Tercer grado.

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Los días pasaron y no volví a ver a Frank. Ningún otro día nos topamos ni mucho menos paso a saludar, lo cual me hacía sentir extraño. Tampoco me atreví a ir yo porque quizás sería raro ya que podría abrir su esposa o sus hijas y no sabría que decir.

Hoy comenzaba el año escolar así que me puse mi típico traje formal e intenté anudar mi corbata, lo cual fue extremadamente difícil, tuve que ver videos en YouTube pero nada resultó. Lindsey siempre lo hacía por mi.

-¿Estas lista? -pregunté mientras me servía una tasa de café.

Bandit salió de su dormitorio con una polera de color rosa con estampado de superhéroes de Marvel y una falda negra con corazones. Amaba usar ese atuendo y no entiendo porque, cosas de niñas.

Le entregue su desayuno y guarde su merienda en su pequeña mochila. Ella no emitía ninguna palabra debido a su nerviosismo, estaba tan pálida como un vampiro.

Luego de unos minutos bajamos al estacionamiento y nos dirigimos a la escuela.

Como soy maestro debía llegar unos minutos antes para poder organizarme con mi horario y cual curso obtendrá mi jefatura.

-Todo estará bien, mi amor -sonreí y la miré por el retrovisor del auto.

[...]

-No me siento bien -murmuró mientras la cargaba hasta su salón. Bandit temblaba como nunca antes lo había hecho.

-Estarás bien -reí-, son solo nervios. Te aseguro que harás amigos.

Ella asintió y cuando llegue a las afueras de la puerta que decía "Tercer Grado" la baje de mis brazos.

-Estaré siempre contigo -ella asintió-, puedes buscarme cuando quieras.

-¿Y donde sabré donde estas? -preguntó al borde del llanto.

Si ya fue difícil en el jardín de niños, esto es una tortura.

-Puedes preguntarle a cualquiera que trabaje aquí -sonreí-. Recuerda lo que decía mamá, eres una niña muy valiente y te amamos demasiado, siempre estaremos para ti -besé su frente, ella se despidió y entró a su salón con la poca valentía que heredó de los Ways.

Camine rápidamente por los pasillos hasta llegar al salón de maestros, donde todos estaban en sus lugares bebiendo café y leyendo unas hojas.

-¡Way! -gritó el maestro de música, Raymond Toro. Me acerqué a él con una sonrisa en mi rostros, estaba feliz de verlo ya que me agradaba y era grato pasar la mayoría de la mañana charlando de música y cómics-. ¿Cómo has estado? -me dio un fuerte y largo abrazo-, supe lo de tu esposa, lo siento mucho.

Guarde silencio y también lo abrace. Cuando Lindsey murió me encerré tanto en mí mismo que solo hablé con mi madre y mi hermano, todas las otras llamadas las ignoré por completo.

-¿Que curso obtuvo tu jefatura? -cambie rotundamente de tema. No me gustaba hablar de esto y mucho menos cuando el resto de los maestros estaba escuchando todo.

-Aun no lo sé -se encogió de hombro-. Ahí están anotado -señaló el papel pegado en el mural con su cabeza y sin dudar me acerqué.

Ray habia tenido la jefatura del último grado de secundaria mientras que yo obtuve el tercer grado de primaria, el curso de Bandit.

Estaba feliz por ello ya que podía pasar más tiempo con ella y saber todo lo necesario sobre sus clases o calificaciones. Ser un padre soltero y además maestro implicaba no poder ir a reuniones ya que debía estar ocupado con mi trabajo pero para mi suerte, ya no era necesario.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora