XXXVII. Entrenamiento

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—Yo tampoco quiero...—murmuro tras separar nuestros labios— Pero tienes que descansar y recuperarte— digo divertida bajándome de encima suya.

—Tess...— se queja cuando le siento en la cama, sonrió y le doy un beso casto que él intenta hacer más largo.

—Tienes que descansar, hace apenas cinco horas estabas fatal...—murmuro recordando el aspecto que tenía.

—Pero me curo rápido, mira— dice quitándose la camiseta dejándome ver que ya no tiene casi ningún moratón.

—Si, los moretones tal vez, pero las heridas no, así que espera a que prepare algo para que comas.

—¿Sabes cocinar?— pregunta divertido tumbandose en la cama sin perderme de vista

—Algo sí que sé hacer— me defiendo abriendo el armario para coger un pantalón de chándal ya que todavía sigo con la ropa que cogí al salir de la enfermería.

—Confío en tí. Mientras me voy a pegar una ducha, ¿podrías conseguirme algo de ropa limpia?—me pide levantándose y quitándose la venda dejándome ver su abdomen, y parte de su pecho que estaba cubierto.

Habrá perdido peso, pero este hombre sigue estando para comérselo...

—¿Tess?— dice divertido, subo mi vista a sus ojos que me miran divertidos y me sonrojo como nunca.

—Si, te conseguiré algo— digo rápidamente y antes de que diga algo salgo de la habitación.

Esta como un tren...

Cuando escucho el grifo del agua, abro la puerta y cojo los cascos y el reproductor de música que me prestó Andrea ya que no tengo móvil. Lo enciendo y de inmediato la música inunda mis oídos.

En concreto Do It for Me, de Rosenfeld. Un cantante que encontré cuando comencé a descargarme música para escuchar.

Show me how

Show me how you like it done

You're all mine

I'll make you feel like you're the one

Take off your clothes

Give me your trust

Look me in the eyes and confess your lust

Get on your knees

Beg me to stop

I promise I'll love you if you do it

So do it for me

Bajo las escaleras tarareando hasta llegar a la cocina, donde abro la nevera y saco un par de cosas para hacer un par de bocadillos.

Saco el pan y comienzo a echar cosas mientras muevo mi cuerpo al son de la música.

—Look me in the eyes and confess your lust. Get on your knees. Beg me to stop— tarareo cerrando los ojos y siguiendo el ritmo de la música.

Echaba de menos escuchar música, bailar y cantar... Abro los ojos para terminar de preparar los montaditos, cuando termino comienzo a coger cosas para meterlas de nuevo en la nevera. Cuando me giro y veo a Ivar mirándome con los ojos verdes de lobo me asusto y se me caen un par de cosas por el susto.

—Joder, me has asustado— me quejo quitandome los cascos y dejando las cosas en la encimera para recoger lo que se me ha caido. Le escucho acercarse, pero se queda ahí de pie frente a mi sin ayudarme— Muchas gracias eh— me quejo pero pone su mano en mi mentón con delicadeza para que levante la mirada y le mire.

Mi ángel de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora