𝐭𝐫𝐞𝐜𝐞

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Lo que no se puede dejar ir.

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Veía aquella capa color verde, la sostenía en mi mano, le tela era suave. A través de la ventana podía ver la claridad del sol alumbrar aquella vacía habitación, si, vacía porque me sentía más sola de lo usual, aunque incluso Eren estuviese aquí; pero como suponía, nada seria igual. Era como si algo se hubiese apagado en mi, la vela que él encendía, estaba apagada pero esta vez, intencionalmente. Continué acariciando la capa, aún no me era creíble que estuviese aquí, que estuviese en donde siempre soñé; el cuerpo de exploración. Veía la alas de la libertad plasmadas como el símbolo de esta elite y es que así era, mi alma estaba cautivada por el deseo de la libertad, de cruzar más allá de estos muros sin temor; de quizás algún día, conoceré el mar que tanto anhelo ver e incluso, sentir. Alce la mirada y vi la ventana nuevamente, la luz brillaba en este día tan soleado. Doble la capa verde y la deje aún lado, lo cual decidí levantarme de la esquina de la cama para acercarme a la ventana. Lo miré fijamente, estaba ahí, limpiando los caballos con una gran delicadeza; lo hacía con cariño. Su noble corazón siempre estaba ahí, sin importar cuán cegado estuviera. Eren no se percataba que lo miraba desde aquella ventana, pero estaba segura que ayer en la noche, sintió mi presencia a través de la puerta, como yo la de él.

Veía su corto cabello lacio, y sus expresiones. Mi corazón brincaba cuando lo observaba, era como si deseara volver a sentir sus labios rozar con los míos o incluso su tacto cerca de mi. Abrí mis ojos grandemente y desvié por completo mis pensamientos cuando los vi, cuando los vi a cada uno de ellos entrar por la gran puerta de entrada del cuartel, del cuerpo de exploración. Ni siquiera tuve tiempo para procesarlo, corrí hacia la puerta de mi habitación y la abrí bruscamente para así, correr por aquellos pasillos, emocionada. Traspase a varios soldados, incluso a Petra quien caminaba con Auruo y Erd. Curiosos parecieron tener las intenciones de seguirme pero me dejaron ir libremente por mi camino. Bajaba las escaleras y continuaba corriendo por los pasillos, hasta que vi la puerta del cuartel principal abierta. La luz del sol me dio e incluso su calor pero no me detuvo en desear ir hacia ellos, corrí en su dirección, viendo algunos caballos ser sostenidos por soldados y yo tan solo corría, ellos fueron capaces de escuchar mis pasos, pues vi como Mikasa y Armin, quienes yacían aún lado de Eren, me miraron. Vi como ellos me miraron con una expresión de sorpresa pero yo tan solo me abalancé hacia ellos, sintiendo sus cuerpos.

-Chicos, los eche de menos.-mis brazos apretaban con fuerza los cuerpos de Armin y Mikasa, no sabía, pero los abrazaba a ambos.-No saben cuanto.-les dije al sentir como rodearon sus manos en mi cuerpo, al sentir como me abrazaban y me aferraban a ellos.

-Y nosotros a ti.-me respondió Armin, con delicadeza me distancié de ellos, veía su gran sonrisa y sus brillantes ojos azules color cielo, mientras que Mikasa me miraba de una manera serena pero sabía que se sentía grata de verme.

-No tengo que decirlo, lo sabes.-se justificó Mikasa ante el silencio que creo cuando me quede viéndola, no tarde en asentir y es que yo conocía su semblante, aunque éramos frías; sentíamos, y teníamos un gran lazo amistoso.

-Vaya, ¿qué hay de nosotros?-gire levemente para observar a Reiner, junto a los demás aunque a la única que no veía de mi escuadrón, era a Annie. Estaban todos, Reiner, Berthold, Connie, Ymir, Krysta, Sasha y Jean... y los que faltaban, los que habían muerto.-Pensé que al menos nos extrañarías aunque sea un po... -no pudo terminar, y lamenté que no fuese así, y es que yo me abalancé hacia él para apretarlo contra mi.

Era la primera vez que abrazaba a uno de mis compañeros, era la primera vez que me sentía grata de verlos, además de Armin, Mikasa o Eren; era la primera vez que me veían interactuar de esta manera con ellos. Sabía que estaban impresionados, y es que atrás de Reiner, veía como Sasha y Connie se miraban impresionados, como tenían sus bocas abiertas. Veía como Ymir recostaba su brazo encima del hombro de Krysta, quien me miraba con una grata sonrisa. Aunque Berthold, no se quedab atrás pero yo, solo abrazaba a Reiner. Verlos a todos juntos me daba una gran felicidad y es que aunque no lo demostrara, estaba agradecida que fueran parte de nosotros y que nos hayan seguido hasta acá, sin nada a cambio. Sentí como los brazos de Reiner me rodearon en un fuerte abrazo, mientras que yo estaba algo pasmada pero aún así, no se lo impedí. Y es que yo nunca había sido tan amistosa con ellos, ni siquiera sabría sus más oscuros secretos pero aún así, nunca deje de estar ahí pero ahora, luego de haber perdido a tantos compañeros, estaba segura que no deseaba perder a ninguno de ellos. Nos soltamos con delicadeza de ese abrazo y lo intente, los miré a todos y intenté sonreír, y así fue, aunque fuese por unos cortos segundos; sonreí. Sentí mis mejillas calientes, y es que todos estaban impresionados, incluyendo a Armin, Mikasa y Eren, no podían creer mi repentina actitud liberal hacia nuestros compañeros.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora