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El viento movía su cabello desmesuradamente mientras mantenía su cabeza fuera del auto, las carreteras desoladas le permitían acelerar cuanto le apeteciera, sobretodo en esa zona fuera de los tantos radares que inundaban la ciudad.
La zona a la que se dirigen no estaba permitida para visitantes, era una especie de bosque privado de la familia Bair, era grande y frondoso, rodeado de una gran valla que le cortaba el paso a cualquiera que entrara, era perfecto para cazar y nadie interfiera.
El cielo se encontraba cubierto por una fina capa de nubes, no había ninen la entrada de el bosque la chica bajo rapidamente.
Estiró su cuerpo y miró a su amigo, que a diferencia de ella se movía de forma lenta y calmada.
- Tranquila fiera - bromeó el chico al ver que ella no dejaba de moverse - ¿Una carrera al claro?.
- Por fin lo preguntas - contesto esta con una sonrisa socarrona - hasta tres.
- Uno - comenzó el rubio.
- Dos - continuó ella.
- Y... tres - ambos salieron corriendo adentrándose al frondoso bosque.
Sus pies se movían con rapidez, saltaba y se agachaba intentando esquivar las innumerables ramas y raíces que bloqueaba su camino, iba tan rapido que parecia un simple borrón, a tan solo veinte metros de la meta se subió a un árbol, volvió al ritmo anterior y comienza a saltar de rama en rama.
Cuando llegó el sol había hecho acto, las lavandas se movían con el viento y los pájaros cantaban, parecía escena de película, se acomodo mejor en la rama en la que se encontraba, justo frente al claro, Serpens estaba tardando más de lo esperado.
Justo cuando estaba a punto de bajar el chico llegó, se posó en el centro del lugar y comenzó a observar su alrededor, sabiendo lo que haría activo uno de sus dones: camuflaje, ocultando su olor.
Se acercó sigilosamente a él en cuanto le dio la espalda, se tiró sobre él tirando al suelo al instante, ambos riendo.
- Que lento eres - se mofó del rubio - llevo media hora esperándote.
- Que exagerada eres - hablo el de la misma forma - ahora baja que pesas mucho mujer.
-Eso es mentira - bufo - pero lo mismo que una pluma.
-Si, si, en tus sueños cariño.
-Vamos, tengo muchísima hambre - comentó la rubia antes de volver a correr.
Sus pies se detuvieron en cuanto el palpitar del corazón de un gran y hermoso venado llegó a sus oídos, está comiendo y por sus venas corría la sangre de manera acelerada, era como si la estuviera invitando a beberla, sus ojos se encontraron con los de la criatura, la observaba fijamente, como si fuese ella la que estaba esperando a atacar, pero nunca paso, a diferencia de la reacción que ella esperaba, el venado se acercó a ella, lentamente la cabeza se posó en su mano extendida, sonrió mientras acariciaba al animal.
Una de las ventajas de su raza era que al ser confundidos con humanos, les era más fácil ganarse la confianza de sus presas, como en ese mismo momento que la pobre criaturita corría a su alrededor en busca de jugar, divertirse con aquella fascinante humana que no le haría daño, pero que equivocado estaba.
Sus instintos eran más fuerte y el hambre que la embargaba crecía con cada segundo que pasaba, en un rápido movimiento tomó al venado y apretó su cuello con ambas manos evitando mirarlo a los ojos, el animal yacía muerto en sus brazos, con sus grandes ojos mirándola fijamente.
Encajar sus dientes en su cuello, la cálida sangre recorrió su garganta apaciguando el ardor que se había instalado en esta, se detuvo en cuanto quedó completamente seco.
- ¡ Con calma vaquera! - escucho la voz de Serpens, arriba de una roca la observaba - se que estas hambienta pero no es para que olvides tus modales de mujer - se burlo, sabia como la chinchaba aquello, la rubia era una feminista hecha y derecha, participo incluso en la lucha para el sufragio femenino activamente.
- ¡Qué modales tendré yo cuando rompa tu cuello, serpiente! - respondió ella corriendo de vuelta al claro.
- ¡Oh, vamos! -'bufo el chico siguiéndola - No seas dramática, principessa.
- ¿Has terminado? - cuestión desde el suelo, se había acostado justo en el medio del lugar.
- Si - respondió el chico imitando su acción . ¿quieres regresar ya?.
- Solo espera un poco más - dijo ella mirándolo - siento que algo pasara.
- ¿ A qué te refieres, cariño?.
- Presiento algo, algo malo - comenzó a explicar - como si algo fuera a suceder y arruinara todo lo que hemos logrado, lo peor de todo es que parece más un augurio y los augurios de un Hijo de dioses nunca es equivocado.
Siento no haber publicado en estos días,pero el instituto me tiene totalmente ocupada con montones de exámenes y tareas, intentaré tomar aunque sea un poco de tiempo y publicar.
