Abogada.

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Frank.

Luego de desayunar y ver películas con Miles, baje al sótano a componer algo de música para el nuevo álbum que pretendo sacar.

-¿Qué haces papi? -Pregunto Miles mientras tomaba un vaso de agua.

-Estoy creando algo de música para tocar en los escenarios. -Sonreí al ver cómo miraba todas las guitarras que tenía guardadas.- ¿Te gustan?

-Mucho... ¿algún día puedo tocar contigo? -Preguntó con pequeños saltitos.- Yo puedo cantar mientras tú tocas... ¡y haremos una banda juntitos! Lilyta y Cherryta también pueden tocar con nosotros.

-Siena genial, pequeño...

-¡Y Gerard con Bandita! -Exclamó sonriendo de oreja a oreja-. Y tocaremos todas tus canciones porque son las más geniales del universo. -Sus pequeños brazos me rodeaban, haciendo que mi corazón se ablandara.

Me apenaba pensar en cómo es que pase 9 años de mi vida sin este pequeño y maravilloso ser. Hubiera amado tenerlo estar con él desde su nacimiento, poder mecerlo entre mis brazos y poder verlo crecer.

Debo buscar a Jamia para poder hablar con ella.

-Hijo... ¿por qué no vas a darle de comer a los perritos? -Miles asintió y subió hasta el primer nivel.

Tomé mi teléfono y le escribí a una vieja amiga que es abogada, para que me pueda ayudar con los temas legales de Miles.

...

-Veo muy difícil tu caso, Frank... -Respondió luego de haberle contado toda la historia. Su entrecejo estaba elevado y sus labios ladeando. Realmente se vendrá feo.- El pequeño tiene padres legalmente.

-¡Pero escapó de su hogar! -Exclamé al ver cómo jugaba con Sopa en el patio trasero.- Dice que su madre lo abandonó hace mucho tiempo y que su supuesto padre lo maltrata. No puedo dejarlo así...

-¿Su madre lo abandonó? -Ella abrió su computadora y entró a una pagina especial, donde ingresó su usuario y una clave.- Dame su nombre completo y su número de identidad. -Le di todos los datos y ella tipeaba rápidamente hasta que se detuvo.- Mierda...

-¿Qué?

-Jamia murió hace dos años... por sobredosis.

Mi corazón se paralizó por un breve instante. ¿Como es que mi pequeño sobrevivió al mismo infiero? Vivía en un ambiente realmente espantoso.

-Maldita sea... -Susurré apoyando mi cabeza contra la mesa. Tengo que buscar una forma de decirle a Miles que su madre ya no está y no podrá verla jamás, pero necesitaré ayuda.- ¿Y que me recomiendas hacer?

-Pues... realizarte una prueba de ADN y no exponer mucho a Miles. Dudo que su padre legal lo esté buscando pero si se llega a enterar de que tú lo tienes, podría aprovecharse para demandar y ganar dinero. -Respondió mientras guardaba todo en su maleta de color negra.- También contrata a una maestra personal para poder nivelar sus conocimientos.

-¿Y luego qué? -Mi garganta comenzaba anudarse. Quería llorar pero no podía con ella en frente.

-Tienes que ir al juzgado y hacer una demanda... pero te será difícil. Eres músico, padre soltero y con dos hijas en la universidad. ¿Quien lo cuidará mientras te vas de gira? ¿O quien le dará de comer cuando tú no estés? ¿Cuando tengas ensayos? ¿Su figura materna? Buena suerte, Frank...

La mujer salió de la casa y ni evite derrumbarme en el sofá. De mis ojos brotaban una cantidad inimaginable de lágrimas que nublaban toda mi vida.

No pueden alejar a Miles de mi. No. Me niego a hacerlo.

Quiero que se quede en casa y disfrute con nuestra familia pero la abogada tenía razón. No estoy capacitado para ser un buen padre.

Pero se que Gerard es la respuesta a todas las preguntas. Él y nuestro amor podría solucionar todo.

-¿Papi? -Gritó Miles al verme en este estado-. ¿Te duele la pancita? Espérame... iré por Gerard.

A los pocos segundos, vi la silueta del amor de mi vida junto a mi bebé en sus brazos. Ambos se acercaron a mi y me abrazaron con fuerzas.

-Miles... tengo que hablar con papá, ¿si? -Dijo Gerard con un tono suave.

-Iré a hacerle un sándwich y un juguito para que se sienta mejor. -Miles corrió hasta la cocina y escuché cómo abría y cerraba el refrigeradora cada 10 segundos.

Gerard me abrazó nuevamente mientras depositaba pequeños besos en mi frente y susurraba cosas lindas en mi oído.

-Tranquilo, bebé. Aquí estoy...

-No se que hacer. -Respondí en un susurro. Le conté cada detalle del que me habló la mujer e incluso, lo de Jamia. Gerard quedó igual de sorprendido que yo.

En ningún momento soltó mi mano y solo me escuchaba atentamente. No quería que Miles se enterara aún pero me prometo a mi mismo jamás dejarlo solo.

-Mañana mismo iremos a hacer todo eso, ¿si mi amor? -Sus ojos me transmitían armonía y tranquilidad. Gerard era todo lo que necesitaba para volver a la tierra.- Estaré con ustedes, siempre. En las buenas y en las malas, bebé.

-¿Y ya hablaste con Bert? -Me senté a su lado limpiando las lágrimas que tenía en mis ojos.- Dime que...

-Si lo hice mi amor... y estoy más que listo para tener la vida que siempre soñamos. -Esas palabras y su sonrisa hicieron que ese corazón roto de años atrás se volviera a unir. Todo se volvía a sentir como el maravilloso primer amor, que dura para toda la vida.- Asi que cuando quieras tendremos nuestra primera cita.

-Apenas podamos. -Sonreí levemente y deposité un pequeño beso en sus labios.- Eres el hombre más maravilloso del universo.

-¡SIII! -Gritó Miles con la comida que traía en sus manos-. ¡Sabía que tendría dos papis!

Al paso del rato, Lily entró por la puerta con cara larga y algo afligida. Pocos segundos después, entró Cherry enfurecida y cerrando la puerta con fuerzas.

Vecinos | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora