Como una travesura infantil.

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Que Osamu le hubiese confesado que no sentía vergüenza de él como su novio, tal vez significó más que cualquier beso, abrazo o caricia que pudieron haber compartido. De alguna manera, le daba una agradable sensación de tener un lugar al cual pertenecer. 

Al principio, le fue imposible disimular los nervios. Después de todo, tenía al tan famoso y adorado Shinsuke Kita frente a él, observándole fijamente con aquella aterradora mirada y pesada aura que le infundía miedo a cualquiera, analizándolo.

Lo que le había dicho Osamu le daba motivos de sobra para ponerse más tenso con cada segundo que Kita seguía cruzado de brazos sin decir ni palabra y en completa inexpresividad. Estuvo tan tenso que creyó se volvería de piedra, pasaron casi tres minutos enteros, hasta que finalmente Kita volteó en dirección a Osamu y le alzó el pulgar aprobatoriamente con un rostro un tanto más suave. 

Fue cuando notó aquella sonrisa triunfadora de parte de su novio que finalmente tomó un respiro. Con el kohai de Osamu, Akagi y el chico que había llevado con él, la experiencia fue menos tensa, al principio parecían estar a la defensiva, pero pocos minutos después ya hasta le habían tomado cariño y confianza. (Claro... con excepción de una muy discreta amenaza que el libero le había echo de que si se atrevía a lastimar a Osamu se iba a arrepentir toda su vida...).

Al final del día, no se trataba sino de un juego amistoso de tres contra tres, donde todos simplemente buscaban divertirse, donde eran iguales y nadie buscaba poner etiquetas. Jugaron partido tras partido hasta que simplemente se les olvidó cuántos sets o puntos fueron, se sintieron más cansados de las risas que del gasto de energías y fue cuando ya comenzó anochecer que cada uno se marchó.

Por las nocturnas calles de Hyogo, no paraban de hablar. Los dos incluso seguían teniendo energías para perseguirse de vez en cuando por el camino y seguirse lanzando la pelota. 

-¡Le gané a mi novio! -canturreó el peligris con una voz suave. 

-¿Ah? ¿Cómo sabes que me ganaste? Jugamos tanto que perdí la cuenta. 

-Cuando nos tocaba jugar uno contra el otro iba contando en mi cabeza y te gané. 

-Ustedes los del Inarizaki son unos monstruos astutos -se quejó- ¡Hasta hicieron trampa a veces! 

-Como eres de quejón. Tú eres el que me dijo que estabas acostumbrado a hacer prácticas con juegos de dos personas. Admite que perdiste y ya -dijo poniendo una extraña mirada. 

-¡Ah! ¡Invoqué al Osamu bully! ¡Kita tenía razón con lo de cuidarse contigo porque tienes el ADN de tu hermano!

Y Osamu le dio una patada en las rodillas haciéndolo casi caer. 

-Tonto. 

-Eres muy cruel conmigo... -lloriqueó. 

Repentinamente, fue tomado de la mano, Osamu empezó a guiarlo, haciendo que se desviasen del camino original. 

-Vamos, por aquí. Es un atajo para llegar antes a la casa. 

Observó con curiosidad aquel camino, bastante estrecho, oscuro y rodeado de árboles, apartado de cualquier sonido. Sorpresivamente llegaron a un pequeño parque infantil, iluminado por los faroles, pero en completa soledad.   

-¿A quién se le ocurre poner un parque infantil en un sitio así?...

-Este era el refugio de Tsumu y yo cuando éramos pequeños, precisamente porque casi nadie se acercaba nos sentíamos como los dueños... -Comentó.

- Ah, ¿de verdad?

-Ajá, nuestra mamá en aquel entonces trabajaba hasta muy tarde y cuando nuestro papá estaba de malhumor en casa preferíamos no estar cerca... De hecho... -Se detuvo de repente, pensando.

CAJA DE SORPRESAS - TeruSamu. Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora