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Aparte las pequeñas gotas de agua que escurría por mi frente mientras sostenía la mirada en la espalda de Hidan. Parecía desgastado en todo los sentidos, su velocidad era la misma pero siendo su hermana podía notar los pequeños temblores en sus piernas al correr.

Este sería el momento perfecto para acabar con todo esto.. Pero no podía, no tenía las agallas para atacarlo.

__Gracias por venir__

Su voz me hizo volver al mundo real. No conteste para evitar decir algo mordaz, de verdad que me sentía extraña siguiéndolo. El bosque se hizo cada vez más espeso conforme avanzabamos. Podía notar la precisión con la que había escogido su escondite, sería casi imposible que los cazadores los hayaran ahí.

__Estamos llegando.. Sakura estoy confiando en ti__ sentí un vuelco en mi estómago al ver la confianza absoluta en sus ojos__No deberías, sabes que no estoy de tu lado en esta ocasión__ respondí tan sincera como siempre y el dolor se colo en su mirada.

La lluvia caía suavemente sobre ambos hermanos. Conforme se acercaban a su destino el olor a putrefacción se intensificó junto a suaves aromas de sus razas. Sakura trago grueso al adentrarse en lo que parecía ser un campamento improvisado, había hombres viéndola asustados e incrédulos, las mujeres la veían decididas a defender a los pequeños que dejaron de corretear por ahí al verlos llegar.

Eso no era un grupo de desertores. Su pecho dolió y sintió impotencia al ver a  una vampira joven embarazada. Eso era casi una aldea, una maldita aldea con niños y mujeres embarazadas vulnerables.

__Nosotros somos la nueva hera sakura.. Somos el futuro__ Hidan la miro analizando sus expresiones. Sakura tenía los ojos desorbitados viendo a cada una de las personas ahí.

Algunas tiendas improvisadas estaban protegiendo a los niños y heridos de la lluvia y el frío. Podía ver la debilidad en sus rostros, el miedo en sus ojos y la esperanza en sus sonrisas temblorosas. No pdooa creerlo, su hermano se había convertido en el líder de todas esas personas, casi quiso gritar de frustración.

Matar a Hidan era dejar morir a estas personas en su desesperación.

Se giro hacia el y lo vio acercarse a una mujer de cabello negro. Con cuidado tomó un pequeño bulto de sus brazos sin llegar a exponerlo por completo a la lluvia. Un brillo extraño apareció en sus ojos y con una sonrisa se acerco a ella lo suficiente para que viese lo que cargaba.

__Miralo hermana... Conoce a tu sobrino__

Sintió el dolor acumularse en su cuerpo al ver el delicado rostro del pequeño. Su cabello blanco estaba alborotado y sus ojitos verdes la veían con sueño. Sus piernas temblaron y retrocedió asustada.

Esto no puede estar pasando.

__H-Hidan.. ¿Tu? __ no podía creerlo, la mirada de su hermano bajo hacia el niño y sonrió con tristeza__ Entregue mi corazón Sakurita.. Antes de morir me dejó el mejor regalo, su vida es todo para mi.. Su nombre es Yuu, ese nombre te gustaba recuerdas? Siempre decías que si tuvieras un bebé le pondrías así__ el aire le faltaba, no podía respirar, esto no podía estar pasándole.

Antes de que a Hidan se le ocurriera darme a su cría hice lo que mi instinto me dijo.. Corrí. No podía seguro ahí, no podía seguir viendo y escuchando todo eso, no me sentía capaz de lidiar con todo eso. Tropecé con varias raíces y algunas ramas rasgaron mi ropa pero no me detuve. No era una maldita cobarde pero esto iba más haya de mi.

Simplemente no se como lidiar con algo así. Estaba tan decidida en acabar con los desertores que no pensé demasiado en lo que ellos estaban viviendo. Literalmente son una estupida comunidad, tienen niños, son familias enteras. Mi cuerpo se detuvo y sentí mi pecho escozer, mi hermano.. Mi estúpido hermano mayor tenia un hijo, un pequeño bebé al que estuve apunto de arrebatarle a su padre. Me siento tan desubicada, ¿Que hago? ¡¡Maldita sea!! No se que hacer, por primera vez en tanto tiempo no me siento segura de nada.

No puedo acabar con ellos, no puedo revelar su ubicación no puedo.. No puedo hacerles daño. Me tome el cabello con fuerza intentando hayar algo que me calmarse pero lo único que vino a mi cabeza fueron esos dos ojitos verdes viéndome. Tengo un sobrino, uno tan hermoso..















__¿Estas ahí Sakura? __




La voz de kakashi me trajo de vuelta al presente. Después de haberme enterado de la existencia de mi sobrino había pasado todo el día con Ino y su pareja. Por unas horas había olvidado todo pero ahora.. Ahora que había llegado a mi apartamento y la soledad me había vuelto a envolver no podía dejar de recordarlo.

Ese niño era la razón por la cual no puedo hacer nada. Cualquier movimiento que haga de ahora en más determinará su futuro. Me siento tan estúpida, creyendo que podria deshacerme de mi hermano sin más, simplemente ya no tenía el coraje de hacerlo. Suspire y escuche los pasos de kakashi alejarse por el pasillo, seguramente creyendo que yo no estaba. Dolía y no solo en mi orgullo el no saber que hacer, ¿como lidiar con esta situación?.

Tape mi rostro con mi antebrazo esperando algo que llegara a iluminarme pero nada serviria. Quise rasgar las sábanas de mi cama para liberar un poco de mi cólera pero mi mano toco algo suave y afelpado en su lugar. Al quite mi brazo de mi rostro divisé el pequeño peluche que Gaara me había regalado hace un tiempo. Tan pequeño e inservible pero a la vez tan significativo y tierno, que asco de vida, ese chico me había ablandado demasiado, era su culpa el que ahora no sepa que hacer ante esta situación.

Abrace contra mi pecho el peluche y me mordí la mejilla interna con fuerza. En otro tiempo me habría burlado de Hidan y lo hubiese mandado al carajo por salirme con una nueva cría pero simplemente ahora no me hacia gracia. Todo estaba de cabeza últimamente, tal vez el tener tanto tiempo libre este afectando mi cabeza de manera negativa.

__Lo mejor es que vuelva a trabajar.. __ odiaba admitirlo pero tal vez si volvía a impartir clases logra un acomodar mis ideas y objetivos.



















Destinados (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora