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El sonar de sus tacones se escuchaba por toda la primera planta de la edificación, a pesar de llevar allí ya casi dos años y las personas no se habían acostumbrado a la presencia de la despampanante rubia Naismith

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El sonar de sus tacones se escuchaba por toda la primera planta de la edificación, a pesar de llevar allí ya casi dos años y las personas no se habían acostumbrado a la presencia de la despampanante rubia Naismith.

Sus caderas se movían de un lado a otro mientras caminaba logrando un hipnotizante contoneo, saludaba con una brillante sonrisa a todo aquel que se atravesara en su camino, había aprendido que las impresiones eran una de las cosas que más importaban en su trabajo, en su mano izquierda llevaba un vaso con café y en la derecha los archivos que necesitaba para uno de sus casos.

El despacho phoenix quedaba en la penultima planta del edificio de Bair and Bair firm law, la decoracion variaba entre el verde esmeralda, el platino y el negro, mas de una vez lo habia comparado con los colores de su casa en Hogwards, Slytherin, y si, tenia una obsesión con aquella saga.

Habia puesto todo sobre el gran escritorio de color negro, se dirigio al gran ventanal y abrio las percianas, la vista era impresionante, el edificio estaba situado justo en el centro de la ciudad lo que le daba vistas espectaculares como la de la Virgen Blanca.

La puerta del despacho sono, se acerco a abrirla, una pequeña caja de color rojo escarlata se encontraba en el suelo, el escudo de su familia adornando la parte de arriba de la cajita, la recojio y la dejo sobre el escritorio.

Tenía varias suposiciones sobre quién pudo haberla enviado, ¿tal vez Adara?.

- ¿Se puede? - preguntó una voz.

Amanda Berry era una chica de color bajita, su cabello rizado y sus ojos claros la hacian una chica de lo mas guapa, utilizaba lente y sonreia casi todo el tiempo, su barriga resaltaba aun con la ropa dos tallas mas grande.

- Por supuesto - la abrazo - !mira que grande esta la criatura¡.

- Oh, ni lo menciones - se sentó en uno de los sofás que ocupaban la estancia - no deja de moverse y dormir es de lo peor.

Se rió mientras negaba, su amiga a ratos acariciaba su panza, era adorable.

- No tengas hijos, Gigi - aconsejo la morena, una sonrisa triste se asomo en el rostro de la rubia, al ver la mirada de su amiga se arrepintió inmediatamente - Lo siento tanto, no pensé en...

La rubia la interrumpió antes de que continuara - no importa, no se puede hacer nada - respondió, el tono triste seguía vigente en su voz.

Había tenido que decirle a su amiga que era infértil un día que la curiosidad le pudo, no era del todo mentira, su inmortalidad no le daba la posibilidad de ser madre, aunque por años lo intento, nada sirvió.

- Pero tendrás que arrebatarme a ese bebe de las manos - comentó Gianne - sere la tia mas alcahueta que conocerás en tu vida.

- Y este bebe te amara muchisimo - estableció la humana.

- Me harás llorar, tonta - bromeó - por cierto, ¿ qué haces aquí?- Inquirió.

- He venido por algunos papeles de la baja - contesto - y me apetecía verte.

- No tienes ni idea del montón de trabajo que hemos tenido - reveló - es como si todos quisieran que los representamos.

-!Eso es genial¡ - gritó la morena - cada vez vamos creciendo.

Pasaron hablando casi media hora más, lamentablemente Amanda tenía una cita con su médico y ella unos cuantos papeles que revisar. Alrededor de las cuatro de la tarde Serpens entró con aquel porte elegante que siempre tenía a su despacho.

- No tienes ni idea de lo bien que te ves cuando estás concentrada - hablo el rubio sentándose frente a ella.

- ¿ Necesita algo señor Bair? - preguntó la chica con un toque de burla en su voz.

-Necesito que la sexy chica que tengo ante mí me preste atención - exclamó el chico.

- Lo siento señor, pero mi jefe podría enojarse y es un completo capullo - continuó con la broma.

- Eso es mentira - replicó Serpens - me adoran - se acercó a ella - me adoras.

- Además de que tiene el ego en las nubes - continuo.

Antes de que el chico pudiera continuar su mirada cayó en la pequeña caja situada en una de las puntas del escritorio.

-¿Tengo competencia ? -preguntó mientras agarraba el objeto - ¿debería preocuparme?.

- No - respondió simplemente mientras le quitaba el regalo de las manos - es de alguien de mi familia.

- Abrelo - demandó, la curiosidad le carcomía y a ella igual.

Desató el listón que rodeaba la pequeña cajita y prosiguió a quitar la envoltura, poco a poco las ansias crecían en ambos, en el interior de esta había una nota, la caligrafía era impecable.

- ¿Qué dice? - insistió el chico al ver que la rubia no decía nada.

- " Pronto volveremos y todo se acabara " - su ceño se encontraba fruncido - ¿qué quiere decir esto ?.

-No lo se, pero deberías preguntarle a tu familia si alguno de ellos te ha enviado eso - señaló la nota en sus manos.

El silencio se apoderó de la estancia, intentaba recordar si había visto aquella letra en algún lugar, pero todo era borroso, una sensación extraña se posó en su pecho y no le gustaba para nada.

²𝑨𝑹𝑬  /W.A.Y SAGA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora