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- ¡No te atrevas a tirar mi estatua ! - grito el rubio en cuanto atravesó la puerta y vio a la rubia sosteniendo una estatua de él de unos treinta centímetros de cristal.
Gianne lo miró y lanzó la preciada estatua a unos centímetros de su rostro, estaba molesta, no, furiosa y al lanzar el objeto el chico pudo comprobarlo.
- Mas te vale Bair que salgas corriendo si no quieres ser tú quien termine así - le dijo señalando los trozos de cristal en el suelo - es que no te mato por que...
daba vueltas por el salón con sus manos en sus caderas, cada tanto murmuraba maldiciones en varios idiomas haciéndole el trabajo de entenderla al chico mucho más dificil, lo unico que tenia claro era que todos aquellos tacos iban dirigidos para él y para el cobrizo Cullen.
- Gigi de mi corazón, cálmate cariño.
- ¡Que se calme tu madre !- le gritó corriendo hacia él - ¿sabes lo que has hecho?.
- ¿Molestar a Eddie ? - pregunto asustado.
- No solo lo has molestado, me importa muy poco lo que pase entre ustedes después de que no me involucren, pero tu, inutil, lo has hecho y todos te han escuchado, cada comentario, Serpens.
- Lo sé, se me fue la mano y lo siento.
La pelirroja Naismith bufo para después tomar asiento en el sofá, el chico se acercó a ella junto con dos vasos y una botella de whiskey, sabía que los comentarios que había hecho estaban fuera de lugar y sabía que la molestaran, pero ver la cara del chico Cullen cuando soltó todo aquello, cuando le dijo que Gianne ya no le pertenecía, que ya no volvería a tocarla por que ya había encontrado alguien mejor que él fue lo que le hizo creer que todas aquellas palabras habían valido la pena, o eso pensó hasta que sintió la mano de la pelirroja contra su mejilla.
- Lo siento, mo amazon - le pasó el vaso mientras con su otra mano tomaba la de ella y dejaba un beso en el torso de esta.
- Eres un idiota, Serpens.
- Lo se, pero así me quieres - le sonrió intentando que su ánimo cambiará.
-Talvez despues, ahora, no - le respondió tomando de la bebida, aunque intenten ocultar la sonrisa que se plantó en su rostro inconscientemente.
- Vamos, Gi, has sonreído.
- Si, si - le dijo - ahora no molestes o volveré a enojarme.
- Por favor, no - hizo cara de susto - es Gianne me da miedo, pero no te perdonare que hayas acabado con mini Bair.
- Era solo una estatua, además, tienes dos más.
- ¿Entonces lo arreglasteis ? - le preguntó su padre mientras le daba una copa de vino.
Habían ido un rato a la casa de sus padres para hablar un poco, después de todo seguro les tendría preocupados
- Aunque quisiera, no puedo estar enojada con este idiota - le dijo la pelirroja mientras bebia del liquido.
- Falta poco para la pelea - le dijo su madre - ¿estáis listos?.
- Son solo unos cuantos neófitos - hablo Coraline - no serán muy difíciles de vencer.
- El problema será la pelirroja, Victoria - informó Zachary - según lo que nos han dicho no es alguien con quien se deba jugar ni mucho menos subestimar.
- Es solo una vampira con el corazón roto - se burló Arabella - no sera mucho problema.
- Ya has escuchado a Zach - hablo Serpens - no hay que subestimar, podría ser peligrosa.
- Claro, tampoco hay que olvidar que tenemos el factor sorpresa - agregó Gianne - ellos no saben de nuestra existencia, ni mucho menos la de los lobos.
- Es cierto - concordó Eros - son inexpertos, están aprendiendo a correr antes que a caminar, se enfrentarán a algo que los supera.
- Pero no es su culpa - opinó la pelirroja - la psicópata despechada prácticamente les obliga a formar parte de su ejército.
- Es un buen punto, pero si pelean tendremos que pelear nosotros también.
- Cuanto extraño España - suspiro el rubio - no había tanto drama.
- Creeme, yo también.
- ¿Intersederemos ? - preguntó uno de los encapuchados - podrían llegar a ser un problema.
- Veremos hasta a donde pueden llegar - le respondió uno de sus compañeros - además, he escuchado que siguen vivos, puede que estén juntos.
- Si lo están, los atraparemos y acabaremos de una vez por todas con la peste de dioses - se burlaron.
- Veamos qué tan capaces son los recién nacidos - sin más el grupo de encapuchados se marcharon del muelle, la hora se acercaba y todos lo tenían presente.
