El cielo se burla de nosotros.

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Osamu solía creer en los consejos de Kita, por algo le confió todas las dudas que tenía cuando no sabía si aceptar o no una relación con Terushima. 

Realmente no podía reprocharle nada. Aquella vez en los baños de la escuela sus palabras fueron sabías y justas... 

-...Osamu... sólo hay una cosa, que te pido no ignores en tu decisión...

Todo fue su culpa por interpretarlas a su antojo.

-Si vas a aceptar salir con Terushima, o con cualquier otra persona, que sea por los motivos correctos.  

Por tal, aquella vez que Kita fue a buscarlo luego de pelearse con Atsumu en el chat cuando este intentó con su estúpido plan arruinar su relación, no debió de sorprenderle su rostro lleno de decepción... 

-Por muy enojado que estés con Atsumu tienes que ir a casa, Osamu... 

-Ya lo sé. 

-Pon la cabeza en alto. Al menos sabes que defendiste algo que de verdad atesorabas... Aunque fue un poco ingenuo de tu parte creer en tu novio en contra de todos los demás. 

-... ¿Lo fue? 

Osamu se levantó para emprender el camino, en la noche silenciosa, volvió a darle el rostro a Kita. 

-La verdad... Yuuji puede jugar conmigo, traicionarme y engañarme cuanto quiera... Fue por eso que lo dije. 

Le causó malestar ver la mirada incrédula de Kita volverse un ceño de constipado de preocupación y decepción. 

-...Si eso es lo que piensas en verdad es una lástima... Tanto pelear por una relación a la que en realidad no le ves futuro. 

Kita supo desde un principio la pieza fundamental con la que todo se vendría abajo, pero no podía hacer nada. Sólo esperar que tarde o temprano, inevitablemente, la caja de sorpresas explotara. 



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-Te lo digo de verdad, Omi. No es mi culpa que Ginjima me caiga mal. Hoy en la escuela casi se resbala con un escalón frente a la chica que le coqueteaba, obviamente tenía que reírme... 

Osamu hubiese escuchado y tal vez reído de aquella historia si no estuviese enterrado bajo las sábanas de su cama, con los audífonos puestos y el alma destrozada. Si no sintiese que nada en el mundo podría devolverle la voluntad de levantarse, tal vez haría sus típicas maldades para hacer avergonzar a Atsumu cada vez que este tenía una videollamada con Sakusa tal como ahora estaba haciendo. 

 Tal vez lloraría, pero ya se sentía seco y marchito por dentro. Ya no le quedaban lágrimas por desperdiciar, sólo quería no sentir nada... 

Atsumu asomó ligeramente la cabeza a la litera de abajo, su hermano no había salido de allí desde que llegaron de la escuela. Había empezado a actuar así desde anoche, cuando no volvió a la sala para seguir jugando con él y su madre, y no tenía idea de la razón. Había estado teniendo más ánimos, parecía que estaba superándolo todo, pero de repente había vuelto a caer completamente roto. 

Soltó un suspiro.

-¿Tú hermano sigue mal?... -preguntó Sakusa.

-Sí... -volvió a enfocar la mirada en la pantalla de la laptop. Bajó la voz- No sé qué le pasó de repente. No quiere hablar ni siquiera conmigo y había estado bien... -chistó, de alguna manera se sentía agotado- Me preocupa, Omi... Y ya se me acabaron los chistes de abejas... Aunque ojalá que con simplemente chistes pudiese hacerlo sentir mejor.

CAJA DE SORPRESAS - TeruSamu. Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora