Desayuno.

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La alarma de mi teléfono sonó debido a que siempre olvido apagarla durante los fines de semana. Eran la hora del desayuno y yo seguía recostado en la cama de Frank.

Hace muchísimo tiempo no me había sentido tan bien y con tanta energía, pero a pesar de eso, quería seguir recostado entre los brazos tatuados.

-Buenos días. -Dijo con su voz gruesa matutina-. ¿Qué hora es?

-Las 10 am. -Respondí observando la hora en mi celular. Frank se estiro y generó un ruido extraño de pereza.

-Un ratito más. -Murmuró su cubrió con las sábanas.

Di una media vuelta y observe el ceño frunció de Frank, aun con los ojos cerrados. Se veía realmente tierno y no dudé en dar un pequeño beso en su mejilla.

-No seas flojito. -Susurre en su oído haciendo que este riera- Vamos a mi departamento y preparo desayuno para todos.

-Hecho.

Ambos nos levantamos de la cama y Frank se quitó su polera, la cual estaba cubierta por baba. Espero que no sea mía.

A los pocos segundos, tomó una del suelo y se la puso para luego entrar a mi casa.

-¡Llegaron! -Exclamaron las niñas que venían desde el cuarto de Bandit. Todas seguían con pijama y con una cara de sueño que les ganaba, lo más probable es que hayan despertado hace poco.- ¿Se divirtieron?

-Muchísimo, pero las extrañamos más. -Respondí dándole un abrazos a las tres. Puede que me esté ilusionado demasiado rápido pero me gusta la idea en que fuéramos una familia. Siempre quise más hijos y alguien que amar durante toda mi vida.

Las niñas volvieron a jugar, Frank fue a charlar con Mikey y yo llevé a la cocina a Kristin con la excusa en que haríamos desayuno.

-¿Y cómo te fue? -Preguntó la embarazada de unos seis meses en un tono casi inaudible-. Te vez radiante.

-¡Me besó! -Exclamé en el mismo todo haciendo que mi cuñada chillara de felicidad.

-¡Y tu decías que era solo un amigo! -Comentó con una risa. Solté una sonrisa al escuchar la fuerte risa de Frank proveniente desde el living. Creo que realmente me estoy enamorando.- Tienes que invitarlo a salir otra vez. Yo cuido a las niñas pero trata de que sea antes de que Rowan me haga explotar.

-¡No tienes ni idea de cuánto te adoro! -Abracé con delicadeza a Kristin. En nuestros años de juventud, ella era quien me motivaba a invitar a salir a una chica y aunque las citas salieran mal, me encantaba charlar con ella. Siempre la consideré como mi mejor amiga.

-¿Necesitan ayuda? -Preguntó Frank al borde del marco de la puerta. Se veía demasiado lindo con su aspecto de malo por sus tatuajes.

-¡Si! -Exclamó Kristin.- Gerard tiene que terminar de hacer algunas cosas, yo iré a decirle algo a Mikey.

La rubia pasó por el lado de Frank y comenzó a hacer señas detrás de él. En sus labios gesticuló un "Tu puedes" y finalmente se fue donde mi hermano.

-Oye... lo siento mucho por lo de anoche. -Murmuró mientras picaba algunas frutas.- Creo que me sobrepase contigo y... no lo sé, creo que tú no querías.

-¿Tu crees eso? -Pregunté con una pequeña risa. Frank se veía nervioso y sus manos tiritaban mientras devolvía su mirada a la tabla para picar.- Frankie, fue una de las mejores noches de mi vida, por no decir la mejor.

El tatuado nuevamente elevó su mirada y me sonrió se oreja a oreja, para luego tomar mi mano. Todo iba tan bien que parecía mentira.

Me sentía como un niño a punto de abrir los regalos en navidad o como se sienten los adolescentes con su primer amor. Todo es perfecto.

-Dime que no estoy soñando. -Susurró al borde de mi boca. Me limite a negar lentamente y juntar nuevamente nuestros labios.

Llevamos las cosas a la mesa y todos se acercaron para al fin poder desayunar.

Luego del día de la reunión, habíamos pasado más tiempo conviniendo y generalmente cenábamos todos juntos acá en casa, por ende ya tenía bastantes cosas veganas y de apoco le iba tomando el ritmo.

Me preguntaba cómo reaccionaría Bandit. Con Lindsey siempre la criamos para que fuera una niña con la mente abierta, pero... ¿como se sentirá? ¿Querrá a Lily y Cherry como sus hermanas de verdad?

Me pase la mayoría del tiempo pensando en aquello. Veía a mi pequeño bebé reír con las gemelas y realmente parecía que se divertían, ninguna peleaba, ni tenían discusiones tontas como la mayoría de los niños. Su energía parecía fluir tan bien como la mía con Frank. Quizás todos estábamos hechos para ser una familia feliz.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora