Padres.

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Lily fue a darse una ducha para calmar todos los nervios, mientras que B y Cherry seguían recostadas en la gran cama de la gemela. Ambas seguían semidesnudas charlando como si nada.

Bandit posó su pierna sobre las de Cherry y la abrazó. Sabía que no era un buen momento para ambas y como su mejor amiga, debía estar ahí.

-¿Cómo te sientes? -Preguntó mientras peinaba sus cabellos hacia atrás. Bandit veía que Cherry estaba a punto de colapsar y era entendible.

-No sé que haremos B... -Respondió mirándola a los ojos mientras acariciaba su espalda. Por unos breves instantes, sintieron que eran las únicas en el mundo.- Papá trajo a Miles a vivir con nosotros y eso ya implica más gastos para él... ¡Imagínate un bebé!

-Es difícil, pero no imposible. -Bandit se sentía realmente atraída por Cherry pero no le cabía en su mente el porqué, si ella estaba segura de que le gusta Aidan.- Yo estaré contigo, siempre.

-¿Hasta cuándo me pidan cuidarlo? -Preguntó con una risilla. Cherry ya se estaba dando por vencida en que algún día tendría algo con B, así que solo se conformaba con una linda amistad, aunque eso no le quitaba la sensación amarga del amor.

Bandit observaba cada linda facción que tenía su amiga. Su suave piel la tenía extasiada y esta era la mejor sensación que había experimentado.

-Creo que deberíamos levantarnos. -Rió nerviosa mientras se levantaba y buscaba su ropa que estaba esparcida por el suelo. Aun se seguía preguntando que pasó con ambas en la noche y en especial si se habían besado... porque le hubiera encantado hacerlo.

Cherry imitó su acción pero a diferencia de B, fue hasta su closet y sacó prendas limpias para ambas.

-Oye... -Murmuró la Iero mientras revisaba su celular-. Aidan me está preguntando que te ocurre. Dice que anoche no te despediste de él y sintió que lo evitabas. ¿Acaso ya no te gusta?

-Nono... no es eso. -Murmuró cabizbaja. Bandit no lograba entenderse en lo absoluto y comenzó a cuestionarse si realmente gustaba de ese chico.- Fue solo el alcohol...

A los pocos minutos, las tres chicas fueron a desayunar con Frank y Miles, quienes veían una película en la tv. Las gemelas estaban nerviosas y la única que hablaba con los Iero era B para disimular un poco las cosas.

Desde el gran ventanal, Frank vio cómo Gerard se subía en el oscuro auto de Bert y confirmó realmente que era su juguete. Sentía ira en su interior pero la opacaba, porque realmente amaba a Gee y todas las caricias que le entregaba. Sabía que si todo seguía así, no podría estar más para él. Sería todo o nada.

-Nosotras iremos saliendo a la universidad... -Dijo Bandit mientras se levantaba lentamente con las chicas.

-¿Están seguras que no prefieren faltar? -Preguntó Frank con una ceja alzada mientras todas negaban con rapidez. "Qué clase de locas son estas" pensó.

-¡Nos vemos luego, papá! ¡Adios, Miles! -Gritó una de las gemelas y salieron las tres.

Gerard

Estaba sentado en uno de los mejores restaurantes, esperando a que llegaran los padres de Bert. Quería escapar de este lugar pero no podía hacerlo, me sentía obligado a hacer esto en consuelo anticipado por todo lo que le diré en privado.

Bert siempre tuvo conflicto con sus padres por temas religiosos, incluso se había ido de su casa en la adolescencia. Estar aquí es lo mínimo que podría hacer por él.

-¡Gerard, cariño! -Me saludó la mujer de baja estatura con un fuerte abrazo.- ¿Cómo has estado? Te extrañamos muchísimo.

-Fue bastante tiempo... -Respondí con una sonrisa.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora