CAJA DE SORPRESAS - TeruSamu. Haikyuu!!

Cuestiones de merecimiento.

El ambiente en la casa de los Miya era tenso. Usualmente, cuando la familia se sentaba en la mesa, siempre surgía una pequeña conversación entre los tres o una pequeña pelea que se acababa rápidamente apenas su madre les decía que parasen, pero aquella noche, tanto Osamu como Atsumu estaban demasiado callados.

Ambos tenían una actitud indignada y reacia el uno hacia al otro desde hace unas semanas. La madre de ambos no podía dejar de verlos. Sabía que en su presencia ambos no peleaban tanto, pero se estaba preocupando, aquel ya parecía un asunto serio.

En cierto punto, cuando ya sólo quedaba una porción de karaage en el plato, ambos gemelos pusieron los palillos sobre él, pero en lugar de ponerse a pelear y picarse los dedos para obtenerlo, ambos refunfuñaron y con cierto asco lo soltaron, desviando la mirada uno del otro.

La madre de ambos se congeló por unos segundos. Tomó rápidamente la pieza de karaage y se la llevó a la boca. Esperó una reacción de alguno, pero nada... Ya se estaba preocupando. Era obvio que no le gustaba ver a sus hijos pelearse.

Se aclaró la garganta.

-Eh... Qué rápido, ya va a llegar el verano. Ya se empieza a sentir el calor ¿verdad? -dijo con una sonrisa, buscando elevar el buen ánimo.

-Sí -fue la respuesta de parte de ambos en un tono totalmente plano.

-...Jáaaa... Mis hijos son tan geniales, aunque haya calor de seguro van a matarse entrenando todo este verano también para el torneo de primavera ¿verdad?

-Sí.

-Ya...veo... -Estaba haciendo su mayor esfuerzo por mantener la sonrisa calmada y no interrogarlos directamente sobre qué les estaba pasando- ¿Van a tener toda una semana libre de las prácticas, verdad? ¿No han planeado ambos ir a hacer algo con sus amigos?

-...Mamá... yo, voy a ir a Miyagi... -dijo Osamu, sin despejar la mirada de la mesa.

-¡Oh! ¿De verdad? ¡Eso suena divertido! ¿Por qué vas a ir tan de repente?

-...Un amigo que vive allí me invitó. Me quedaré en su casa...

Atsumu sólo sentía sus músculos crispándose. Estaba tratando de contener el enojo, empezó a golpear los palillos contra la mesa.

-Me alegro por ti, Osamu -dijo emocionada- ¿Tú no vas a ir con tu hermano Tsum-Tsum? Me mencionaste algo de que también ibas a tomarte esos días.

-No, yo voy a ir a Tokio...

Osamu no pudo evitar soltar aquel discreto bufido. Él sí podía darse el lujo de ir a ver al odioso de Sakusa, pero lo miraba con asco por ir a ver a su novio.

-¡Espero que ambos se diviertan mucho! ¿Sus amigos son chicos que también juegan volleyball, no? Siento que mis hijos ya son importantes para conocer gente de todo Japón ¡Ja-ja! -dijo orgullosa.

-Sí, volleyball y tal vez con los sentimientos de Osamu también juega... -Comentó malintencionadamente con una odiosa sonrisa.

Osamu le miró lleno de rabia, apretando los dientes y manteniendo el ceño fruncido, todos los músculos tensados.

-Heeeey... -Su madre interrumpió. Le dirigió una mirada seria a Atsumu- ¿Qué estás tratando de decir, Tsum?

-Nada, sólo las cosas como son.

-Déjalo mamá, estará frustrado porque su amigo pasa más tiempo prestándole atención a otras cosas que a él -Tiró los palillos sobre la mesa.

Atsumu hizo lo mismo, respiró agresivamente inclinándose un poco más.

-Al menos mi amigo sí es sincero respecto a las otras cosas con las cuales está ocupado ¿Qué hay de Terushima, Osamu? ¿Seguro que ahora mismo está solo, sin pensar en nadie más?