𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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Que desgarrador tener que decirle adiós al sol.

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Miraba el cielo, y como él humo transcendía a través de él, mientras que sus ojos azules se plasmaron en mi recuerdo. Escuchaba su voz a lo lejos, escuchaba como me llamaba para que la siguiera. Su sonrisa estaba plasmada en mi, mientras que recorría junto a ella nuestro pueblo. Tosí, enfocándome en la realidad en la que estaba. El polvo yacía cerca de mi, creando un humo que se plasmaba en mis pulmones, provocando que tosiera. Estaba confundida, y no recordaba cómo había llegado aquí. Tan solo olía a cenizas, algo estaba sucediendo. Intente levantarme, pero sentí un leve dolor en mi cuerpo. Veía sangre en el suelo, así que lleve mi mano a mi rostro, ardía, me había rasgada la cara ante mi caída. Mire al cielo, observando el humo. Con cuidado me levante, sintiéndome confusa, tan solo tenía huecos en mi mente, debí haberme golpeado la cabeza fuertemente. Retome el aire, y mire a mi alrededor, habían fragmentos por todos lados. Ahora lo recuerdo, eres tú Berthold, tú eras quien yacía dentro de aquel barril, pero cuando viste lo que le hicimos a Reiner, dudaste en convertirte. Empecé a caminar, recostándome de las paredes de aquellas casas que aún permanecían en pie, mientras que las imágenes empezaban a llegar a mi mente con claridad.

Yo yacía arrodillada, visualizando al titán acorazado, a Reiner destrozado, pero sus últimos suspiros lanzaron un grito de alerta y te trajo aquí, Berthold, pero eso no fue lo que te llevo a convertirte, si no, que luego de que llegarás, Armin intento hablarte como última oportunidad, pero decaíste y continuaste con tu plan. Recuerdo como te ataque, y es que temía que le hicieras daño a Armin, pero tú no ibas atacarme, ¿o si Berthold? Te veo desde aquí, te veo desde el suelo, y es que justo después que te fuiste y te lanzaste al aire, te convertiste en tu forma de titán, sabiendo que te seguía. Derribaste al escuadrón de Hange, y tú impactó, me lanzó hasta aquí, dejándome casi inconsciente, pero te equivocaste conmigo, al igual que yo contigo. Caí de rodillas, y continué tosiendo, veía a mi alrededor cómo convirtieron mi hogar en un campo de batalla, no podían hacerle más daño del que ya le había hecho. Sentía como el suelo temblaba, y como fragmentos pasaban por el aire. ¿Querías destruir lo que quedaba de mi hogar? Preguntaba, aturdida ante lo que veía. Sentía rabia, sentía impotencia, pero no podía moverme, estaba helada ante lo que presenciaba.

-¡Aquí está!-una alarmante voz me saco de mis pensamientos, alce la mirada y es que la sombra del titán de Eren, me tapo.-¡Kirah!-no sé en qué momento Sasha bajo por mi, y me sostuvo, para levantarme en el aire junto a Jean, y quedarme plasmada en el hombro de Eren, mientras aún tosí.

-¿Estas bien?-Mikasa tomo mis hombros y me movió de manera brusca, asentí.-Tú cara, esta muy jodida. Te has raspado toda.-decía, mirándome.

-No estaba tan cerca cuando se convirtió, pero el escuadrón de Hange si.-les indique, viendo como parecían no estar sorprendidos.

-Lo suponía.-respondió Armin, quien yacía con una mirada baja, mientras que el cuerpo de Eren se movía, y yo miraba el horizonte.

-¿Qué vamos hacer?-pregunte en voz alta, viendo como ShingaShina empezaba arder en fuego.-¿Armin?-le mire, con temor, Berthold estaba destruyendo lo que quedaba de nosotros.

-Iremos al río, ahorraremos gas, pero en el momento dado, Eren hará que Berthold le siga, porque si permitimos que continué, bloqueara el muro interior de llamas, y matara a todos los soldados en la otra área.-me decía Armin, mientras que tosía, consumí mucho humo.-Jean es quien está a cargo.-mire a Armin perpleja, y vagamente, negué.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora