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Recordaba muy pocas cosas de su pueblo, recordaba la música y las celebraciones, la eternidad tenía un precio y era olvidar cosas que eran importantes. Todo eran recuerdos vagos de lo que alguna vez fue su hogar.
Tampoco quería recordar muchas cosas, como su familia, eso solo haría la mentira más real, su vida había sido una mentira y aun dolía.
Apreciaba la verdad, creía que no había cosa más poderosa y preciada que ella, por eso se sentía tan herida con respeto a todo el drama con Adara. La quería muchísimo, pero no sabía si estaba dispuesta a perdonarla aunque si lo quería.
Suspiro mientras se levantaba de la cama, después de las compras Edward la había llevado a casa y se quedaron hablando varias horas, nada importante; ceno con Serpens y luego se quedó completamente dormida.
Cuando bajó al primer piso echó en falta la presencia de su mejor amigo, podría jurar que se encontraba persiguiendo a la nueva Cullen. Cocinó algo rápido y comenzó a comer, iría a casa de sus padres.
Ahora esa palabra sonaba extraña, porque su falsa madre si era su madre y sus falsas hermanas eran en realidad sus hermanastras, con todo el drama que había en sus vidas el Keeping up with the Kardashians pasaría a la historia si en algún momento les daba por hacer un reality show.
Cuando terminó de ducharse se puso la ropa interior y unas mallas, ató su cabello y se puso unas zapatillas blancas.
Su mirada se entristeció en cuanto vio a Eros, estaba demacrado, unas ojeras violetas resaltan bajo sus ojos y su piel estaba más pálida de lo común, su mirada estaba triste y sus pupilas ahora eran negras debido a no haberse alimentado en días o semanas, no ceder a su destino le estaba consumiendo.
- ¡Gianne !- la saludo, admiraba su capacidad para mostrarse alegre aun cuando el mundo le estaba cayendo encima - ¿ Como estas hija?.
- Preocupada - sé sincero - todos lo estamos.
- Está todo bajo control, cariño.
- Nada de eso, tan solo mirate.
- No he tenido hambre simplemente.
- Tu y yo nos iremos a cazar.
- No tengo hambre, Gianne.
- Tienes los ojos rojos, tus venas se notan y tienes ojeras violetas, ¡violetas!, Eros.
- Estoy bien, solo algo cansado - mintió el hombre.
-¡Eres un vampiro! - le regaño - no puedes cansarte, así que mueve el culo y levántate, iremos a cazar.
El vampiro bufo y comenzó a seguir a su hija al bosque, estaba famélico.
Gianne sonrió cuando su padre salió corriendo al escuchar el latido de un ciervo, fue donde él y lo observó. Sentado observaba el cuerpo del animal, se sentó a su lado esperando a que hablara.
- Es una tortura - sollozo - la amo mas que a nada en este mundo y me esta matando, no quiero perdonarla, no puedo. Mi madre, hermanos, mi padre murieron en aquella masacre y resulta ser su culpa.
<< Todo de mi la necesita, mi corazón, mi piel, yo no hago más que quejarme de su lejanía>>.
Adara seguía con ellos, pero ninguno se relacionaba con ella, era como si no existiese.
- No diré que la perdones, yo aun no puedo hacerlo - hablo ella - pero el destino está marcado, en algún momento la destrucción de nuestro pueblo surgiría, ella solo lo ha adelantado.
<< No estoy justificando su actuar, lo que hizo fue una atrocidad, no puedo odiarla, es mi madre. Sin embargo, es tu compañera, no puedes estar lejos de ella, el destino es así, los dioses nos libren de lo que os pasaria si no cumplis sus ordenes>>.
- ¿ En qué momento maduraste tanto? - bromeó su padre - deberías seguir tus propios consejos.
- Golpe bajo - intentó darle un pequeño golpe pero el vampiro huyó.
