Donde le borran la memoria a Violet y ella tratará de recordar su pasado gracias a los hermanos Peviense.
• Edmund peviense.
• Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian y el viajero del alba.
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Violet abrió los ojos y pudo ver un pequeño rayo de sol en su mano, el ambiente se sentía frío y solitario. Violet abrió bien los ojos y recordó todo lo que había pasado anoche.
Amalia.
Ese era su verdadero nombre.
Se sentía rara al ver que ese era su nombre, es decir, ¿no se supone que debería de sentir algo al escuchar ese nombre? ¿O por lo menos recordar?
Quitó la lágrima de su mejilla y empezó a apretar sus uñas en la palma de su mano. Quería dejar de sentirse triste, quería dejar de sentir.
Quería volver a Australia. Quería estar en casa.
Violet subió la mirada y pudo notar a un viejo barbudo, ella suponía que era Miraz. Rápidamente se puso de pie.
—¿Cómo te encuentras, Violet? O mejor dicho, princesa Amalia —Ironizó, pronunciando su verdadero nombre en un tono diferente. Se acercó a ella y la castaña fue empujada por él, así cayendo al suelo. Estaba débil, muy débil. Miraz se arrodilló para coger su barbilla.—. ¿Por qué sigues viva?
Violet hizo una mueca al verlo. Le daba vergüenza que la viera en ese estado. Estaba tan despeinada, tan débil. Ni siquiera sabía cuantas horas había estado desmayada.
—¿Por qué me quieres ver muerta?—Preguntó en un susurro.
Miraz la miró a los ojos, ignorando su pregunta.—. Mírame a los ojos e intenta recordar tu pasado, por que si no lo recuerdas ahora. Nunca más lo recordarás.
Violet lo miró a los ojos y pudo ver maldad. Vio en lo profundo de sus ojos negros como un león grande, que ella suponía que era Aslan, la llevaba a Cair Paravel, ella se encontraba muerta en ese momento pero cuando Aslan la dejó empezó a respirar nuevamente. Recordó cuando era pequeña, aproximadamente un año como sus padres les contaban un cuento aterrador donde decía que los hijos de Adan y Eva iban a encontrar a una joven príncipe resucitada en el Cair Paravel cuando ella sea adolescente.
Todo estaba planeado desde un principio.
Recordó cómo había llegado a Narnia, ella había peleado con su padre y él le había dado golpes a su hermano para desahogarse. La chica se fue llorando a su cuarto y se durmió. Y despertó en el Castillo de los Telmarinos. Aunque no había recordado todo, había recordado su mayoría.
—Muy bien —Dijo con un tono falso de felicidad.—. Come —Dijo sacando algo de su bolsillo y forzando abrir su boca, el gano y le metió la especie de galleta.—. Vamos, tenemos que ver a tus amigos.—Dijo levantándola fuertemente con violencia.
Cuando salieron la montaron en un caballo junto a Miraz. El caballo empezó a correr.
Violet no sabía a donde iba a ir, pero después supo a donde iba. Estaba yendo al templo, tal vez si ella se escapaba podía volver con los hermanos.
