Maliciosamente inocente.

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El tiempo supuestamente curaba las almas rotas, pero ¿qué se hacía cuando el tiempo sólo atribuía a crear más grietas? ¿Cuando sólo te restregaba más en la cara los errores? 

Por la felicidad de una persona, había otra que se ahogaba en dolor. 

Para encontrar al culpable de su infelicidad sólo le hacía falta mirarse al espejo y ahí estaba el Suna Rintarou más cobarde y despreciable que jamás había visto. 

Pasó el verano, él siendo presa de los planes familiares por los que nunca pidió se terminó encontrando más lejos de Osamu y de todos los demás. A su llegada se encontró con las pruebas de felicidad de una pareja y amor que jamás sería suyo. 

Suna a veces se sentía desplazado. Fácilmente reemplazable. 

Por eso el tiempo se le acumulaba y le ponía ansioso cuando se daba cuenta que siguió pasando sobre él y no tenía ni idea de cómo volver a tomar entre sus manos lo que alguna vez pudo ser suyo. Vagaba entre la línea de simplemente rendirse y destruirse arrastrando a los demás a su paso. 

Suna no era bueno con sus emociones ni con la de los demás, por eso siempre buscó apoyarse tímidamente en los brazos de alguien que lo hiciese sentir comprendido. 

Suna no era tan imperturbable como aparentaba. 

En su mente, cuando se sentía más solo, estiraba imaginariamente sus brazos deseando aferrarse a Osamu, pero este estaba alejado dirigiéndose a los brazos de alguien más. 

Lo había intentado con todas sus fuerzas, cuando en su mente ya no encontraba ninguna salida se resignaba y repetía a sí mismo: Ya no amo a Miya Osamu, ya no amo a Miya Osamu, ya no amo a Miya Osamu... 

Pero era mentira. 


¿Qué demonios te hizo pensar que podrías gustarme?


Un mísero error bastó para condenarlo todo. Si el karma le quería hacer pagar podía detenerse, ya lo tenía destrozado. 

Le había dicho eso, pero luego se preguntaba a sí mismo: ¿qué demonios me hizo pensar a mí que podrías aguantar mis rarezas?

Cuando sintió que Osamu fue suyo, sintió que con él podía ser él mismo sin sentir miedo, que estaba en un lugar seguro, que sus problemas no eran tan grandes como parecían. 

Todo en Suna se acumulaba cierto tiempo, hasta que su fecha límite le hacía dejar ir agresivamente lo que reprimia, de la manera que menos quería, como una caja de sorpresas que te golpea justo en la cara. 

Suna descubrió el botón que abría la caja aquella noche de noviembre... 



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Thunder Cupido (Nishinoya).

>> CHICOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS 

>> Confirmen si ustedes también están teniendo piyamada en sus escuelas preparando el festival cultural! 😆 

>> Menos los del Shiratorizawa, niños ricos con dormitorios, le quitan la emoción :P

>> Y los que aún van a la escuela 😶

CAJA DE SORPRESAS - TeruSamu. Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora