Esme, Rosalie, Alice y Gianne hablaban cómodamente en el salón mientras los chicos jugaban a luchar entre ellos, querían ver quien era mas fuerte.
Gianne hacía uso de sus dones para permitirles a sus amigas poder disfrutar de las galletas y el té que Esme les había dado.
- No probaba algo así desde que te fuiste - comentó Rosalie dándole un mordisco a una galleta de chocolate.
- ¿Te quedarás con tus padres cariño? - preguntó la matriarca .
- No - respondió ella dejando a un lado su taza - Serpens ha construido una casa a unos treinta metros de aquí, nos quedaremos allí.
- Te quedarás - aseguró Alice - bueno, por un tiempo indefinido, no he visto ninguna de tus decisiones.
- Es por que aun no he tomado ninguna - aclaro - quiero ver cómo las cosas avanzan de aquí en adelante.
- ¿Asistirás a nuestra graduación? - inquirió Rose.
- No estarás pensando que faltaría a una de tus tantas graduaciones, ¿verdad? - indago Gianne - claro que estaré allí, además, Arabella hace su graduación número cien.
- ¿Cuándo será la tuya?.
- Ya la he hecho - respondió con simpleza - cuando me fui, cambié mi fecha de nacimiento, hice un pequeño examen, luego fui donde uno de mis contactos y saque un diploma nuevo en derecho y listo.
- Es decir que en España tienes más años - agregó Rosalie.
- Así es.
De un momento a otro el ambiente se volvió pesado, en el aire se comenzó a percibir una mezcla de angustia, ira, ansiedad y miedo, el rostro de Rosalie se contrajo cosa que no pasó desapercibida por las tres mujeres al contrario de Alice que sonrio aun más, estaban allí.
El grupo de chicas se acercó rápidamente a la puerta en cuanto los golpes y gruñidos incrementaron, el juego había terminado.
- ¿Por que hueles a ella? - se escuchó la voz de Edward fuerte e imponente, estaba en posición de ataque frente a Serpens, este solo le observaba imperturbable.
- Serpens, cariño - hablo ella llamando la atención de todos los allí presente - ¿sucede algo?.
- Nada importante, principessa - respondió él acercándose a ella dejando al cobrizo solo.
Tomo su cintura y beso su mejilla logrando sacarle una pequeña sonrisa.
Tanto Edward como Isabella les observaban, cada uno con sentimientos contrarios.
La incertidumbre y miedo abarcaban cada parte de la castaña, no quería perderle y mucho menos cuando estaba tan cerca de conseguir lo que tanto ansiaba, por otro lado Edward estaba atónito, ya hacía dos años que no la veía y estaba espléndida, su cabello rubio igual de brillante y largo que siempre, sus labios, oh sus labios, de los que alguna vez había sido presa ahora portaban una hermosa sonrisa que parecía más reluciente y sincera, lo que le carcomía era que no estaba dirigida hacia él era para que aquel rubio que la tomaba posesivamente de la cintura y dejaba pequeños besos por todo su rostro.
Era consciente de que él había sido la causa por la que terminó todo entre ellos y por la que ella se había marchado Pero eso no evitó que sus manos se apretaron formando puños logrando que sus nudillos se volvieran aún más blancos, un fuerte sentimiento de celos creció en su interior.
- Gianne - murmuró él, pero a pesar de ello todos le escucharon - has vuelto.
-Así es -respondió ella secamente- vengo a evitar que tus errores afecten a los que amo.
-¿Te quedaras? - pregunto al no poder leer ninguna de las mente del lugar, ella las había bloqueado.
-Si, no - levanto los hombros en señal de aburrimiento- al fin y al cabo, no es asunto tuyo.
- Hora de irnos, cariño - Hablo Serpens al ver cómo el cuerpo de la rubia se tensaba- tenemos cosas por hacer.
-¡ Gianne!- escucha la voz del patriarca Cullen - cuánto tiempo.
Había llegado del trabajo aparentemente, llevaba su bata del hospital en su brazo y una maleta en la que al parecer guardaba archivos.
-¿ Cómo has estado Carlisle? - preguntó ella abrazándola.
- Muy bien, querida- dijo -n este debe ser Serpens Bair - estiró la mano.
- Así es Señor- habló Serpens aceptando su mano.
- Es un placer conocerte y por favor, llámame Carlisle.
- Está bien, Carlisle.
- ¿ Os quedaréis a pasar la tarde? - pregunto el rubio Cullen después de un rato.
- No- respondió Gianne - tenemos cosas que organizar en casa y en el bufete.
- Oh, qué lástima, aún así espero veros más seguido.
- Y así será- habló la chica Naismith - el oso con esteroides tiene a mi mejor amiga secuestrada aquí.
-¡Oye!- reprocho el aludido.
- Nos vemos luego familia - se despidió - Edward, Isabella.
- Solo Bella- hablo la castaña - me alegro mucho que estés de vuelta- todos sintieron la falsedad de las palabras de la chica Swan.
- También me alegra estar de vuelta- contestó Gianne sonriendo aún más ignorando el tono con el que hablo - un placer verte Isabella - dijo remarcando su nombre.
Sin más que decir los dos rubios se marcharon, todos los Cullen observaban por dónde se habían ido, Rosalie con una gran sonrisa al ver como su mejor amiga le había hablado a la humana, la cual no le caía para nada bien.
- ¿Por qué ha vuelto ? - preguntó Isabella.
Al ver que el cobrizo no le respondía posó su mirada por cada uno de los individuos que estaban allí.
- Porque a diferencia de ti- comienzo Rosalie - ella si pertenece aquí y es bienvenida.
- Rosalie... - gruño Edward - detente.
- ¡ Vamos, dile porque mi mejor amiga ha venido aquí, dile porque tiene que volver a arriesgar su vida por tus malditos errores! - grito - ¡ Por ella!.
- Rosalie, basta - hablo Esme con el tono maternal que le caracterizaba - entra cariño.
- Lo único que hace es traernos problemas - gruñón mirándola fijamente - es un imán para ellos...
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²𝑨𝑹𝑬 /W.A.Y SAGA/
Fanfic𝒔𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒉𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒉𝒖𝒊𝒓 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆 𝒉𝒊𝒛𝒐 𝒅𝒂ñ𝒐 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒍𝒂 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒏, ¿𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓𝒂? 𝒕𝒆𝒏𝒅𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒊𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂𝒍 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒅𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒖𝒚𝒐 𝒐 �...