²𝑨𝑹𝑬 /W.A.Y SAGA/

º29º

Las manos del chico recorrían su cuerpo con suma delicadeza, como si temiera que si acentuaba su toque ella desaparecería, no era la primera vez que su imaginación le hacía pasar un mal rato al creer que ella estaba con él, la diferencia era que en ese escenario ella se desvanecía dejando una sensación de vacío en su pecho.

Había añorado cada parte de ella, su cabello, sus ojos y su extraño sentido del humor que iba acompañado de escandalosas risas. Había extrañado su tacto que le hacia sentir mas humano de lo que alguna vez en su larga vida se había sentido, su voz y como está sonaba al llamarlo por cada uno de sus tantos apodos, joder, la había extrañado a ella, a toda ella.

Gianne había llegado a su vida para desorganizar todos y cada uno de sus esquemas, para destruir sus murallas y para sanar sus múltiples heridas. Era lo que necesitaba y había llegado en el momento en el que más la necesitaba, cuando más solo se sentía.

- ¿Sucede algo? - preguntó su compañera en cuanto dejó de acariciarle.

- Cuando Carlisle me convirtió solo eramos él y yo, con el tiempo se sumaron Esme, Rosalie y Emmett, aunque sabía que no estaba solo no podía parar de sentirme así.

<< Después de ellos llegaron Alice y Jasper, me dijo que te encontraría y toda la tristeza desaparecería>>

- ¿A qué quieres llegar con esto ? - la preocupación comenzó a apoderarse de ella, no tenía ni la menor idea de porque el chico le decía todo aquello.

- Déjame terminar, por favor - pidió - pase siglos esperándote, siglos pensando que realmente no existías. Sin embargo, aquí estás, cuando te vi por primera vez me sentí vivo nuevamente y aunque intente mantener las distancias no podía aguantar un segundo más sin ti a mi lado.

<< Gianne, llenaste cada vacío, sanaste cada herida y cambiaste todo lo que estaba mal, se que tengo muchos defectos, pero todos ellos desaparecen cuando estoy contigo, solo contigo me siento realmente seguro de que no soy el monstruo que he sentido que soy desde que soy esto y amo esa sensación, te amo a ti. >>

No sabia como reaccionar, la declaración había sido tan repentina que la había tomado por sorpresa.

- Lo único que más deseo en esta vida es poder acompañarte, cuidarte y amarte el resto de mi vida, el resto de nuestra eternidad, por eso, Gianne, es lo que me completaría.

El chico se levantó y tomó su ropa interior, se la puso rápidamente para después acercarse a su chaqueta y tomar aldo.

- Gianne Elizabeth Naismith, se que no soy la mejor pero, ¿ me harías el hombre más feliz de este mundo casándote conmigo? - le dijo este arrodillándose frente a ella que seguía aun sentada en la cama.

- Espera - le dijo la rubia, se levantó organizando la sabana para que ésta cubriera su cuerpo, se paró frente a él y acercó su mano izquierda a la de este que estaba tendida - prosigue, Eduardo.

El cobrizo soltó un suspiro, burlón y aliviado a la vez, por unos instantes la idea de que lo rechazaría cruzó su mente,  asustandole - No he conocido ser más precioso, extraño y cautivador como lo es usted señorita Naismith, ¿ Acepta usted convertirse en mi esposa?.

Gianne asintió repetidas veces mientras soltaba varios "Si", una vez tuvo el anillo puesto beso a su, ahora, prometido.

- ¡ Por fin! -escucharon un grito desde la planta baja que reconocieron al instante la voz de Emmett, se apresuraron en cambiarse y bajar.

La familia Naismith, toda la familia incluyendo a la matriarca y Serpens, junto con los Cullen se encontraban en el salón principal esperando a la pareja. Alice fue la primera en acercarse y abrazar a la rubia tan fuerte como su condición se lo permitía.

- Bienvenida oficialmente a la familia - le dijo sonriente.

Así, todos fueron pasando a felicitar a la reciente pareja de prometidos, la última de todos fue Rosalie que la abrazo igual o más fuerte que la pelinegra Cullen.

- Serás una Cullen - no iba a negar que la idea le encantaba, Gianne era como su hermana y que ahora fuera una más de su familia le emocionaba - me alegra de que seas tu.