Cita a ciegas.

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Los días pasaron rápido. Gerard pasaba sus días con normalidad, trabajando en cómics y de ves en cuando salía a visitar a su familia. Por otro lado, Frank pasaba encerrado en su habitación sin hacer absolutamente nada. Este último, no volvió a ver a Bert por el barrio y en su interior sabía que su tóxico mentira había funcionado.

Bandit no paraba de hablar de Aidan y le contaba cada detalle a su mejor amiga, Cherry. Ella la escuchaba atenta y le aconsejaba lo mejor, ya que a pesar de estar completamente enamorada de B, quería que ella fuera feliz a pesar de todo.

Faltaban pocas horas para que fuera jueves por la noche y la gran cita a ciegas estaría por comenzar.

Bandit y Cherry habían hecho una reservación en uno de los mejores restaurantes de Jersey para las 8 de la noche. Los chicos estarían sentados en una mesa alejada para poder vigilar a Gerard y Frank.

-Bandit... ¿cómo se qué la persona con la que me emparejaste en Tinder no es un delincuente o un asesino? -Preguntó Gerard mientras sacaba su antigua ropa de tallas más pequeñas. Con el paso de las semanas que llevan en Jersey, el aburrimiento para Gee se hacía cada vez más intenso y pasaba la gran parte del día ejercitándose. Se sentía cómodo, hermoso y liviano con su nuevo cuerpo con kilos menos.

-No lo será, papá. -Respondió B mientras lo observaba desde su cama-. Me preocupe hasta del más mínimo detalle y creo que te va a gustar.

-¿Ah si? -El Way se dio una media vuelta y le mostró cómo le quedaba su atuendo a B. Ella quedó fascinada por el gran cambio que estaba teniendo su papá y le gustaba verlo con más energía que nunca. Él se había afeitado y tiñó su cabello de color negro azabache para ocultar las canas.- ¿Qué tal? ¿Me veo guapo para romper corazones?

-Definitivamente.

Gerard bajó rápidamente las escaleras. Le emocionaba conocer a alguien nuevo, así podría estar lejos de prejuicios y la fama no lo bombardearía.

Por otro lado, Frank se rehusaba a salir ya que no quería a alguien en su vida. Nadie si no era Gerard.

-¡Sal de ese cuarto Frank Anthony Thomas! -Gritó Cherry mientras traía una camisa y un pantalón formal para su padre.- No me obliges a lanzar a Lily desde el primer piso hasta tu ventana.

-Vamos papá... te hará bien salir. -Agregó Lily con un tono más tranquilo.- Te juro que no te vas a decepcionar.

-¿Cómo estás segura de eso? -Gritó el tatuado desde su habitación-. ¡No he salido con nadie durante 10 años!

-¡Con mayor razón debería ir! -Dijo la de cabellos oscuros mientras intentaba abrir el seguro de la puerta con un accesorio para el cabello de su hermana.- Levántate de esa cama, hombre flojo. -Al abrir la puerta de encontró a Frank acostado mientras acariciaba su perro "sopa".

-¿Te atreves a llamarme así? -Frank fingió estar ofendido soltando pequeñas risas-. ¿Aun cuando te aconseje el otro día? Cría cuervos y te sacarán los ojos... -Cherry rió ante lo dicho. Ambas gemelas se recostaron a su lado e intentaron seguir persuadiéndolo por minutos.

Frank no quería salir, ni conocer a otra persona. El solo quería hablar con Gee pero el miedo a ser rechazado o a ser ignorado, no lo permitía. Las gemelas comenzaron a decir "Diviértete" una infinidad de veces con voces irritantes, provocando la ira de su padre.

-¡Diooos! ¿Si voy, se detendrán? -Ambas asintieron rápidamente y con la poca energía que tenía, Frank se levantó de su lugar.- Esta bien, pero no vuelvan hacer esas voces. Les juro que en este momento las odio.

...

Bandit, Cherry, Lily y Aidan estaban sentados en la mesa del restaurant. Llevaban ropa oscura y lentes de sol, para no ser reconocidos pero más que nada era para sentirse en el papel de espías.

Esperaban que Gerard y Frank llegaran pero ya eran las 8.15 pm y ninguno se dignaba a aparecer.

-Vengan o no, pediré algo para comer. -Comentó Cherry haciendo reír a B. La pelinegra veía como su amiga y Aidan estaban más cariñosos de lo normal, jugueteaban y se lanzaban miradas. Lily los observaban con ternura mientras que a su hermana le causaba repulsión lo melosos que estaban siendo.

-¿Desean algo para beber? -Preguntó uno de los meseros al acercarse a donde los chicos. En el momento, Gerard entró al restaurant y comenzó a hablar con la recepcionista.

-Ehh... cuatro jugos naturales. -Dijo Aidan al ver que nadie respondía ya que toda la atención de las chicas estaba en Gerard-. Sabores aleatorios. Por favor. -Sonrió y abrió la carta para tapar su rostros.

Gerard se veía tranquilo y se sentía de la misma manera. Estaba abierto a cualquier posibilidad y solo esperaba que la persona desconocida quiera charlar con él.

Minutos más tarde, Frank se bajó rápidamente de su auto y entró corriendo al lugar. A pesar de no querer ir, no quería hacer esperar a la persona que estuviera ahí dentro.

-Hola... Mi hija hizo una reservación, Cherry Iero. -Habló con la recepcionista y le señaló una mesa donde se encontraba un hombre dando la espalda.- Gracias.

Las chicas y Aidan estaban atentos como si fuera la película de sus vidas. No querían perderse ningún momento de aquella escena que tanto ponía sus nervios de punta.

Frank se acercó con poca valentía hasta la espalda del chico y dio un largo suspiro.

-Hola... soy Frank. -Comenzó a hablar. Gerard quedo totalmente petrificado en su asiento mientras escuchaba al tatuado.- Lo siento por llegar tarde pero vi una tortuga en medio de la calle y estaba agonizando... la lleve al veterinario y apenas pude, corrí... o sea conduje hasta acá. En fin, lo siento por tardarme tanto.

Gerard se dio una media vuelta con una sonrisa incomoda. Frank quedo igual que el de ojos color olivo, viendo como su Gee estaba frente a él. Reluciente y bello como el primer día.

-Hola Gerard. -Sonrió levemente y se sentó frente a él. Los chicos que se encontraban metros más allá, querían celebrar lanzando champaña por todos lados ya que era un gran avance para todos.

-Frank... -Murmuró serio. Las palabras que dijo durante el concierto recorrían su mente y no lo dejaban pensar con claridad-. ¿Qué haces acá?

-Lily y Cherry planearon una cita, pero jamás te mencionaron en ella. -La cara de Gee le dio a entender que él no quería estar ahí y solamente por su presencia.- Contigo fue Bandit, ¿no es así?

-Estás niñas no se cansarán hasta vernos juntos. -Su pequeña risa traslado a Frank hasta su memoria más feliz, cundo ambos vivían juntos y podían salir a fumar al balcón del Way, donde se abrazaban y juraban amor eterno frente a la luna.

-¿Y como has estado? -Preguntó tímidamente mientras observaba la carta. Los ojos de Frank irradiaban amor y ternura hacia Gerard. En su interior deseaba besarlo y llorar frente a él como antes.

-Creo que deberíamos hablar con ellas... -Siguió hablando ignorando la pregunta del tatuado.- Porque el amor vale una mierda, ¿no? -Frankie prefirió no contestar pero pudo confirmar su asistencia a su concierto, haciéndolo feliz por un breve instante.- Mira a las 6 en punto.

Frank dio una media vuelta disimulada y pudo ver a los chicos a lo lejos, viéndolos de reojo.

-Iré a hablar con ellos. -Murmuró el Way levantándose de su lugar. Dio unos pocos pasos pero la mano de Frank junto a la suya hizo que se detuviera de golpe.

El nerviosismo se apoderó de ambos al momento de tener sus pieles en contacto. Fue una sensación tan placentera que deseaban retroceder el tiempo y hacer las cosas bien. Fue una chispa llena de amor, la cual parecía irreal pero no se había esfumado durante lo últimos 10 años.

-Gee... -Frank lo miraba con ternura mientras que el nombrado observaba con frialdad. Este último alejo su mano por simple instinto-. Quería discúlpeme por todo... Se que hice las cosas mal, también dije cosas que no debí...

-Esta bien. -Respondió indiferente y se dirigió donde los demás.

Frank prefirió quedarse por unos minutos en su lugar para darle espacio a Gerard. A lo lejos lo veía abrazando a Lily mientras esta le decía "Mami Gee" con una risa. También pudo escuchar unos reclamos por parte del Way pero nada que se solucionara con bromas mala.

-¿Por qué no puede ser así de fácil para mi? -Suspiró al ver a Gerard, riendo y charlando con los demás.- Creo que el amor jamás será lo mío.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora