XXXV. Han escapado

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—Le llevaremos al médico lo antes posible, vosotros tenéis que ir con las manadas— dice Ivar cuando salimos de la casa.

—Pero yo...

—Leen, tenemos que ir.— dice mi hermano detrás nuestra, miro a Axel que ahora que hemos salido y le da la luz del sol tiene aún peor pinta...—Leen...

—Ve con él, no me iré a ninguna parte— dice intentando hacer una broma, pero cuando se va a reir, comienza a toser.—Tess... Buscales...

Asiento con el corazón en un puño y me acerco a él para darle un beso, pero tiene una herida en el labio, así que en el último momento decido dárselo en la mejilla.

Cuando me separo de él, hace un gesto a Ivar para seguir con su camino y sin decir nada se va con él.

—Leen, tenemos que ir ya o llegaremos tarde— insiste mi hermano, asiento y me giro para ir con él al centro de la manada.

—Luego iré a su casa, tengo que ir a por sus hijos y a por Celia... Además seguramente necesite algo de ropa...— murmuro con la cabeza baja.

—Pueden ir a buscarles Dim, tal vez sea un poco violento después de todo lo que ha pasado— Ed me coge de la mano al ver mi estado de ánimo y asiento. No me apetece nada tener que enfrentarme a ellos después de todo lo que he hecho.

Soy una cobarde, pero ahora después de ver a Axel en ese estado no tengo el valor suficiente para enfrentarme a Celia, estando embarazada.

No la tiene que quedar mucho para dar a luz...

—Por fin llegáis— dice uno de los alfas del corrillo al vernos llegar.— Hay novedades, Mael y su hijo Owen han conseguido escapar— dice cuando nos unimos al círculo

—Eso lo complica todo...— murmuro preocupada. Que el padre y el hermano de Axel hayan conseguido escapar significa que todo esto solo es el principio...— Mandar a un par de rastreadores a buscarles, seguramente estén demasiado lejos ya para encontrarles, pero tal vez encuentren un rastro y podamos saber por qué zona se fueron...

—Buena idea, alfa. David, ve con un par de hombres y organiza un grupo de búsqueda, la más mínima pista podría sernos de ayuda— dice sin girarse a mirarle, con que él es el alfa de David...

—Si, alfa.— dice serio antes de darse la vuelta para buscar a los hombres que necesita.

—David es muy bueno, ha organizado un muy buen plan de ataque, y nos a ayudado mucho a llegar a la casa— le alago de corazón, si no fuera por él habríamos tardado horas y horas en encontrar a Axel en una mandada tan grande como esta.

—Si así hubiese sido, no habrían escapado esos dos. —dice serio — Ahora, será mejor que cada uno nos vayamos a sus manadas con nuestros heridos.

—Eh... Si, claro. Dentro de unas semanas nos volveremos a reunir. Muchas gracias a todos— digo desconcertada por lo que ha dicho el alfa.

¿Qué no lo ha hecho bien? Está loco.

Estuvo trabajando casi día y noche para sacar el plan, aunque lo hubiese hecho otra persona, siempre habría la posibilidad de que se escapasen esos dos.

—Dim, necesito que me hagas un favor— le pido acercándome a él, asiente y señalo la casa de Axel— Necesito que vayas a esa casa, y traigas a la mujer y a sus hijos. La mujer está embarazada, y tiene cuatro hijos, dos niñas que son super parecidas, un chico más o menos de mi edad y un niño pequeño. Tienes que traerlos a casa, podrías hacerlo por mi— le pido.

—No hay problema, alfa. Váyase tranquila, yo me encargo— dice antes de ir con unos hombres a la casa.

—¿Nos vamos?— me pregunta mi hermano, asiento y nos transformamos para irnos al punto de encuentro del bosque, donde están los coches y la carpa de enfermería.

Mi ángel de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora