XLIV. Mamá

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—¿Te vendrás conmigo?— la pregunto a Andrea que está tumbada conmigo en la cama mientras vemos una película de marvel, aquaman.

—No sé, tengo tantas cosas de las que ocuparme... Pero tendría que estudiar algo, es lo que querría mi padre.— dice recordandole con tristeza, por lo que la abrazo y la paso el bol con palomitas. Pero en cuanto sale el superhéroe me es imposible no mirarle con descaro haciéndola reír.—Salida, las hormonas te tienen salida— dice riéndose a carcajadas, haciéndome reír a mi también.

—Pero tú has visto como esta— digo cogiendo un par de palomitas para llevarmelas a la boca

—Pensaba que tu Axel era el mejor— dice divertida.

—Si bueno, pero no cuento a todos los actores buenorros como este...— digo sin apartar la mirada de la tele.

—¿Cómo?— dice Axel abriendo la puerta de la habitación asustandome haciendo que se me caigan un par de palomitas.

—Nada, vuelve a lo tuyo— digo divertida haciéndole rodar los ojos

—Si, perdona. ¿que decías?— dice al teléfono antes de salir de la habitación haciéndonos reír.

—Por cierto, ¿qué tal con mi hermano?— digo divertida haciéndola sonrojar.

—¿En serio quieres saberlo siendo él tu hermano?— dice frunciendo el ceño.

—Me da igual, en verdad. Tu eres mi mejor amiga y él mi hermano, pero da igual.— digo sincera— Ahora cuenta

—Vale... Pues vamos bien, a veces es un poco pesado con los celos cuando ve a alguno de mis exs, pero bueno— dice encogiéndose de hombros.

—¿Pero os va bien?

—Si, muy bien— dice sonriente haciendo que sonría y asienta.

—Me alegro...— digo volviendo la vista a la tele, pero en cuanto parpadeo comienza una nueva visión.

—¡Corre llevalas lejos, iremos a buscaros!— digo asustada, a la adolescente de la última visión, y ahora que está más cerca me doy cuenta que tiene mis ojos.

—Mama, ven con nosotras— dice mi hija comenzando a llorar.

—Tengo que ayudar a vuestro padre, iremos a buscaros— digo acercándome a besar su frente con cariño y sintiendo un gran dolor en el pecho.

—¿Leen?— me llama Andrea zarandeándome asustada, sacándome de la visión.

—Necesito-o ir al baño.— digo con la respiración acelerada antes de ir al baño y encerrarme ahí.

—Leen, ¿ha sido una visión?— me pregunta preocupada, mientras yo saco el cuaderno para apuntarlo todo, mientras que de mis ojos caen gruesas lágrimas al ver a mi hija.—Leen— me vuelve a llamar al otro lado de la puerta.

—No puedes contárselo a nadie— digo antes de abrir la puerta limpiándome las lágrimas de la cara.

—Te lo prometo— dice preocupada pero sé que puedo confiar en ella.

—He estado teniendo muchas visiones, sobre el futuro— digo dándola el cuaderno donde he ido apuntando todas las visiones.

—Eso no es malo ¿no?— dice leyendo las primeras, pero en cuanto llega a la del otro día levanta la mirada asustada.

—Creo que seremos perseguidos por los humanos— murmuro llevando la mano a mi vientre— Y creo que nos harán algo a Axel y a mi, pero no a mis hijas— digo asustada por ellas.

Mi ángel de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora