le dio la chica un día antes de que la encarcelaran retumbaron en su cabeza.


Su cuerpo se estreyo contra el suelo en un sonoro golpe cuando alguien impacto con su espalda. Al voltear vio los cafés ojos de uno de los tantos chicos que había cuidado.

__¿¡¡Porqué nos traiciona!!? ¿¡¡Porque los protege a ellos!!? ¡¡Confiabamos en usted!!__ las lágrimas del chico bajaban como torrentes de sus ojos empapando su rostro y el de ella de paso. El vampiro la sostenía pero no le hacia daño, ver la sangre manchando ese dulce rostro la asqueada, ella era la culpable de su cruel destino.

Quiso tocar su rostro pero de reojo vio a una cazadora asercarse con su espada dispuesta a matarlo, su reacción fue rápida, impulso el cuerpo del chico hacia arriba con sus piernas apartandolo justo en el momento en que la espada hiba a clavarse en el... El chico se levantó furioso pero quedó en shock al ver la escena.

La espada de la cazadora se encontraba clavada en el estómago de la pelirosa, ella no había dudado en ponerse en su sitio con tal de salvarlo aún cuando ahora estaban en bandos distintos.

__C-Corre.. ¡¡Vete!! __

El grito de Sakura se escucho fuertemente por encima del resto, la cazadora intentó sacar su espada pero Sakura la tomó del brazos y con toda su fuerza la lanzó varios metros por encima de ella.

__¡¡Largo!! ¡¡Váyanse ahora!! __

El vampiro no fue el único desertor que sorprendido la escucho, la determinación de Sakura cambió. No mataría a nadie más, ellos también eran personas, sacó la espada de su estómago de un tirón y aunque sintió como su carne se desgarraba aún más no se detuvo.

Ino vio con horror como la pelirosa lanzaba de una patada a un cazador separandolo de una joven loba herida y dándole tiempo a esta de escapar.

__¡¡Basta Sakura!! Tenemos que matarlos__ sin pensar en las consecuencias se separo de Sai y corrió hacia la pelirosa, estaba cansada y no sabía lo que eso podría acarrear en un momento de alta tensión.

El grito que dio desgarro su garganta cuando un demonio estreyo su cuerpo contra el suyo, intentó defenderse pero la desesperación del demonio por comer era más fuerte que la de ella por soltarse, el hombre clavo sus dientes en su brazo izquierdo dispuesto a comer y las lágrimas de Ino fueron señal del dolor que estaba sintiendo.

__¡¡Ino!! __

Quiso llegar asta ella pero con tantos cazadores y desertores luchando era casi imposible, ante sus ojos veía como un miembro de su propia raza devoraba el brazo de la niña que ella tanto protegió. No sabía que hacer ni que sentir, se sentía entre la espada y la pared, maldición no podía hacer nada más que escuchar los gritos de todos a su alrededor.

Estreyo su pierna en el rostro de un desertor sabiendo que no lo mataria y corrió hacia Ino.

La sangre salpico en el rostro de ambas cuando un feroz lobo rojo le partió la cabeza al demonio liberando a la rubia. Los ojos verdes del lobo se posaron sobre la pelirosa mientras Sai tomaba a la rubia entre sus brazos.

En medio de todo ese horrible panorama encontró un poco de paz, el  gran lobo rojo no dudo en asercarse a ella y posar su cabeza entre su pecho... Su corazón dio un brinco y aún cuando estaban en medio de una gran y sangrienta batalla logró sentirse cobijada.

__Gaara... Gracias.. __



















Destinados (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora