Lo siento, mami Gee.

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En la mañana siguiente, Frank no me despertó como lo hacía siempre. Esta vez no me besó ni me abrazó, solo fue un "Hey, despierta".

Note unas grandes ojeras bajo sus lindos ojos color avellana y pensé que pudo tener solo una mala noche.

-¿Estas bien, mi vida? -Pregunté acariciando su cabello. Aun seguíamos recostados, ya que era temprano y aun teníamos tiempo para hacer todo-. ¿Dormiste mal? ¿Tuviste una pesadilla?

-Algo así. -Murmuró. Definitivamente durmió mal. Nunca había visto a Frankie de ese modo. Parecía estar enojado y muy cansado.

-Pues cuéntame lo que ocurre, bebé. -Lo observe directamente a los ojos, lo miraba comprensivo y con amor. Quería que se sintiera seguro contándome sus cosas. Su mirada era firme hasta un punto que salieron unas pequeñas lágrimas y pudo ceder.

-Son terrores, Gee. -Susurró secando sus lágrimas-. Y se sientes como si alguien estuviera agarrando y apretando mi garganta. Como anoche... -Me sentí fatal al saber que no pude estar para mi hombre-. No son como temblores, son peores que ellos. A veces veo llamas y otras veces veo morir a las personas que amo... y eso es siempre.

-Oh... mi vida. -Murmuré mientras acariciaba el cabello castaño de Frank.- Arréglate, dame un besito y solo duerme. Yo te despertaré para irnos. ¿Si?

Me levanté y le di un poco de espacio a Frank. Intente preparar el desayuno lo más rápido posible para llevárselo a la cama y poder desbordarlo de amor. Quería hablar con él sobre poder mudarnos a un lindo vecindario pero creo que no era un buen momento para hablarlo. Esperaría a que Frank estuviera mejor.

Luego de una hora, ya habíamos llegado a la escuela y Frank se había encargado de llevar a las niñas al salón, mientras que yo llevaba las obras de arte de la mayoría de la escuela.

-¿Necesita ayuda? -Preguntó Chloe, quien venía con cinco amigos y amigas a su lado.

-Si no les molesta... sería una gran ayuda. -Respondí con una sonrisa.

Los chicos me ayudaron a llevar las cosas hasta el salón de maestros, donde se encontraba solo Frank. Él estaba sentado y observándonos como si hubiéramos hecho la gran atrocidad de la vida.

-Muchas gracias, son los mejores. -Le hable al grupo de seis. Todos me sonrieron y chocaron los puños conmigo, a excepción de Chloe quien me dio un corto abrazo.- ¿Estas bien, Frankie?

-¿En serio me lo preguntas? -Murmuró y salió de la habitación, golpeando mi hombro con todo su cuerpo. A pesar de ser más pequeño que yo, era fuerte y me dejó un gran dolor, que lo más probable dure todo el día.

Sin decir o hacer nada más, decidí ir hasta el ultimo grado. Quien era mi clase primera clase del día.

Lleve sus obras y las fui entregando uno por uno. Hoy comenzarían con otra actividad así que sería un día más relajado para mi.

-¿Sr. Way? -Dijo Chloe acercándose a mi escritorio con su pintura entre las manos- Creó que debe haber alguna equivocación acá... me puso una F y ninguna nota, como lo hizo con todos. No está tan feo, ¿o si? -La chica me mostró su pintura y realmente era linda. Era un retrato de un gato enojado. La voz de Chloe ya no sonaba irritante como siempre, quizás el hecho de que la salvé, cambió su visión de las cosas.

-Oh... lo lamento mucho. -Respondí quitando el adhesivo de la F. Seguramente fue Frankie quien puso la calificación y espero que haya sido por el hecho de que era un gato y no la pintura de la chica que tanto le desagrada. Cambie su calificación por una A y le escribí en una pequeña hoja un "Es hermoso. Sigue así y lograrás ser una gran artista algún día". Finalmente ella se alejó con una gran sonrisa.

Todo iba bien en el día a excepción del humor de Frank. No comprendía lo que pasaba pero seguía intentando estar ahí para él. Le llevaba cafés y coqueteaba con él de manera formal, cosas que él hacía por mi normalmente.

-¿Mi amor? -Susurré en medio del pasillo al ver a Frankie caminar- ¿Qué ocurre? En serio no lo entiendo...

-No pasa nada, déjame... -Nuevamente me evitó y preferí ir donde las niñas. Creo que lo mejor será dejarlo en paz hasta que se le pase.

Caminé hasta el salón del tercer donde las niñas me esperaban afuera como de costumbre. En ese lugar, las vi charlando con... ¿Chloe? ¿Que mierda hace acá?

-¡No puedes acércate tanto a mami Gee! -Exclamó Lily, dejando a la chica de 18 años sorprendida.

-¿Mami que...? -Susurró a si misma.

Mierda... esto no puede salir peor.

-Papi es su novio, ¡No tú! -esta vez exclamó Cherry.

Me quede paralizado al escuchar esas palabras. Sabían que no debían comentarlo y me preguntaba que cosas le dijo Chloe...

-¡Boba! -Gritó Bandit dándole un pequeño empujón-. Recuerden que era un secreto.

-¿Ah si? -Soltó una pequeña risita-. No se preocupen por eso. Su secreto está a salvo conmigo.

Decidí intervenir para que nadie soltara más información de la debida. Solo llegue y me cruce de brazos frente a las cuatro chicas que estaban ahí.

-¿Nos vamos? -Pregunté sin decir nada más. Las niñas asintieron y caminaron hasta la sala de maestros- ¿Me puedes esperar un momento, Chloe? Necesito hablar contigo.

-Claro, maestro...

Bandit, Lily y Cherry caminaban cabizbaja. Note que se sentían culpables por confesarle aquella cosa a la chica rubia.

-Lo siento, mami Gee... -Dijo Lily mientras dejaba de caminar-. ¿Estás enojado con nosotras? Lo sentimos mucho... es enserio.

-Miren niñas... no estoy moleste con ustedes pero saben que no deben comentarlo con cualquier persona. -Respondí firme. Ellas solo asentían con una carita de pena-. No le diremos nada de esto a Frank, ¿si? No hay porque preocuparlo más.

Todas asintieron y dejaron sus cosas en el salón de maestros, para luego ir a la cafetería y poder almorzar.

Me dirigí nuevamente al salón de las niñas y ahí pude ver a Chloe, quien me esperaba con una sonrisa victoriosa.

-¿Qué les dijiste a las niñas? -Pregunté con mis brazos cruzados. La ira me invadía el cuerpo y no podía dejar que las cosas se salieran de control.

-Nada... solo le dije a su hija que tiene un padre muy genial. -Frank tenía razón en que Cherry y Lily eran muy celosas con las personas que querían- ¿Entonces es su novio? -Preguntó con una risa-. Y supongo que no se lo quieren decir a nadie porque... claro, los despedirían. Todos sabemos que el director es muy homofóbico.

-¿Serias capas de contar algo así? -Pregunté con suplica. Sabía que no podía ser tan mala al respecto.- Recuerda que ambos tenemos hijas y necesitamos un trabajo para mantenerla.

-Si no quiere que haga algo... usted me debe una cita.

-¿¡Qué!? -Exclamé al borde del colapso-. No, Chloe.

-Entonces iré con el director y de paso... con Frank.

-¡Está bien! Pero no hagas ni digas nada.

-Hecho. Nos vemos el sábado, a las 20 horas. ¿En el restaurant de comida italiana? -Asentí derrotado mientras pensaba en cómo le diría todo esto a Frankie. Su ánimo no acompañaba a la situación-. Genial, espero que no me deje plantada o ya verá.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora