Cena.

242 45 49
                                    

(...)

Frank volvió rápidamente a casa para preparar todo para mañana, mientras que Gerard, Bandit, Lily y Cherry fueron al supermercado para comprar comida y celebrar el nuevo trabajo del tatuado.

Ciertamente Frank estaba nervioso, no sabía cómo impartir una clase con tantos alumnos y el terror de que no le agradaría a nadie era cada vez más fuerte. En su adolescencia, jamás fue un chico popular ni con una gran autoestima; sus únicos amigos eran Mikey y Hayley, quienes lo acompañaban cada segundo y era la chica de cabellos naranja quien lo protegía de la sociedad.

-Debo hacer esto por mis tres bebes y mi Gerard. -Se dijo a si mismo guardando su guitarra acústica favorita en un estuche.

A mismo tiempo, los demás seguían echando cosas al carro. Gerard tenía en mente hacer algo especial y así poder felicitar a Frankie por sus logros. Realmente estaba orgulloso de él.

-Mami Gee. -Dijo Lily mientras lo ayudaba a llevar el carro- ¿Por qué aún no le pides a papi Frank que sea tu novio?

-¿De qué hablas? -Preguntó Gerard con una risa. Le daba mucha ternura que ella se refiera a él como "mami".

-¡Siii! -Exclamó Cherry-. Llevan semanas saliendo y... ¿aun nada? Deberían ser como en las películas que se casan al día siguiente.

-Todas creemos que deberías proponerlo, papi. -Dijo Bandit quien estaba centada dentro del carro.- Somos felices como hermanitas y también quiero que Frank sea mi papá.

-¿Y ustedes como saben tantas cosas, eh? -Preguntó el Way nuevamente riendo. Las niñas lo miraron serias sin decir nada, pues habían comprendido todo cuando oyeron a Kristin hablar con Mikey sobre el tema.

-No somos tontas, Gee. -Dijo Cherry mientas tomaba mi mano- Sabemos que se gustan...

-¡Deberías pedírselo con un anillo! -Sugirió Lily- ¡Con velas, flores y chocolates!

-¿No crees que es demasiado? -Preguntó Gerard y las niñas negaron.

Y así fue como se decidió a proponerlo hoy. Su mayor inseguridad de que las niñas reaccionaran mal, se había ido y estaba más que listo para que Frank fuera su novio.

Pagaron rápidamente y se dirigieron al centro de la ciudad para comprar algunas de las cosas de las que sugirió Lily. Ellas eligieron absolutamente todo y se les ocurrió el plan de distraer al tatuado para que Gerard pudiera preparar absolutamente todo en casa.

...

Lily y Cherry le pidieron a Frank ir al parque, mientras que Bandit prefirió quedarse en casa para ayudar a su padre.

La pequeña niña parecida a Lindsey, estaba extremadamente feliz con la decisión que tomó su padre e interiormente, le pedía a su madre que lo ayudara en todo para que fuera perfecto.

-Creo que está todo listo. -Dijo Gerard mientras prendía las velas que estaban sobre la mesa. La comida ya estaba lista y solo debía servirla. Los globos estaban escondidos en la cocina y claramente, el anillo estaba en su bolsillo.- ¿Llamarías a Frank desde mi teléfono?

-Si... yo me encargo, papi. -Respondió la pequeña B mientras le quitaba el celular a Gerard.

Este último, se dirigió a su habitación y quiso arreglarse para la situación. Se dirigió al baño para perfumarse, maquillarse sutilmente los ojos y ponerse un poco de brillo labial.

-¡Tío Frank! -Exclamó Bandit a través del teléfono.- ¡Papá se desmayó y está sangrando! Vengan rápido.

-¿¡Qué!? -Gritó Frank y la hija del Way tapó el celular para poder reírse- ¡Ya voy B!

La pequeña se acercó donde Gee y quedó hipnotizada viendo a su padre, pensando en cuánto lo amaba y lo feliz que se veía él.

-Frankie vendrá pron... -El sonido del timbre la interrumpió y no pudo evitar reír nuevamente.

Gerard atendió a la puerta y vio a Frank a punto de desmayarse por la falta de aire, un poco más atrás venía Lily y Cherry de la misma forma.

-¿Es... estas bi...en? -Preguntó el tatuado entre jadeos.

-¿Por qué no lo estaría? -Dijo Gerard con su risa y las miradas de las niñas se dirigió a Bandit quien les sonreía de oreja a oreja.- Ve a ponerte lindo, ¿si? -Frank no entendía que pasaba y sólo atendió a lo que dijo Gerard. Pensó en que quizás había invitado a alguna persona a casa.

Las niñas se peinaron un poco y ayudaron a llevar los platos a la mesa. Todo estaba listo para su cena.

-¿Qué es esto? -Preguntó Frank llegando al living. Este solo se había lavado la cara y las gotas aun seguían cayendo al piso.

-Una cena celebrando que te dieron el trabajo. -Respondió Cherry y corrió a abrazar a Frank. Acto seguido, todos fueron con él.

-Dios... no debieron haber hecho tanto por mi. -Algunas lágrimas corrían por el rostro del tatuado, las cuales se camuflaban por las gotas de agua- Me hacen el hombre más feliz del universo.

Todos comenzaron a comer y a charlar de cosas triviales. Las niñas le explicaban a Frank cómo era la escuela y como se un momento a otro, se hicieron amigas de todo el mundo así que no debía porque sorprenderse. Todo marchaba bien hasta que Gerard recordó su proposición. No encontraba el momento perfecto para hablar y ya estaba comenzando a sudar frío. A pesar de que la respuesta fuera obvia por parte de Frank, Gerard tenía miedo y ni siquiera sabia de qué. Rápidamente se levantó de su asiento y fue a la cocina a tomar un gran sorbo de agua. Tomo los globos, las flores y el chocolate.

-Mmm... -Murmuró desde la entrada de la cocina y las niñas se silenciaron de inmediato. Cosa que no era muy común en ellas- ¿Frank?

-Si... ¿Gerard? -Respondió de la misma manera que el mayor, mientras comía a gusto su cena sin despegar un ojo de su plato.

-Hace muchos días quería hacer esto pero jamás encontraba un momento oportuno. -Murmuró nervioso y Frank se volteó a ver a su amado, quien en un segundo sabía a lo que iba-. Unas pequeñas personas me preguntaron porque no lo hacía y aquí estoy... en un momento perfecto, con las personas que quiero compartir mi vida.

-Gerard. -Susurro Frank parándose de su asiento. Las niñas gritaban internamente.

-Eres una persona por la que apostaría a ciegas, por quien pondría las manos en el fuego. Te conozco y sé que eres el mejor compañero que pude escoger para tener una relación. Solamente tú has sido capaz de revivir el deseo de volver a amar con tanta pasión... y ¿qué dices? -Rió nervioso mientras le entregaba torpemente las cosas a Frank-. ¿Te gustaría ser mi novio?

-Claro que si, Gee. -Frank sintió un calor invadir todo su pecho y no pudo evitar abrazar y besar en lo labios a su nuevo novio. Se sentía enamorado desde los pies hasta la cabeza y saber que sus hijas querían que estuvieran juntos, lo reconfortaba muchísimo más.- Te amo con mi alma pero creo que tú debes ser quien me pone el anillo. -Susurró en los labios del chico pelinegro para luego darle un corto y tierno beso.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora